domingo, 30 de octubre de 2016

LOS HACES DEL AMOR



Buenos días a todos los que nos visitáis en esta página, queridos amigos. Acabo de recibir otra buena noticia sobre otro microrrelato que escribí hace algún mes: también lo han seleccionado, esta vez para formar parte de la antología “Pluma, tinta y papel", resultado del V Concurso de microrrelatos . Siempre es una satisfacción que seleccionen algo que has escrito para formar parte de un trabajo, llámese “Antología” o grupo de relatos o cómo sea. Siempre el reconocimiento de, aunque sólo sea, una persona, para mí es suficiente; y con que a alguno de vosotros le guste, ya ha merecido la pena el esfuerzo…mejor dicho, el placer de escribir, por corto que sea lo que escribes.
Este concurso era sobre temática libre y en él participaron más de 2000 relatos; 1300 fueron seleccionados para dar forma a la antología. Una vez más os puedo decir que estoy encantado, ya que siempre es una satisfacción que tus relatos, cortos o menos cortos, permanezcan en algo editado y sobrevivan al tiempo. Como siempre os adjunto el enlace en el que encontraréis la pestaña para que el que quiera pueda adquirir la antología:
Para este concurso me inspiré en un relato que os regalé este verano y que se llama, como bien sabéis, “La luz del faro” y que podéis leer un poco más debajo de esta entrada, el 26 de agosto de este año, o “clickando” directamente en el enlace que os muestro: http://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/2016/08/la-luz-del-faro.html.
Decidí, como temática libre, enviar un microrrelato que nos contase una historia de amor. En pocas palabras, menos de las que hubiese necesitado, traté de contar una sugerente historia. Lo bueno de los relatos super cortos, como es éste, es que posibilitan que el lector pueda crear su propia historia; que se vea atrapado por el cómo seguiría la historia y no pueda evitar el que su mente quiera saber el final. Esta es una de las virtudes de los microrrelatos: que, si son buenos, hacen que el lector dedique unos minutos a imaginarse la escena y a terminarla a su manera y esto, lo sabéis, es la magia de la lectura a la que, por supuesto, no es ajena la especialidad del microrrelato. De todas formas, en este caso lo tenéis más fácil los que habéis leído “La luz…”. Mi relato del 26 de agosto, seguro que os ayuda a poneros en situación, aunque también en aquella ocasión se ponía a prueba vuestra imaginación pues había varias posibilidades de un final para la historia que os conté.
Pues aquí os traigo esta corta historia de amor que, como todas en las que hay en juego sentimientos,  es muy intensa y vibrante en los inicios y después el tiempo se encargará de ponerla en su justa medida pasional. Espero que la disfrutéis y sea capaz de inspiraros a completarla.
Un abrazo a todos y, como siempre, os envío con él mis deseos de grandes sueños y felicidad en vuestro entorno.

Los haces del amor

Llevaban tiempo esperando la oportunidad: dos barcos de pesca, el de él y el suyo; una intersección definida por unas millas y unos haces. Ella lo comprendió cuando recibió el mensaje. La luna sobre las olas y la luz calculada del faro en la costa marcaban el punto de reunión. No sabían si el otro acudiría. Se abarloaron a las millas acordadas. Pasaron la noche y el amanecer. 


lunes, 10 de octubre de 2016

MI LIBRO


Buenas noches amigos, en este caso, de mis microrrelatos. Sí, hoy os traigo uno que ha sido seleccionado para formar la antología “Universo de Libros”, en su primer concurso. Han sido más de mil los enviados al concurso y aproximadamente la mitad los elegidos para formar parte de ella. En este enlace podéis adquirirlo, si os apetece. Como os he contado otras ocasiones, mi único premio es formar parte de la antología, pero os quiero informar de dónde se puede comprar, que es a través de este enlace: http://diversidadliteraria.us8.list-manage1.com/track/click?u=3451b62f001f585c72225b496&id=566f5e69a8&e=03075d27b7
¿Y de qué va? Pues os hablo de ese libro que todos tenemos en nuestra mente, aunque no nos demos cuenta de ello. Os llevo, a través de una historia breve, muy breve, por lo que estoy seguro a todos nos gustaría: escribir nuestra historia, o que alguien la escriba por nosotros. Esa historia cargada de momentos alegres, quizás los de nuestra niñez: cómo nos divertíamos, con quién jugábamos y pasábamos nuestros primeros momentos de conciencia segura de lo que hacíamos, muchas veces no demasiado de acuerdo con lo que a nuestros padres les gustaba; pero ahí estaba la salsa de esos tiempos. Por lo menos en mi caso era así, y fui muy afortunado de que mis padres nunca se enteraron de mis andanzas divertidas de un chaval con buen corazón, pero muy travieso y con una gran imaginación…así era yo y ahora, cuando lo recuerdo,…mejor no escribir sobre ello J.
En nuestras historias están también los recuerdos de nuestra adolescencia, los amigos con vocación de permanencia en nuestras vidas; de nuestros amores, pocos o muchos no importaba demasiado; bueno sí importaba, por lo menos a mí que lo intentaba mucho y no tenía demasiado éxito. La vida, nuestras vidas, están muy presentes en nuestras mentes y sí nos gustaría, creo, tenerlas escritas para estar preparados para cuando el tiempo vaya haciendo que se nos vayan difuminando los recuerdos. Esos recuerdos que, de alguna manera, son los cimientos de lo que somos ahora, nos guste o no. Los mejores capítulos de nuestra vida quizá sean la época en la que formamos pareja y criamos: menuda época de locos y de dolores de cabeza…por lo menos para los hombres de mis tiempos que no estábamos tan acostumbrados como los de ahora a hacer de todo: cacas, lavadoras, noches sin dormir…dar el pecho no, gracias a Dios…Pero era una época de ilusiones, con el mundo y todas las posibilidades frente a nosotros, y con mucho por añadir a nuestro libro personal…y así, y así van en nuestras mentes escribiéndose los capítulos de nuestros libros, de momento mentales.
Bueno, queridos todos, seguidores de mis ilusiones, que, por cierto, vais aumentando significativamente día a día, estoy seguro de que leyendo esto que os he traído hoy a nuestro rincón os ha hecho volar en el tiempo y, seguro, esbozar más de una sonrisa…pues eso, a seguir escribiendo vuestros capítulos con el equilibrio que os va dando la vida y la experiencia, independientemente de la edad que tengáis. Todas las edades nos sirven para madurar; todos los capítulos de nuestro libro son brillantes porque son los nuestros y nadie los puede igualar; la diferencia está en que unos los quieren escribir y otros prefieren mantenerlos en la intimidad y la profundidad de su yo, de sus recuerdos.
Buenas noches y espero disfrutéis estas cortas líneas sobre “Mi Libro”. Soñad y sed felices.


Mi libro es el de toda una vida sin escribirlo. Quizá me ponga a ello un rato de estos, un día cualquiera, aunque…para lo que me queda, creo que mejor seguiré acumulando sus páginas en mi memoria.