sábado, 2 de noviembre de 2019

IV VALORES (VIRTUDES)




Buenas noches, mi queridos seguidores. Antes de nada os quiero pedir disculpas por haberos tenido abandonados durante estos casi dos meses. La vuelta del verano ha sido muy ajetreada y no he tenido el tiempo que siempre necesito para contactar con vosotros y contaros mis cosas. De verdad que, no sé cómo, pero me he quedado sin tiempo para disfrutar como quiero de este espacio que, como a muchos de vosotros, me descansa y me desconecta, por unos minutos, de la vida. A pesar de ello, como imaginaréis, no me he apartado de la literatura infantil y de todos los proyectos que tengo en marcha. ¿Sabéis una cosa? Pues que en este tiempo de conversaciones intensas con mi nueva editorial, que habrá tiempo de hablar de ella y de mi nuevo libro que presentaremos el 16 de noviembre, en Valencia, he descubierto que mis proyectos es más correcto y preciso encuadrarlos en el estilo de Cuento Ilustrado que en el de Álbum Ilustrado. Ello es porque aquél tiene más texto que éste. Cuestiones de semántica pues un niño no se cuestiona si se está divirtiendo con un álbum ilustrado o con un cuento ilustrado, pues los dos tienen texto e imágenes que lo complementan. Y yo sí me atrevo a decir, aunque mucha gente esté en desacuerdo, que prefiero el formato de cuento ilustrado pues, además de divertir, permite con más éxito que el niño se aficione a la lectura. Es mi opinión y estaré encantado de intercambiar puntos de vista en los comentarios que podáis hacer a esta entrada.



¿Os habéis fijado que, como el que no quiere la cosa, os he soltado que presento mi segundo álbum el nueve de este mes? Pues sí, así es. Era una sorpresa que he desvelado sin darme cuenta en el fragor de la escritura y preso de mi ansiedad por contaros cosas. Pero no os cuento más porque habrá tiempo, con la siguiente entrada, en unos días, en la que os hablaré de ello. De momento solo deseaba compartirlo con vosotros y avanzaros que ese día  me gustaría veros y saludaros a todos los que viváis en Valencia, o poblaciones cercanas.


En este tiempo de silencio en el blog hemos estado, Rosa Ureña, mi compañera en el proyecto “Cosme y la trucha”, y yo, muy atareados trabajando con la editorial que os comento, nuestra editorial, Sar Alejandría, para sacar el proyecto a la luz. La presentación en Madrid, que hará Rosa, ya os la comunicaré, igualmente, cuando se decida hacer. Tanto ella como yo estaremos, cada uno en su ciudad, para dedicaros los ejemplares que deseéis. Os aseguro que este trabajo no va a defraudar a nadie. ¡Ha quedado precioso! Estoy muy ilusionado con mi segundo libro publicado y no veo el momento de poder presentarlo. De momento os presento hoy el mock up. También aprovecho, como aperitivo, para adjuntaros el enlace en el que podéis leer algo sobre él: https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/2019/05/i-la-amistad.html
Bueno, pues vamos a lo que os traigo hoy: la cuarta entrega de esta serie en la que agrupo mis proyectos según aspectos comunes a todos. En este caso os traigo cuatro proyectos que hablan sobre los valores. Quizá deberíamos hablar de virtudes, como os pongo en el título de la entrada entre paréntesis. Los valores cambian de sociedad a sociedad; de país a país. Los valores no son iguales en todo el mundo. Por ejemplo hay países en los que el ojo por ojo está bien visto y aceptado y el que no lo ejerce es poco menos que un cobarde. Por eso, alguien muy sabio me dijo una vez que los valores son los escombros de las virtudes y yo también lo creo así. Lo que pasa es que nuestra sociedad no está preparada para hablar de virtudes y sí, muy concienciada, para hacerlo sobre valores. Por ello, no he querido cambiar el título de esta entrada pues seguro que se entiende mejor, por lo que os he dicho, que es lo que agrupa mis cuatro cuentos siguientes. Aún así no me he resistido a ponerlo entre paréntesis.

Pues vamos a por el primero:


Cargo Blue, fue mi primer cuento y con él empecé a descubrir la magia de la literatura infantil. Me metí en ella sin saber si podría y si, lo que podría ser más serio, sabría. Cargo Blue transmite todo aquello que yo pensaba debería encontrarse en las páginas de un libro para los más pequeños: valores (virtudes) e ilusiones y fantasía. Cargo Blue fue mi primer cuento y debería haber sido el primero en ser publicado. Tiene mucha fantasía; transmite que lo importante de las personas no está en su aspecto exterior sino que, si nos preocupamos, lo encontraremos en su interior. Cargo Blue va más allá de lo “fashion” de la vida y trasciende a las modas. Este pequeño avión de carga nos muestra lo importante de la vida: las personas auténticas sin reparar en edades. Tan auténtico es un niño de siete años como un anciano de 100. Lo importante está en el interior.
Cargo Blue nos llega al corazón. Mi entorno siempre me lo ha dicho: “es tu mejor cuento”. No sé si lo es o no, pero lo que sí sé es que muestra una guía de vida para los más pequeños a los que, principalmente, va dirigido. Curiosamente os tengo que decir que este cuento es, de los que tengo, el que más ha gustado a los mayores.
Esta historia también transmite el valor de la responsabilidad en nuestros quehaceres; la constancia para llegar a conseguir lo que queremos y, sobre todo, transmite sensibilidad en el trato con los demás.
Cargo Blue, os puedo decir que ha estado a punto de ser editado por una editorial andaluza, pero al final no se han decidido a sacarlo adelante. Esto os lo contaba en este enlace: https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/2018/04/cargo-blue-ya-despega.html
A María José Plata, mi compañera en este proyecto
 http://mjplatailustracion.blogspot.com.es/2016/12/pintando.html todos los derechos reservados), y a mí no nos preocupa porque estamos seguros de que pronto encontrará su editorial. Hoy, por méritos propios, creo que está más que justificado el que esté encuadrado en este apartado de los valores. Aquí os dejo su sinopsis:


Cargo Blue es la historia de un joven, feliz y responsable avión de carga.
Abrazado a él –porque en el discurrir de la historia se desea abrazarlo…- nos guía por su vida y nos presenta a sus amigas, las nubes. Sí, Cargo Blue no tiene más amigas que las algodonosas nubes blancas que le arrullan y le dan el calor que no tiene en tierra firme.
Ésta es una tierna historia en la que se nos sugiere que la belleza y riqueza de las personas no es siempre lo que se nos muestra de ellas exteriormente, sino lo que guardan en su interior.
Cargo Blue, desde el momento que fue escrito, no ha dejado de ser una referencia y guía de estilo de vida, no siempre fácil de seguir.

El segundo de los cuentos nos recuerda que ya estamos camino de las Navidades y es muy apropiado el que hoy os quiera presentar, aunque la mayoría lo conocéis, mi cuento de Navidad: Luces de Navidad. Un cuento que trata de dar vida, a través de una bonita historia de Navidad, a todos esos sueños de ese tiempo de ilusiones. Siempre os lo comento: la Navidad es mi época favorita del año y eso quise representar a través de esta historia. Quise plasmar la ilusión con la que, desde pequeño, y lo sigo haciendo ahora, vivo la Navidad. Es realmente una entrañable historia que está buscando su ilustrador: alguien que viva la Navidad como yo lo hago y sea capaz de dar vida a lo que escribí. Seguro que en breve lo encuentra.
De momento os traigo la sinopsis:
Si hay una época adecuada para que nuestros deseos se cumplan esa es, sin duda alguna, la de Navidad.
Esta historia es un canto a la Navidad que llevábamos dentro cuando éramos niños; a la Navidad que llevamos dentro ahora que no lo somos tanto. A esa Navidad en la que Los Reyes Magos, Papá Noel y el Árbol de Navidad, con su adornada majestuosa presencia, tienen un significado verdadero.
En este cuento de Navidad, Lucas, busca desesperadamente quien le pueda adornar su querido abeto que, aquellas Navidades, debía de permanecer solo en el valle.
Luces de Navidad, cuento de gran ternura, ilusión, sencillez y sobre todo de Navidad, nos la acerca a aquellos a los que la Luz de la Navidad nunca se atenúa en nuestro interior.

El tercero de los cuentos nos habla de mar y de sal. Lo escribí en una época en la que, por motivos de trabajo, estuve disfrutando de lo maravilloso que es el noroeste de España, de ese sabor a las tradiciones, a lo rural, a lo auténtico. Disfruté de la cercanía a la naturaleza poco contaminada de asfalto, prisas y prioridades que nos imponemos y después no lo son tanto. Allí me inspiré para hablar de gaviotas. Concretamente de la raza denominada gaviota patiamarilla.
Tejas, espuma y sal, es un cuento que nos habla de gaviotas en el marco del respeto a los animales. Este cuento pretende transmitir lo importante que es para nuestros pequeños el respeto por los espacios, los de las personas y los de los animales. Sí, ese es el valor que principalmente transmite esta historia entrañable. Cuando seamos capaces de sacarlo a la luz me confirmaréis que eso es así. Cada vez que lo releo me invade una sensación de tranquilidad parecida a la que se percibe cuando se está tumbado en la cubierta de un barco dejándonos mecer por el vaivén de las olas…con este cuento la sensación es doble porque aparte de tener muchas referencias al mar seremos capaces de sentir la brisa cargada de sabor salino.
Esta historia está sin ilustrador, de momento, pues no he encontrado el estilo que busco para ella. Como siempre, debo encontrar al ilustrador cuyo estilo se ajuste a lo que requieren mis letras. Siempre lo digo y lo repito ahora: no me interesa que mis cuentos tengan un ilustrador; me interesa que tengan el que se ajuste perfectamente, como si fuese una media naranja, al texto. No me importa esperar.
Aquí, amigos, os traigo su sinopsis:
  Dejándonos mecer por las cálidas corrientes de aire que acariciaban aquel bonito y discreto puerto pesquero, nos adentramos en el mar disfrutando de la blanca, salada y divertida espuma…¿Nuestros guías? Pues dos  bellas gaviotas patiamarillas: Galvia y Violeta que, a través de esta historia, nos cuentan algo de su forma de vivir y de sus ilusiones…sí ellas también las tienen; y nos enseñan a compartir con ellas espacios que en principio los tenemos reservados a nosotros.
Esta entrañable historia nos habla de respeto y cariño por los animales mientras sentimos el suave roce de la brisa marina. 


Por último, os quiero abrazar con una de mis mejores historias. Me refiero a Viento del sur. Muchos ya la conocéis. Siempre lo digo: no soy capaz de entender cómo este cuento no está ya en las librerías. Está claro que no ha encontrado su momento todavía. También lo está que no es un cuento como muchos otros. Más que un cuento es una lección de vida. En esta historia en la que se mezclan las tradiciones, las leyendas, la aventura y la preocupación de una familia nómada, entrañable y sencilla, que se vio sorprendida por el viento que venía del sur, nos dejamos envolver, como lectores, por el cálido desierto y por el cariño que existía entre sus miembros.
Es, fundamentalmente, un relato en el que se ensalzan los valores de la familia y lo importante que son las tradiciones transmitidas de padres a hijos.
Decidme, queridos seguidores, ¿cuántos cuentos habéis visto que traten alguno de estos temas?; ¿con cuántas historias ilustradas os habéis topado en las que se hable de la familia, tan importante en la vida de todos nosotros? Hoy en día, seamos sinceros, no es un tema demasiado demandado. Pero esto cambiará, seguro, en el momento que la sociedad vuelva a valorar lo que realmente es importante y nos dejemos de modernidades absurdas. Lo importante en la vida no entiende de épocas ni de modas y Viento del sur nos lo recuerda. Siempre os lo digo: yo me crie en un ambiente en el que tenía bastante contacto con las gentes del desierto y supe de sus tradiciones envidiables y de muchas virtudes que practican: la hospitalidad, la amistad, el honor, la generosidad, el respeto por los mayores y, sobre todo, por los padres. Son gente orgullosa de su historia. A mí me cautivaron y ese fue el germen para que, en estos años, escriba sobre ellos, sobre lo que representaban para mí y me transmitieron. Eso es Viento del sur: un canto a la familia y a las tradiciones y lo quise adornar con una bonita leyenda que hará, en su momento, que pueda llegar a ser un extraordinario cuento ilustrado. Y, ¿sabéis una cosa? Pues que lo hace tan especial el que haya sido capaz de encontrar para él una ilustradora como Marta Sedano, mi compañera en el proyecto (http://www.martasedano.com/,
todos los derechos reservados), que ha sido capaz de representar de manera magistral lo que yo tenía en mi cabeza y quise expresar mediante su escritura. No perdemos, tanto Marta como yo, la esperanza de poderlo ver publicado.
Por el momento, os traigo, una vez más, su sinopsis:


 Viento del sur nos permite acercarnos al seno de una familia nómada y vivir y sentir, a través de la historia contada, la acogedora calidez de sus gentes y la sencillez y fragilidad de sus vidas en manos, siempre, de un desierto protector unas veces, y otras cruel, inhóspito e implacable.
En este relato, se ensalzan los valores de la familia y las tradiciones que, de abuelos a nietos, se traspasan como un tesoro de valor incalculable pues representan los verdaderos cimientos de toda una vida nómada entre arena, cabras y dromedarios; castigada, a veces, por el viento que venía del sur.

Nada más por hoy, en esta noche de principios del penúltimo mes del año.
Buenas noches y, como siempre os digo, no dejéis de soñar y de ser felices.
Un cariñoso abrazo a todos.
José Ramón.



2 comentarios:

Rosa Elena González dijo...

Gracias, José Ramón, por transmitir con tanto cariño y pasión esos valores y virtudes de los que hablas en tus cuentos, ya que con ellos ayudas a que nuestros pequeños aprendan y conozcan más de ellos, en este mundo que les rodea, dónde a veces, parecen estar olvidados.
Yo creo, que en la vida todo tiene su momento y las cosas pasan cuando tienen que pasar, sin forzar, por lo que con este comentario, te transmito positivismo y paciencia, en la aparición de los ilustradores perfectos para cada cuento, todo llega en su momento y encaja perfecto. Bien seguro.
Buenas noches y gracias por escribir tan bonito y compartirlo.
Saludos.
Rosa.

José Ramón de Cea dijo...

Gracias a ti, Rosa, por seguirme y pasar un rato en nuestro blog leyendo lo que os cuento. Me alegro que te guste y lo veas positivo para la educación de los pequeños. Ese es el principal objetivo de la literatura infantil: la educación. Si un libro infantil no aporta educación y valores, además de entretener...algo falla. Al menos esa es mi visión de lo que debe de ser, en mi caso, un cuento ilustrado, y es lo que intento que transmitan mi historias ilustradas, con el aporte fundamental de mis compañeros ilustradores.
Sé que las cosas llegan cuando es su momento, ni antes ni después. Por eso seguimos ilusionados todos los que compartimos los proyectos que os voy presentando. Gracias por tu comentario. Un abrazo. José Ramón.