miércoles, 17 de abril de 2019

NUEVA FIRMA EN VALENCIA






¡Buenas noches, mis fieles seguidores! Y hoy más que nunca tiene todo el sentido este saludo. Sí, fieles. Y lo digo porque os tengo totalmente desatendidos, que no olvidados. Todos los días sin excepción me digo, José Ramón, tienes que contar algo en tu página, en el blog también; algo a todos los que siguen entrando en nuestro rincón, buscando tu aliento, tratando de encontrar tus historias que ayudan a desconectar del día a día tedioso. Tienes que contar algo de cómo van tus cosas, de que no les olvidas, porque ellos no se olvidan de ti. Contar algo.
Pues bien estoy aquí de nuevo desde que en diciembre del año pasado os traía algo sobre uno de nuestros trabajos, y a principios de marzo sobre la gran noticia que nos dieron en relación con que “La nota que faltaba” había entrado en una importante lista. Esto os lo contaba en la entrada anterior a ésta.
Hoy, primero, os voy a hacer una reflexión. Quiero compartir con vosotros la desazón que me invade las entrañas. Yo soy una persona, y muchos de vosotros que me conocéis personalmente lo sabéis, de palabra, de compromiso, de cuando le digo a alguien adelante, es adelante, te sigo hasta el final porque hemos decidido ir juntos y allí, al final, acabaremos uno al lado del otro. Y como soy así lo paso fatal cuando la gente no me trata igual.
Veréis, en el mundo editorial, al menos en el de la Literatura Infantil, muchos de los que están metidos en él no son todo lo fiables que se espera de alguien que, inicialmente, se compromete a algún proyecto. Los autores y los ilustradores -conozco a estos últimos pues trabajo con ellos- sufrimos muy a menudo el desprecio –quizá sea demasiado fuerte esta palabra…- por parte de la editoriales que nos ignoran cuando les enviamos un proyecto para evaluación. ¡Es alucinante! Nos ignoran como si estuviésemos mendigando que nos lo acepten. ¡No señores editores, no! ¡Estamos ofreciéndoles nuestro mejor trabajo para beneficio de ambos, de ustedes y de nosotros!...aunque en el reparto de los beneficios de la edición de nuestra obra seamos, precisamente los autores, los que me menos recibamos. Pero bueno, son las reglas del juego y están aceptadas. Lo que no está aceptado es la callada por respuesta ante nuestro envío. Qué menos que un no nos interesa su trabajo pues no entra en nuestra línea editorial. Ya está, es suficiente. Solo pedimos respeto por nuestro trabajo y nuestro esfuerzo…ah, y nuestra delicadeza por contar con ellos para repartir beneficios de nuestro ingenio y nuestro arte. Qué menos que un gracias, pero ahora no podemos atender a su propuesta…yo qué sé, algo así es suficiente.
Pero lo que ya duele bastante es que habiendo sido aceptado el proyecto y estando ya en el proceso de firma de contrato, de matizar detalles de formato, de acordar aspectos técnicos y menos técnicos del desarrollo del proyecto…de pronto…se deja de saber nada de la editorial; no hay respuesta a whatsapps, no hay contestación a emails…pasa un mes y vamos camino del segundo…¿Pero que se creen estos editores que somos nosotros? ¿Pero qué falta de respeto es esta que les hace olvidarnos de la noche a la mañana sin decir un espera que nos ha surgido un problema; un lo siento pero debemos retrasar la edición del proyecto, o incluso hemos cambiado de opinión y ya no nos gusta –esto estaría también muy mal, por cierto-? Yo que sé, algo, una excusa, algo. Pero no un ninguneo como si el corazón de un escritor novel, como es mi caso, o el de un magnífico ilustrador, como lo es el de todos los ilustradores con los que trabajo, no se viese estrujado y herido por tanta desconsideración.
Sí, esto me duele. Sí, mi corazón y el de mi compañero ilustrador se encuentran malheridos por este desdén sin motivo.
¿Sabéis una cosa? Que creemos que ellos se lo pierden: primero por la calidad de nuestro trabajo que, seguro, más pronto que tarde encontrará su editorial; segundo porque también se pierden tener alguien como nosotros en su equipo de autores.
Punto final. Se acabó de hablar de esto.
Gracias por escucharme…bueno, por leerme el desahogo. Si es que siempre lo he dicho…este blog, nuestro blog, es el espacio ideal para estas cosas, para encontrarnos con amigos fieles y compartir nuestras historias. A mí, hoy, nuestro blog, me ha ayudado. Gracias, amigos.







Pero también os quiero traer algo que me hace recobrar el ánimo y la alegría en este empeño con la literatura infantil. A lo que me refiero es a que el próximo día 27 estaré, de nuevo, en la Feria del Libro de Valencia firmando ejemplares de “La nota que faltaba” después de ese flamante reconocimiento de encontrarse, según El País, en la lista de los cinco álbumes ilustrados que mejor fomentan la amistad y la creatividad en los pequeños. Este reconocimiento hará, seguro, que sea una gran jornada de firma. Me gustaría poder saludaros a algunos de vosotros allí, en el stand 50/51 de la feria, en la caseta de la prestigiosa librería ABACUS, especializada en la literatura infantil. Por ello, para mí, es un gran honor poder firmar en la caseta de alguien que tanto entiende de la literatura para los más pequeños. 


Os espero, amigos. Me encantará saludaros…aunque no adquiráis el libro…no es lo importante. Para mí lo importante es conocer a mis fieles seguidores.

Pues, hasta entonces, ya solo me queda despedirme de vosotros con un gran abrazo cargado de mi deseo de siempre: qué no dejéis de soñar y de ser felices.
Ciao, amigos.
José Ramón.