sábado, 6 de marzo de 2021

Mis cuentos a TROZOS. CIRIACO Y EL CARACOL

 


Hola, amigos, buenas tardes. De nuevo con vosotros lo que es un placer, no solo por poder dirigirme a vosotros sino por todo lo que lleva consigo el escribir en esta ventana: he encontrado un rato para estar tranquilo en mi cuarto, con buena música, suave, jazz, Diana Krall, y poder escribir algo; en estos tiempos no lo hago demasiado y ya en otras entradas os he contado sobre ello.

Pues eso, que hoy quiero traer otro “trozo” de mis cuentos. Hoy le toca el turno a uno de los primeros que fue ilustrado pero que todavía está en el duro trabajo de encontrar “su” editorial. Se trata de “Ciriaco y el caracol”,  ilustrado magníficamente por mi querido y simpático compañero, Daslav Mirko Vladilo Goicovic (reservados los derechos de autor) (http://damivago.cl/).

En este relato se habla, fundamentalmente, de lo importante que es la amistad; de saber que en los momentos difíciles, a la que la vida nos somete, siempre aparece el amigo. Muchas, no el amigo que creíamos. Aparece el verdadero amigo; quizá el amigo en el que nunca reparamos; ese que nos apreciaba en silencio. Ese tipo de amigos que, por desgracia, no abundan son los que aparecen cuando las cosas nos vienen mal dadas. Los otros, los “amigos por interés”, desaparecen cuando más necesitamos de ellos. En esta historia hago mención, y quiero mostrar, al verdadero amigo, al que está a tu lado cuando pasas por un mal momento. Ese que no necesitas que diga nada. Solo ansías verle, tenerle a tu lado…sentir su calor. Ese amigo que sería capaz de, incluso, jugarse la vida por ti. Quizá en este cuento veáis algo de esto a lo que me refiero…pero no hay figuras humanas…bueno, una sí, pero hubiese sido mejor que no estuviese, sobre todo desde el punto de vista de sus protagonistas, el escarabajo pelotero, Ciriaco, y su amigo Lucio, el caracol. Ambos pasan por bastantes penalidades que he querido contar de manera divertida, pero sin quitarle el suspense y cierto dramatismo…

También, en esta historia, se dejan ver valores secundarios: el trabajo en equipo, la labor conjunta entre compañeros y el sacrificio propio en beneficio de un compañero más débil.

Y no cuento más. Si queréis, podéis leer más sobre el cuento en este enlace que os adjunto:

https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/2016/07/en-aquel-solarciriaco-y-el-caracol.html

 Espero que os guste.

 Solo quiero ya acompañar con parte de su texto a la ilustración que os traigo a continuación:


 Paró bruscamente y le preguntó a Lucio si se encontraba bien. Éste, como pudo, le dijo que no demasiado; que por causa del giro acababa de vomitar y que se encontraba muy mareado…..

…………..la valla se encontraba a escasos dos metros. Tenía que inventar algo. No podía permitir que su amigo fuese…………

Empezó a amasar rápidamente: hojas secas, palos, trozos de hierba y todo lo que iba encontrando por los alrededores; mientras ordenaba a Lucio que siguiese su camino hacia la ansiada valla. Él, detrás del caracol, iba haciendo pelotas, como sabía……………

 


Amigos, no dejéis de soñar y de ser felices y, sobre todo, cuidaros mucho que tenemos que seguir viéndonos por aquí.


martes, 2 de marzo de 2021

LAS NOTAS DEL VALLE

 


Hola, amigos. Mucho tiempo ha pasado sin aparecer por esta ventana. Bueno, no sin acercarme a ella, como podéis imaginar, pero sí sin interaccionar con vosotros, sin contaros cosas. Quizá este tiempo de pandemia nos tienen a todos un poco alejados. A mí, desde luego, sí. Pero no es por miedo a la enfermedad, aunque reconozco que un poco, mucho, de respeto sí le tengo. Creo que nuestro estado de ánimo, al menos el mío, nos tiene retraídos. Yo me siento un poco así. No tengo ánimo para hacer determinadas cosas. Estoy en modo “necesario”: hago solo lo que es estrictamente necesario: trabajo, hablo con compañeros, compro lo que necesito…nada de cosas superfluas…algo de deporte, sin excesos en el tiempo y ya. A casa. Comida/cena y a leer un poco, muy poco, y caer engullido por la almohada y disfrutar de unas pocas horas de sueño reparador de esta vida de “bajo consumo”…me hace gracias esta expresión...a alguien se la he dicho alguna vez: “gente de bajo consumo”, que hacen lo mínimo para vivir y conducirse por la vida, sin estridencias. Disfrutan de las cosas sencillas y simples de la vida; las que realmente te hacen disfrutar. Me dan envidia pues es gente inteligente con un don especial: detectan lo simple e importante de la vida y en ello gastan sus energías. Gente interesante. Reconozco que mis energías las gasto en lo que me gusta y me atrae, pero dudo que sea todo lo simple que se requiere para ser de “bajo consumo”. No, yo, desafortunadamente, no soy de bajo consumo. Una pena.

¿Y qué os voy a contar ahora? Pues algo que para mí tiene gran importancia y hace que momentos como este sean momentos importantes en el blog, en nuestro blog. Os quiero presentar un cuento nuevo que da origen a un gran proyecto, muy ilusionante, del que os quiero hablar y que quiero compartir con vosotros.

Para mí, la creación de un nuevo cuento ilustrado es una labor apasionante. Todo empieza con una idea que, de pronto, un día surge. No me preguntéis cómo surge porque soy incapaz de responderos. Lo cierto es que brota en un momento en el que hablamos de algo, o pasa por mi vida alguien o contemplo una escena rutinaria de la vida o…yo que sé. Pero la realidad es que surge y empieza a crecer y a dar tumbos por el cerebro de un lado a otro. Al final no hay más remedio que sentarse frente a la página, cuadriculada siempre, de un cuaderno y tratar de volcar todo lo que en la mente ya no hay como sujetarlo. Es una de las partes más gratificantes de todo el proceso: ¡Has dado a luz! Ahora toca pasar por unos momentos complicados. Estás vacío. Sí, de verdad, es la sensación que se me queda cuando he conseguido dar presencia, en forma de historia, a esas ideas sobre una misma ficción, con el miedo a que se me escapen y las pueda llegar a perder para siempre.

Ya está en el papel. Ya no hay miedo de que pueda esfumarse. Ahora viene el trabajo duro de tratar de que lo escrito enganche. Que el que lo lea no pueda parar hasta terminarlo. Ahora llega el momento de cómo atrapar al lector. Llega el momento de la escritura, de la gramática, de las figuras de nuestra hermosa lengua. Ahora llega el momento de dar forma, de la manera más bella que sea capaz, a una idea que un día surgió. Ahora es cuando el escritor se muestra. Ahora es el momento más crítico, es el momento de la creación; ahora es el momento de “esto es aceptable” o del “es mejor guardarlo en un cajón”.

Una vez que doy por aceptablemente bueno el texto, al menos para mí –después vendrán los críticos editoriales con las rebajas-, es cuando me dispongo a buscar el mejor ilustrador para mi historia. Una vez encontrado se convertirá en nuestra historia. A partir de ese momento ya es una gozada. Se trata de dar vida a un proyecto que está destinado a crear emociones. Os aseguro que esta parte final de proceso es apasionante y muy estimulante y agradecida. En ella se trabaja en equipo. El ilustrador y el escritor trabajan duramente en dar forma al cuento ilustrado. No os negaré que  a veces surgen chispas. ¡Hay que sacar un producto que engatuse a una editorial para que se decida a apostar por él y sacarlo al mercado para que pueda ser disfrutado por todos! Esto, como os digo, pasa por un tiempo de duro trabajo de revisar y revisar.

Con la oferta de una editorial se llega al final del sueño y del proceso. Se cumple una ilusión.

Hoy os voy a contar cómo es nuestro nuevo proyecto. Estamos convencidos de que alguna editorial nos llamará ofreciéndonos el formar parte de su oferta editorial. Sin ninguna duda se trata de un cuento especial.

Quiel Ramos, www.quielramos.com/ https://www.facebook.com/ezequiel.ramossanchez /

https://www.instagram.com/ramosquiel/ (todos los derechos reservados), es mi compañero en este proyecto. Entrad en sus enlaces y podréis comprobar de qué tipo de ilustrador estoy hablando: ¡espectacular! Gracias, Quiel, por haberte ilusionado con este proyecto tanto como lo estoy yo. Va a ser un gran cuento ilustrado, sin duda.

Amigos, “Las notas del valle”, es un cuento que está enfocado, de una manera divertida, a la enseñanza musical; al conocimiento de las figuras musicales. ¿Cuál es el escenario de la historia? Pues un pueblo en el que sus habitantes son, todos, figuras musicales. ¿Su alcaldesa? Pues la Clave de Sol, por supuesto.

Espero que os guste este avance y lo disfrutéis en esta tarde de este incipiente mes de marzo.

Un abrazo muy fuerte y no dejéis de cuidaros, de soñar y de ser felices.

José Ramón.





En un pueblo, en el corazón de un bonito valle, es donde se desarrolla la acción que se describe en “Las notas del valle”. Un pueblo lleno de música. Sus habitantes, figuras musicales. Su alcaldesa, Sol, una Clave de Sol con mucha personalidad capaz de dirigir a todos sus vecinos para conseguir un objetivo común.

El conocimiento de las figuras musicales es uno de los aspectos iniciales de la enseñanza musical.  En, “Las notas del valle”, a través de la historia contada, se llega al aprendizaje de estos aspectos musicales de una manera divertida y resaltando valores como el compañerismo y el trabajo equipo, ambos necesarios para todo tipo de empresas que se desee acometer.




Acababa de amanecer y el Sol asomándose por el extremo del valle lo iba recorriendo en su saludo matinal a los que allí habitaban. Comenzaba un nuevo día repleto de sorpresas. De sorpresas y algún que otro lío…

Pero vamos a acercarnos al pueblo más bonito de todos los que se repartían por aquel valle. Me estoy refiriendo a “Melodía del valle”, aunque todos lo conocían, simplemente, como “Melodía”. No era un pueblo ni grande ni pequeño; tampoco era ni muy ancho ni muy estrecho: tenía todo lo que tienen los pueblos: ni mucho ni poco. Pero bonito sí que lo era.

La vida, por allí, como en todos los pueblos, tenía sus historias de alegrías y de enfados; sus rencillas que se transmitían de padres a hijos. Sí, como todos los pueblos. En el momento de esta historia era así como lo estoy contando...


Aquel día, a aquellas horas tempranas de la mañana, alguien muy importante en la vida del pueblo se dirigía con paso firme y ciertamente enfurruñada en dirección al ayuntamiento. Se trataba de la Alcaldesa. Los vecinos la saludaban a su paso y ella a nadie contestaba. Iba con la mente puesta en lo que iba a ordenar unos minutos después y no reparaba en nadie a su paso. Esto lo tengo que solucionar de una vez por todas. Se decía mientras subía las escaleras del austero y antiguo ayuntamiento.

…………………………………..

¡Sí, lo habéis adivinado! Esta historia que os estoy contando es una historia relacionada con la música porque, en Melodía, vivían figuras y símbolos musicales.

—Calderón, convoca pleno para el jueves, a primera hora —le ordenó a su secretario, con la energía y aplomo que le caracterizaba. Calderón era un secretario muy disciplinado y leal con la alcaldesa.

……………………………..

La alcaldesa quería solucionar, de una vez por todas, la relación entre sus convecinos pues no era todo lo buena que ella quería para Melodía. Y en ello estaba.

 También, en el pleno de ese jueves, Sol, contó su conversación con Blanca —la figura blanca que, al igual que Clemente, era, por decisión de las blancas de Melodía, la representante de todas ellas.

Me dirigí, tras hablar con Clemente, al establo situado en la parte norte del pueblo. Contaba, Sol, a la corporación municipal. Allí, como todas las mañanas, temprano, Blanca estaba recogiendo la leche que daban sus vacas y preparando sus ollas de plástico para meterlas en el vehículo y comenzar el reparto diario. Seguía contando.

…………………………………

Las fiestas del pueblo empezaban en quince días. El año pasado la convivencia en Melodía había sido muy difícil y la música, tan importante en el pueblo, había brillado por su ausencia. Sol se prometió que haría todo lo posible para que la música volviese a sonar en todo el valle. Las fiestas patronales serían un buen momento para conseguirlo. Y lo iba a conseguir, costase lo que costase.

El lunes, sin falta, de buena mañana, se aprobó la propuesta de la clave de sol, la alcaldesa, y eso le permitió emitir un bando que fue dado a conocer por medio de los altavoces que para esta función estaban repartidos por todos los rincones de Melodía.

Decía así:

………………………………….. 



domingo, 3 de enero de 2021

¡Feliz 2021! y...LA SEGUNDA OPORTUNIDAD

 




¡Feliz año 2021, amigos! Espero, de verdad, que sea un año feliz. Es difícil, tras todo este tiempo que llevamos de mortificación, ver el final del túnel pleno de oscuridad en el que nos sentimos atrapados. 2020 ha sido, realmente, un año muy difícil en el que hemos aprendido e interiorizado procedimientos y rutinas que nos han mantenido, a casi todos, lejos del virus. Utilicemos todo esto que ya dominamos para caminar por el deseado 2021. Si lo hacemos así, os aseguro que será un gran año para todos nosotros. Yo os deseo lo mejor, como individuales y como grupo. Más que nunca, necesitamos identificarnos como grupo, salir juntos y a una de esta situación de opresión en la que el virus nos ha situado… con la inestimable ayuda de unos cuantos, bien seguro. Este año nos guiará, bien seguro también, por el camino que nos conducirá a la salida del túnel. En diciembre, el 31, estoy seguro que diremos que conseguimos vencer al virus en el 2021 y afrontaremos el 2022 como año de la normalidad (y no entrecomillo la palabra porque no tiene nada que ver con la ridiculez “interesada” de la frase “la nueva normalidad”… ¿dónde está esa nueva normalidad que sirvió para engañarnos a todos? …bueno, a mí no, os lo aseguro). Sí, la normalidad de hacer lo que normalmente hacíamos, sin aspavientos porque nos parecía que era algo que no se nos iba a arrebatar nunca. Esa normalidad que nos permitirá vivir sin darnos cuenta de lo importante, que es lo que vivimos con normalidad. Menos mal que, gracias al virus, ahora apreciaremos todo lo que considerábamos normal en nuestras vidas y ahora es como un artículo de lujo: besos sentidos, abrazos reparadores, cruce de manos buscadas porque somos gente de buscar el roce…todo lo que era normal y antes pasaba casi desapercibido y ahora ya no pasa. Llegará el momento, os lo aseguro, de volver a esa expresión de sentimientos tan nuestra y a recuperar esos hábitos y, ¿sabéis qué?, que los disfrutaremos más que antes de la pandemia…eso hemos ganado con todo esto que tanto daño nos está causando.

¿Y hoy de qué os quiero hablar, aparte de felicitaros este 2021? Pues de una historia que la gran mayoría de los que amablemente me seguís no conocéis. Es un cuento de fantasía, de lo que nos gustaría que la vida nos regalase.

La segunda oportunidad está dedicado a personas sin edad definida. Os decía, en otra de mis entradas, que quizá no fuese un cuento dirigido directamente a los más pequeños y os enfatizaba que, desde luego, sí que lo es dirigido, indirectamente, a ellos. Es un cuento que da la posibilidad a los padres, tíos, abuelos, de hacer ver a sus pequeños lo importante que  es el que nuestras vidas estén rebosantes de honradez y que la constancia en nuestro quehacer diario sea una de las virtudes que ellos, los más pequeños, deberán cultivar. Con estos dos ingredientes la vida, a veces, muchas veces, nos premia. La vida, además, a veces, muchas veces, da una segunda oportunidad a quien la necesita. Bien es verdad que debemos estar atentos a las señales que nos indicarán que lo que se nos presenta ante nuestros ojos, en modo de nueva amistad, de una nueva posible ocupación, un giro en nuestras vidas inesperado, no es ni más ni menos que una segunda oportunidad que la vida nos ofrece. En esos momentos debemos de estar preparados y cogerla con seguridad y sin temor a equivocarnos. La vida es de los valientes y las oportunidades que regala son para los que no tienen temor a hacerse con ellas. Quizá todo esto, Alipio, el protagonista de esta entrañable historia, lo sabía y en este cuento ilustrado se relata lo que le aconteció para sacar adelante a su familia.

Pero antes de pasar a dejaros algunos párrafos de esta historia os quiero hablar de, Marta Noguera-Homs, mi compañera en este proyecto. Sabéis que para sacar adelante todos mis proyectos me intento rodear de grandes artistas pero, sobre todo, de extraordinarios profesionales. En, Marta, convergen los dos requerimientos y se le añade un tercero: escribe muy bien. Con estos ingredientes y mi aportación hemos conseguido estar en el camino de crear un proyecto de una calidad muy alta y queremos que el 2021 sea el año de nuestro La segunda oportunidad.

Marta, muchas gracias por haber querido unirte a mí en este proyecto. Muchas gracias por tu estilo exquisito y por tu manera de trabajar, precisa, rigurosa, detallista y empática. Es un gran honor formar equipo contigo para dar forma a lo que hace unos años escribí.



No os podéis imaginar, amigos, el trabajo que hemos llevado a cabo, Marta y yo. Hemos discutido hasta la última coma del texto, hemos dado forma al personaje principal, estamos trabajando las escenas, para que complementen unas veces y cuenten cosas otras, de manera muy precisa. En esta entrada os presente algunos bocetos porque todavía no tenemos ninguna definitiva. Nos hemos juntado en este proyecto dos perfeccionistas hasta la saciedad. Los dos queremos sacar a la luz un gran proyecto. He tenido suerte de encontrarme con una profesional y una artista de la talla de Marta. Vosotros juzgaréis el resultado final y espero que sea muy pronto.

Aquí os dejo los enlaces de las páginas de Marta Noguera-Homs para que disfrutéis de su arte. No dejéis de hacerlo pues merece la pena:

https://www.instagram.com/mn.h/ https://www.facebook.com/MN.HSTUDI https://mnoguerahoms.com/

Y nada más, amigos. Solo quiero desearos que este 2021 sea un gran año para todos vosotros y que sigáis haciendo feliz a vuestros pequeños con la literatura infantil. Por mi parte, seguiré trabajando para facilitar que nuestras historias, las que comparto con mis compañeros ilustradores, puedan estar disponibles lo antes posible para que podáis disfrutar de ellas. De momento, os dejo con La segunda oportunidad.

Buenas noches, un gran abrazo para todos y mi deseo de que no dejéis nunca de soñar y de ser felices.

José Ramón.

 


¡Venga, inténtalo de nuevo esta vez…!, no es frecuente que nos diga esto la vida.

Las segundas oportunidades no siempre pasan de nuevo ante nuestra mirada…Esto quizá lo supiese Alipio, el protagonista de esta historia; o quizá no…; pero de lo que no cabía duda es de que trabajaba y trabajaba para que la vida reparase de nuevo en él.

“La segunda oportunidad” es un entrañable relato en el que se resalta la importancia de valores como la amistad, la generosidad, la honestidad y la fe en que la constancia en el esfuerzo diario da siempre sus frutos.

“La segunda oportunidad” es la constatación de que la vida nunca regala nada que no se haya buscado con denuedo.

  


Aquella noche, como todas las demás, Alipio, entró saludando al hombre que estaba sentado junto a la puerta de entrada a los talleres por la que accedían los trabajadores encargados de limpiar, reparar y poner a punto los vagones del metro para el día siguiente. Ambos se intercambiaron las amables palabras de costumbre: “¿Qué tal estás?, ¿Cómo has pasado el día?”. Uno acudía al trabajo junto a sus compañeros, a medianoche; el otro, se acomodaba en su rincón a pedir limosna para poder sacar adelante a su familia numerosa.

Aunque el dinero le hacía tanta falta como al bueno de Andrés, Alipio, era una de esas personas que todas las noches dejaba algunas monedillas en sus manos. Solía pensar que “por lo menos yo tengo trabajo…” y así compartía con él lo poco que podía ofrecerle.

Alipio era un hombre de mediana edad, con mujer y tres hijos que alimentar. Era honrado, trabajador, pero fundamentalmente era un hombre bueno.

…………………………………………………

Su mujer, pedía en el mercado vagando entre los puestos de verduras cuando no conseguía ser empleada en una casa para limpiar. Era una mala época y el trabajo escaseaba. Por su parte, Alipio, conseguía llevar a casa su pequeño jornal. Además, por las mañanas, se pasaba por los vagones, del metro de la “Línea 7”, tocando su vieja flauta. Solía tocarla con tal sentimiento que los vigilantes de esa Línea –conocedores de sus necesidades económicas y de que llevaban juntos compartiendo varios años en la misma empresa– hacían la vista gorda y se lo permitían. Por su parte, los viajeros, disfrutaban tanto de su música que solían premiarle con un dinero que le servía para incrementar su salario nocturno y, de esa manera, conseguir que su familia pudiese llegar a final de mes.

Una noche, mientras echaba agua y pasaba el cepillo de duras púas por debajo de uno de los asientos, en el interior del cuarto vagón del tren que hacía la Línea 7, encontró………….. “¿A quién se le habrán caído?”, pensó. No había ninguna cartera, ni tarjeta, ni cosa alguna que identificase al dueño de aquel……………………………………

Fue directo al asiento señalado de aquel cuarto vagón; se agachó a su altura… “¡Cielos!, ………….”. En su lugar encontró una bolsita de tela. Con cuidado y muy nervioso comenzó a abrirla. Su corazón palpitaba tan intensamente que pensó que se le iba a salir por la boca. Vació el contenido de la bolsita en su grasienta mano.

……………………………………………………………………

Al día siguiente, pasando de vagón en vagón, entró en el que hacía el número cuatro. Sacó su flauta de su vieja chaqueta y empezó a tocar. Fijó la mirada, de lejos, bajo el asiento en cuestión. No se veía ninguna cosa extraña. “Perfecto, he llegado a tiempo. Todavía nadie ha……………………



De pronto, entró y se dirigió hacia el asiento, que Alipio estaba vigilando, un hombre robusto, con apariencia de tener una situación acomodada. Tenía unos grandes bigotes blancos y unas gafas que le daban un aire de indudable altivez. Lucía un llamativo reloj y, entre su chaqueta abierta, adornada con un elegante pañuelo, se dejaba ver un cinturón a juego. Se sentó y sus pantalones descubrieron, con todo su brillo, unos zapatos muy elegantes.

“Ese es mi hombre. ¡Atención!”. Se preparó Alipio. Se dispuso a tocar su  flauta para acercarse a su objetivo cuando éste, el adinerado caballero -a juzgar por su presencia-, se levantó de repente y…………………………..