miércoles, 25 de diciembre de 2019

¡FELIZ NAVIDAD!




¡Feliz Navidad, mis queridos seguidores! Hemos llegado un año más, juntos, a este tiempo tan bonito y entrañable, al menos para los que tenemos ese sentimiento, por nuestras creencias, y también, por qué no decirlo, porque este tiempo nos estimula para creer en todos nosotros. Nos hace recapacitar en el hombre, o mejor dicho, para que no pongan el grito en el cielo determinados colectivos, muchos de ellos ridículos, en el género humano. Nos hace querer creer en las personas y pensar que, a pesar de lo que vemos en lo que nos rodea cada día, en la gente se puede confiar y que todos tienen algo que merece la pena ser conocido. Normalmente, yo, creo en la gente aunque a veces, y os quiero ser sincero, se me  hace difícil. Quiero creer en mis congéneres porque, si no, ¿en quién creo? Se me acaban las referencias. Sí, hay muchos en los que es fácil confiar y otros tanto en los que nos tenemos que esforzar un poco. Quizá, estos últimos, hayan vivido circunstancias que les hayan hecho proyectar una imagen que no concuerda demasiado con el “yo” que llevan dentro. La vida, quizá, haya sido un poco dura con ellos. Sí, quiero creer en todos los que me rodean aunque a veces me haya llevado grandes desilusiones. Quizá porque suelo ser exigente con todos y pido que las personas reaccionen con la entrega con la que yo me acerco a ellas (no sé si es mucha entrega o poca, pero es la mía, la que considero necesaria…y quizá ello no sea justo, porque no soy quién para exigir nada a nadie). Y el resto de los mortales que se relacionan conmigo se entregan como consideran y como saben…y como pueden…y eso no quiere decir que no sean aceptablemente todo lo buenos que yo necesito o espero que sean. Sí, hay muchos en los que es fácil confiar y de los que, personalmente, puedo esperar mucho. Otros, no tanto. Este tiempo de Navidad me ayuda a ser menos exigente con todos. Este tiempo de Navidad me hace olvidarme de todas las decepciones acumuladas durante el año y me ayuda a hacer borrón y cuenta nueva. Por eso me gusta tanto y por ello me reconcilia con el mundo. Al final, esta actitud, repercute en mi bienestar y es la razón por la que deseo tanto que llegue la Navidad y me pesa tanto el dejarla atrás.
Como otros años en esta época, ¿cuál más adecuada?, os quiero traer mi cuento de Navidad: Luces de Navidad, que ya muchos conocéis.
Este año os digo que, por segunda vez, la ilustradora que compartía proyecto conmigo ha decidido, por cuestiones profesionales, cancelar nuestro acuerdo de llevarlo a cabo. Por ello, os quiero participar que, una vez más, busco un ilustrador que sienta la Navidad como la siento yo y quiera compartir el proyecto conmigo para, de una vez, poderlo sacar a la luz.
Mientras lo encuentro o no, lo he querido enviar a una editorial y, con un poco de suerte, espero que lo admita para poder ser editado para las Navidades de 2020. ¡Crucemos los dedos!
Bueno, amigos, pues esto es lo que quería contaros en este día de Navidad y, aparte de enviaros mi felicitación, traeros, un año más, mi cuento de Navidad, Luces de Navidad.
Un cariñoso abrazo a todos vosotros.
José Ramón.


Si hay una época adecuada para que nuestros deseos se cumplan esa es, sin duda alguna, la de Navidad.
Esta historia es un canto a la Navidad que llevábamos dentro cuando éramos niños; a la Navidad que llevamos dentro ahora que no lo somos tanto. A esa Navidad en la que Los Reyes Magos, Papá Noel y el Árbol de Navidad, con su adornada majestuosa presencia, tienen un significado verdadero.
En este cuento de Navidad, Lucas, busca desesperadamente quien le pueda adornar su querido abeto que, aquellas Navidades, debía de permanecer solo en el valle.
“Luces de Navidad”, cuento de gran ternura, ilusión, sencillez y sobre todo de Navidad, nos la acerca a aquellos a los que la Luz de la Navidad nunca se atenúa en nuestro interior.



Ya llegaba la Navidad a aquellos parajes de ensueño −por lo menos es lo que nos parecería a cualquiera de nosotros−, y la nieve empezaba a blanquear las altivas y elegantes montañas que contribuían a crear ese ambiente sereno que envolvía al valle en un abrazo singular, en esa mañana en la que Lucas estaba un poco disgustado con su padre.
Papá, por favor, deja que sean éstas las últimas Navidades que pasemos aquí suplicaba Lucas desesperadamente.
Ya te he dicho que está previsto que este año nieve más de lo normal y que, si permanecemos aquí, seguramente quedaremos aislados todo el invierno. Ya sabes que no queda nadie en el valle. Todos se han ido trasladando a la ciudad pues ya no queda trabajo por estos lugares… intentaba razonar con el pequeño Lucas que, a pesar de su corta edad, ocho años, comprendía perfectamente lo que su padre le decía, aunque se resistía a aceptarlo.
Todos los años tenían la misma conversación, pero con final distinto. Éste parecía el definitivo pues las previsiones meteorológicas se presentaban decisivas a la hora de que su padre no retrasase más la partida.
En la ciudad no podría adornar su querido abeto de tres años que, en el jardín de la casa, ya se erguía majestuoso, creciendo y creciendo, día tras día, con vocación de llegar a ser el más alto y elegante de todos los que allí se alzaban recios y desafiantes a los vientos, las lluvias y las ya próximas frías y blancas nieves. Con este pensamiento, Lucas, se entristecía. La Navidad sin su abeto…….. no sería la misma.
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Venga, Lucas, ayuda a mamá y a tu hermana a meter las cosas en el coche, que se nos hace tardeurgió su padre con impaciencia.
No sé cómo lo voy a hacer, pero ……………………….. se prometió Lucas mientras corría al trastero en busca de la caja que contenía ………………………….
Ya en la ciudad, no dejó pasar ni un día; mejor dicho, no dejó pasar ni una noche sin pedir a Dios que enviase a “alguien” –unos angelitos estarían bien, pensó− para que …………………………………………………………………………..
Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente eran fijos en sus peticiones diarias: “esos sí me harán caso, decía. Siempre me han traído lo que les he pedido…”, decía totalmente seguro y con confianza. “Les escribiré una carta y les pediré que hagan un alto junto al abeto y ……………………………………………………………………..
Llegó el día 24 de diciembre.
El valle lucía completamente nevado como predijo el padre de Lucas. La circulación en vehículos no era posible, por lo que era una realidad que la casa de Lucas quedó totalmente aislada. Eso no significaba que no tuviese vida a su alrededor…
El Sol se dejaba caer sobre el valle y, apoyándose en la fría nieve, se reflejaba con fuerza intentando calentar todo aquél que lo buscase en aquellas gélidas jornadas. La nieve blanca, suave y fría, muy fría, acogía por aquí y allá alguna que otra huella de algún animal vagabundeando en busca de algo que llevarse al estómago, empresa difícil debido al grosor de la nieve caída los últimos días. El ambiente era cálido, a pesar del frío; se oía el silencio y el rumor del viento paseándose por el manto blanco y acariciando las hojas no caducas de los recios abetos. También se divisaban huellas de cazadores que se aventuraban por aquellos rincones en el frío invierno de aquél veinticuatro de diciembre, en busca de algo que aportar a la cena familiar que ya en todos los hogares se empezaba a preparar…menos en las casas del valle que se habían quedado sin el calor familiar de sus habitantes.
Era ya media tarde cuando…¿qué bullicio es aquél que está rompiendo la paz del valle? ¿qué está pasando en el tejado de la casa de Lucas? ¿Y esos trinos y píos, píos de pájaros? Un montón de pájaros se apelotonaban, haciéndose hueco con el ansioso batir de sus pequeñas alas, para introducirse, los primeros, por la chimenea de la casa……………………………………………………………
¿Pero quiénes se acercan por allá a lo lejos? Estaba ya anocheciendo y era difícil ver de quién se trataba. ¡Ya los veo! ¡Qué bonitos ……………………….!
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El silencio volvió al valle aunque, para ser más exactos, se dejó acompañar por los acordes de una conocida canción de Navidad que a lo lejos se dejaban sentir.
Estaba ya entrada la noche y desde las cumbres majestuosas que circundaban el valle se podía ver ……………………………………………………………….




domingo, 22 de diciembre de 2019

Dos firmas para “Cosme…” y “La nota…”





Buenas tardes amigos. Ya he iniciado el trayecto de firmas para dar a conocer mi nuevo trabajo: Cosme y la trucha. Ya lo conocéis y me conocéis: ¡no puedo quedarme quieto teniendo un nuevo trabajo en las librerías! Estuve pensando si hacer las firmas solo para Cosme…, pero al final me decidí que hacen buena pareja los dos y que sería también una buena oportunidad para seguir dando a conocer a La nota…


Después de las dos firmas que os voy a comentar hubo unos segundos que me arrepentí de haberlo hecho así. Fue como enfrentar a mis dos “hijos” para ver quién de los dos me arrancaba más firmas. Y esa sensación no me gustó demasiado. 





Al final, como lo que se pretendía no era rivalizar, sino dar a conocer, pues olvidé el pensamiento de culpabilidad y disfruté de la sensación de dedicar unas letras a los que amablemente quisieron que algunos de mis dos cuentos ilustrados, en algunos casos, o los dos, en otros, formasen parte de sus vidas o las de sus pequeños.




El primer evento fue el 18 de este mes, en la librería San Pablo de Albacete. Antes de nada quiero mandar un fuerte y cariñoso abrazo a sus dos libreras, Mari Ángeles y Llanos, por la extremada amabilidad con la que me han tratado desde el momento que me acerqué a ellas proponiéndoles esta actividad. 


Bueno, la verdad es que no fui yo el que me acerqué inicialmente sino una amiga que lo propuso. Gracias, Mercedes, y gracias también a Javier que tuvo muchos motivos para sentirse orgulloso de como se desarrolló todo por la tarde. Un gran abrazo para los dos.
No fue una tarde de firmas como otras que disfruté con La nota que faltaba. Fue distinta, porque la preparamos de manera diferente. Veréis, no quise hacer una actividad para niños. No, no quise hacerlo así. Quise tener un encuentro con las personas que, de alguna manera, tienen que ver o están interesados en la educación de sus pequeños, ya sean hijos, sobrinos o nietos. Hubo de todo. 


Quise y busqué tener un rato íntimo con mis futuros lectores o con los lectores que transmitirán mis sentimientos a los pequeños mientras tanto ellos no sean capaces de hacerlo por sí mismos. Buscaba tener un momento como el que tenemos cuando nos acercarnos a esta ventana. Quería hablar, a los que iban a asistir, sobre el escritor que tengo dentro, sobre cómo planteo las historias y, principalmente, que es por lo que vendrían, sobre mis dos primeros cuentos ilustrados.


Lo mejor de la tarde, a parte de la cantidad de libros que se llevaron, fue que, respondiendo a las preguntas que me hicieron, que fueron muchas, me permitió hablar de cosas que nunca me había planteado. Me preguntaron que por qué escribía para niños. Que qué buscaba en ello. Que si mi profesión no estaba relacionada con el arte ni con la escritura infantil cómo podía explicar que me pudiese dedicar a ello. No supe contestar claramente a las dos preguntas. Me remonté a cómo empecé a escribir. Alguna vez creo habéroslo contado. Un buen día, allá por 2010, me regalaron un álbum ilustrado dedicado. Sí, los álbumes y los cuentos ilustrados no son exclusivos para regalarlos a los pequeños. Esa es la grandeza de la literatura infantil que llega al corazón de grandes y pequeños, de igual manera y con igual fuerza. Pues bien, cuando lo leí me dije “¡…si esto lo puedo escribir yo…!”. Y empecé y hasta ahora…


También les conté que el ser escritor para niños me imaginaba que dependía de la sensibilidad que tengamos, el que se quiere dedicar a ello, dentro de sí y no relacionado con su desempeño profesional. Yo me siento cómodo en este campo y me produce muchas satisfacciones…sobre todo cuando acabas de dedicar uno de tus cuentos a unos pequeños. Sus miradas son inolvidables para mí. 



Gracias, Lucía e Irene y, sobre todo, a sus simpatiquísimos padres. Ellos estuvieron en la segunda de mis firmas de esta semana. Me refiero a la que hicimos en la librería Atenea, de Valencia. A sus propietarias, Isabel y Mercedes, les agradezco también su eterna sonrisa y su amabilidad. Además os quiero comentar que son propietarias de la editorial Samaruc y que esperamos pronto el que otro de mis libros, muy conocido por vosotros, sea editado por ellas. Eso me anticiparon. Permitidme que guarde el secreto del título del libro.



La actividad en Atenea, el viernes 20 pasado, fue distinta a la de San Pablo. Allí se pretendía el “abordar”, en el buen sentido de la palabra, a los que iban entrando en la librería buscando otros asuntos.


 Es muy difícil conseguir que los que no vienen con la idea de adquirir un cuento ilustrado lo hagan…pero alguno sí se sintió atraído por mis dos productos. Eso es, si cabe, mucho más gratificante.


En fin, amigos, que la literatura infantil me da muchas satisfacciones y eso lo pude disfrutar en estas dos tardes intensas y llenas de sensibilidad e ilusiones, y hoy os lo quería contar y compartirlo con vosotros. Me gusta hacerlo.


Por mi parte, quiero aprovechar para desearos una muy Feliz Navidad y un extraordinario Año 2020, que estoy seguro será mucho mejor que este que ya estamos cerrando y que, al menos para mí, ha sido un gran año. 
También, como siempre, os deseo que sigáis siendo felices y que si no os ha tocado la lotería hoy, aquí en España, que no dejéis de soñar para que el año que viene sí lo haga y, sobre todo, no dejéis de soñar con vuestras ilusiones. Al final se cumplen, si se sueñan fuerte. Las mías se están cumpliendo.
Buenas noches.
José Ramón.



viernes, 6 de diciembre de 2019

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE “COSME Y LA TRUCHA”?





Hola, amigos, buenas noches. Todavía con la resaca de la presentación de mi segundo cuento ilustrado, Cosme y la trucha, os quiero contar cosas sobre él y ese día tan especial que viví el pasado 16 de noviembre. No os quiero mentir y deciros que fue una buena presentación, porque no fue así. Tuvimos fallos de organización y la asistencia fue…penosa. Algunos libros firmé…pero la asistencia dejó mucho que desear. Tanto es así que tenemos previsto repetir un día de firma en el mismo lugar: la Falla de La Merced de Valencia. Seguro que entonces será distinto.
Pero entonces por qué os vengo a hablar de algo que no fue como para estar mínimamente orgulloso. Pues porque mereció la pena el día y el evento, aunque no estuviese lleno de público, como se esperaba. Y eso es lo que os quiero contar hoy. Mereció la pena encontrarme con mi editora de infantil, Claudine Bernardes, de Sar Alejandría, mi nueva editorial. Siempre es un placer compartir un rato con ella por su profesionalidad y su extraordinaria simpatía. 



Gracias, Claudine, por haberte querido desplazar a Valencia para la presentación. Un abrazo para ti desde esta página.
También mereció la pena porque vi gente que hacía tiempo que no veía y eso fue algo especial. Amigas que me conocieron cuando estaba empezando en esto de la literatura infantil. En aquella época, y hablo a partir del verano de 2011, el pensar en llegar a publicar lo que escribía representaba un sueño prácticamente irrealizable. Con el tiempo me di cuenta que nada hay imposible y que con tesón, constancia e ilusión, mucha ilusión, todo se consigue. Eso me aconsejaban en su momento y yo les hice caso. Allí estuvieron acompañándome en un día importante porque la presentación de un libro tuyo siempre lo es. Gracias a las dos.




 Sí, Cosme… habla de superar las limitaciones y llegar a hacer esfuerzos por lo que te interesa; habla de salvar los obstáculos que la vida nos presenta. Ahí, en mi segundo trabajo publicado, hablo de esto y esa faceta lo hace muy interesante para los pequeños, sobre todo los de hoy en día, que buscan lo fácil siempre y a la mínima dificultad pasan de largo a por otra cosa. Este cuento ilustrado nos hace reflexionar con nuestros pequeños sobre lo importante que es el intentar sobreponerse siempre a los retos y los obstáculos que nos va presentando la vida.



Sobre todo, ese día, me sirvió para profundizar en lo que Cosme… realmente significa. Porque cuando hablé de él me di cuenta de su verdadero potencial y del porqué es importante tenerlo en nuestras manos:
Cosme y la trucha es un canto a la amistad, valor central que quise transmitir. A través de lo escrito seremos capaces de percibir lo importante que es la amistad, aunque, en nuestro interior, ya hayamos reparado en ello hace tiempo. Nuestros pequeños, lo serán también cuando se lo contemos. Si nuestros hijos, sobrinos o nietos ya son lo suficientemente mayores como para leerlo solos, les habremos proporcionado la oportunidad de descubrir La Amistad como referente en sus vidas que, apenas, están comenzando. Sí, quise transmitir lo importante que es el valor de la amistad en las relaciones humanas y en la vida tal como la conocemos.
Para dar forma a la historia, cuando me encontraba frente a la temida hoja en blanco, utilicé una herramienta que fue presentar a Cosme como un niño que no representaba ningún interés para sus amigos porque era un niño más pequeño de lo normal, muy delgado y, encima, cuando se ponía nervioso, tartamudeaba… y siempre lo estaba pues permanentemente recibía el rechazo de sus amigos…supuestos amigos, claro. Cosme fue escrito en 2011 y, queridos amigos, en aquella época no se hablaba de lo que hoy está en boca de la comunidad educativa y entre los psicopedagogos infantiles. Me refiero al bloqueo social que reciben algunos de nuestros pequeños por ser diferentes, en cuanto a destacar por arriba o por debajo respecto a las habilidades y talentos de la media de las del resto del grupo. Bloqueo social, por tener distintas capacidades, por demostrar sensibilidades distintas, en definitiva, por no ser capaces, a veces, de demostrar que sus aptitudes van más allá de lo que exteriormente son capaces de demostrar. Bloqueo social  que reciben, bien en el entorno de su grupo social de amigos o en el de la escuela. En este último caso este bloqueo social se torna en lo que se denomina acoso escolar o, en palabras inglesas (¡cómo nos gusta incorporar palabras de fuera!, ¡con lo rico que es el español!), bullying.



Sí, utilicé esa herramienta para contar sobre la necesidad que tiene Cosme de tener amigos y compartir con ellos sus alegrías, preocupaciones, sus secretos, sus ilusiones,…Quería presentar lo importante que es la amistad en la vida. Lo que necesitamos la amistad para vivir. Quería hablaros, en definitiva, del valor de la amistad. Y creo que lo he conseguido y con Cosme y la trucha, los más pequeños, con la ayuda de sus padres primero y solos más adelante, se acercarán a la amistad como valor. Se acercarán a ella para valorarla y para darse cuenta de que es algo importante a cuidar. Se darán cuenta de que para cuidarla deben de buscar y elegir unos buenos amigos y, después, mantenerlos…eso es muy difícil y requiere constancia, sacrificio y, sobre todo, generosidad. Sí, la amistad es mucho de generosidad, de ceder en beneficio del amigo. Todo ello se presenta en este cuento ilustrado de manera, a veces sutil; otras explícitamente. A veces con el texto directamente y otras a través de la mano extraordinariamente profesional de mi compañera, Rosa Ureña, que ha realizado un trabajo precioso (https://www.instagram.com/frenteyperfil/, todos los derechos reservados).




Pero en este cuento, como os decía dos párrafos anteriores, se habla de algo muy importante. Se habla no solo de la amistad como valor, sino de la amistad como solución y herramienta para luchar contra el bloqueo social (que llevado a la escuela, como he comentado antes, se torna en acoso escolar/bullying). Este es el verdadero potencial de Cosme y la trucha y por ello considero que es un buen libro para concienciar a nuestros pequeños sobre lo importante que es la amistad…sobre lo importante que es practicarla en toda su dimensión y ayudar así a erradicar, en su entorno, el bloqueo social de los más débiles o el sufrido por los que destacan de manera brillante en alguna cualidad que genera las envidias del resto. Por ello estamos tan orgullosos de nuestro trabajo, ella y yo.
Ya solo me queda hablaros del guiño sutil que hago, al final del cuento, tratando de transmitir que lo mejor de las personas se encuentra dentro de ellas y nada tiene que ver con su apariencia externa.



Bueno, amigos, pues esto es lo que os quería contar para recomendaros este, mi segundo cuento publicado, como la mayoría de vosotros ya conocéis, que ha quedado precioso y, como habéis leído, que tiene una riqueza en valores que creo hará muy bien a los pequeños. Si alguno lo compra y desea que se lo dedique que no dude en pedírmelo y le enviaré un pdf con mi dedicatoria personalizada para que lo adjunte al libro.
Nada más por esta noche de cita con las ilusiones. Os deseo, como siempre, que sigáis soñando y siendo felices, con todo mi cariño.
José Ramón.



lunes, 11 de noviembre de 2019

Firma de COSME Y LA TRUCHA






¡Queridos seguidores, de nuevo de enhorabuena! "Cosme y la trucha" ya está preparado para su presentación. Aquí tenéis el cartel de la presentación. En Valencia y en el seno de algo tan valenciano como una Falla: la de La Merced, una de las más antiguas de Valencia, podré presentarlo de la mano de mi editorial, Sar Alejandría. Un orgullo para mí la presentación allí. Sé que la Agrupación de Fallas lo va a difundir. Yo os pido que lo difundáis también, los que estáis en Valencia, entre todos vuestros amigos falleros para que el que lo desee se acerque a conocer mi segundo álbum publicado.
"Cosme y la trucha" es uno de los mejores cuentos que he escrito, como muchos ya sabéis, y junto a las ilustraciones de mi compañera, Rosa Ureña, hace que Sar Alejandría haya editado un producto de una gran belleza y cargado de valores. Creo que no va a defraudar a nadie. Para recordaros lo que en su momento escribí aquí os adjunto este enlace: https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/…/i-la-amistad.html
Me gustará veros por allí.
Un abrazo cariñoso a todos con el deseo, una vez más, de que seáis felices y no dejéis de soñar.
José Ramón.

sábado, 2 de noviembre de 2019

IV VALORES (VIRTUDES)




Buenas noches, mi queridos seguidores. Antes de nada os quiero pedir disculpas por haberos tenido abandonados durante estos casi dos meses. La vuelta del verano ha sido muy ajetreada y no he tenido el tiempo que siempre necesito para contactar con vosotros y contaros mis cosas. De verdad que, no sé cómo, pero me he quedado sin tiempo para disfrutar como quiero de este espacio que, como a muchos de vosotros, me descansa y me desconecta, por unos minutos, de la vida. A pesar de ello, como imaginaréis, no me he apartado de la literatura infantil y de todos los proyectos que tengo en marcha. ¿Sabéis una cosa? Pues que en este tiempo de conversaciones intensas con mi nueva editorial, que habrá tiempo de hablar de ella y de mi nuevo libro que presentaremos el 16 de noviembre, en Valencia, he descubierto que mis proyectos es más correcto y preciso encuadrarlos en el estilo de Cuento Ilustrado que en el de Álbum Ilustrado. Ello es porque aquél tiene más texto que éste. Cuestiones de semántica pues un niño no se cuestiona si se está divirtiendo con un álbum ilustrado o con un cuento ilustrado, pues los dos tienen texto e imágenes que lo complementan. Y yo sí me atrevo a decir, aunque mucha gente esté en desacuerdo, que prefiero el formato de cuento ilustrado pues, además de divertir, permite con más éxito que el niño se aficione a la lectura. Es mi opinión y estaré encantado de intercambiar puntos de vista en los comentarios que podáis hacer a esta entrada.



¿Os habéis fijado que, como el que no quiere la cosa, os he soltado que presento mi segundo álbum el nueve de este mes? Pues sí, así es. Era una sorpresa que he desvelado sin darme cuenta en el fragor de la escritura y preso de mi ansiedad por contaros cosas. Pero no os cuento más porque habrá tiempo, con la siguiente entrada, en unos días, en la que os hablaré de ello. De momento solo deseaba compartirlo con vosotros y avanzaros que ese día  me gustaría veros y saludaros a todos los que viváis en Valencia, o poblaciones cercanas.


En este tiempo de silencio en el blog hemos estado, Rosa Ureña, mi compañera en el proyecto “Cosme y la trucha”, y yo, muy atareados trabajando con la editorial que os comento, nuestra editorial, Sar Alejandría, para sacar el proyecto a la luz. La presentación en Madrid, que hará Rosa, ya os la comunicaré, igualmente, cuando se decida hacer. Tanto ella como yo estaremos, cada uno en su ciudad, para dedicaros los ejemplares que deseéis. Os aseguro que este trabajo no va a defraudar a nadie. ¡Ha quedado precioso! Estoy muy ilusionado con mi segundo libro publicado y no veo el momento de poder presentarlo. De momento os presento hoy el mock up. También aprovecho, como aperitivo, para adjuntaros el enlace en el que podéis leer algo sobre él: https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/2019/05/i-la-amistad.html
Bueno, pues vamos a lo que os traigo hoy: la cuarta entrega de esta serie en la que agrupo mis proyectos según aspectos comunes a todos. En este caso os traigo cuatro proyectos que hablan sobre los valores. Quizá deberíamos hablar de virtudes, como os pongo en el título de la entrada entre paréntesis. Los valores cambian de sociedad a sociedad; de país a país. Los valores no son iguales en todo el mundo. Por ejemplo hay países en los que el ojo por ojo está bien visto y aceptado y el que no lo ejerce es poco menos que un cobarde. Por eso, alguien muy sabio me dijo una vez que los valores son los escombros de las virtudes y yo también lo creo así. Lo que pasa es que nuestra sociedad no está preparada para hablar de virtudes y sí, muy concienciada, para hacerlo sobre valores. Por ello, no he querido cambiar el título de esta entrada pues seguro que se entiende mejor, por lo que os he dicho, que es lo que agrupa mis cuatro cuentos siguientes. Aún así no me he resistido a ponerlo entre paréntesis.

Pues vamos a por el primero:


Cargo Blue, fue mi primer cuento y con él empecé a descubrir la magia de la literatura infantil. Me metí en ella sin saber si podría y si, lo que podría ser más serio, sabría. Cargo Blue transmite todo aquello que yo pensaba debería encontrarse en las páginas de un libro para los más pequeños: valores (virtudes) e ilusiones y fantasía. Cargo Blue fue mi primer cuento y debería haber sido el primero en ser publicado. Tiene mucha fantasía; transmite que lo importante de las personas no está en su aspecto exterior sino que, si nos preocupamos, lo encontraremos en su interior. Cargo Blue va más allá de lo “fashion” de la vida y trasciende a las modas. Este pequeño avión de carga nos muestra lo importante de la vida: las personas auténticas sin reparar en edades. Tan auténtico es un niño de siete años como un anciano de 100. Lo importante está en el interior.
Cargo Blue nos llega al corazón. Mi entorno siempre me lo ha dicho: “es tu mejor cuento”. No sé si lo es o no, pero lo que sí sé es que muestra una guía de vida para los más pequeños a los que, principalmente, va dirigido. Curiosamente os tengo que decir que este cuento es, de los que tengo, el que más ha gustado a los mayores.
Esta historia también transmite el valor de la responsabilidad en nuestros quehaceres; la constancia para llegar a conseguir lo que queremos y, sobre todo, transmite sensibilidad en el trato con los demás.
Cargo Blue, os puedo decir que ha estado a punto de ser editado por una editorial andaluza, pero al final no se han decidido a sacarlo adelante. Esto os lo contaba en este enlace: https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/2018/04/cargo-blue-ya-despega.html
A María José Plata, mi compañera en este proyecto
 http://mjplatailustracion.blogspot.com.es/2016/12/pintando.html todos los derechos reservados), y a mí no nos preocupa porque estamos seguros de que pronto encontrará su editorial. Hoy, por méritos propios, creo que está más que justificado el que esté encuadrado en este apartado de los valores. Aquí os dejo su sinopsis:


Cargo Blue es la historia de un joven, feliz y responsable avión de carga.
Abrazado a él –porque en el discurrir de la historia se desea abrazarlo…- nos guía por su vida y nos presenta a sus amigas, las nubes. Sí, Cargo Blue no tiene más amigas que las algodonosas nubes blancas que le arrullan y le dan el calor que no tiene en tierra firme.
Ésta es una tierna historia en la que se nos sugiere que la belleza y riqueza de las personas no es siempre lo que se nos muestra de ellas exteriormente, sino lo que guardan en su interior.
Cargo Blue, desde el momento que fue escrito, no ha dejado de ser una referencia y guía de estilo de vida, no siempre fácil de seguir.

El segundo de los cuentos nos recuerda que ya estamos camino de las Navidades y es muy apropiado el que hoy os quiera presentar, aunque la mayoría lo conocéis, mi cuento de Navidad: Luces de Navidad. Un cuento que trata de dar vida, a través de una bonita historia de Navidad, a todos esos sueños de ese tiempo de ilusiones. Siempre os lo comento: la Navidad es mi época favorita del año y eso quise representar a través de esta historia. Quise plasmar la ilusión con la que, desde pequeño, y lo sigo haciendo ahora, vivo la Navidad. Es realmente una entrañable historia que está buscando su ilustrador: alguien que viva la Navidad como yo lo hago y sea capaz de dar vida a lo que escribí. Seguro que en breve lo encuentra.
De momento os traigo la sinopsis:
Si hay una época adecuada para que nuestros deseos se cumplan esa es, sin duda alguna, la de Navidad.
Esta historia es un canto a la Navidad que llevábamos dentro cuando éramos niños; a la Navidad que llevamos dentro ahora que no lo somos tanto. A esa Navidad en la que Los Reyes Magos, Papá Noel y el Árbol de Navidad, con su adornada majestuosa presencia, tienen un significado verdadero.
En este cuento de Navidad, Lucas, busca desesperadamente quien le pueda adornar su querido abeto que, aquellas Navidades, debía de permanecer solo en el valle.
Luces de Navidad, cuento de gran ternura, ilusión, sencillez y sobre todo de Navidad, nos la acerca a aquellos a los que la Luz de la Navidad nunca se atenúa en nuestro interior.

El tercero de los cuentos nos habla de mar y de sal. Lo escribí en una época en la que, por motivos de trabajo, estuve disfrutando de lo maravilloso que es el noroeste de España, de ese sabor a las tradiciones, a lo rural, a lo auténtico. Disfruté de la cercanía a la naturaleza poco contaminada de asfalto, prisas y prioridades que nos imponemos y después no lo son tanto. Allí me inspiré para hablar de gaviotas. Concretamente de la raza denominada gaviota patiamarilla.
Tejas, espuma y sal, es un cuento que nos habla de gaviotas en el marco del respeto a los animales. Este cuento pretende transmitir lo importante que es para nuestros pequeños el respeto por los espacios, los de las personas y los de los animales. Sí, ese es el valor que principalmente transmite esta historia entrañable. Cuando seamos capaces de sacarlo a la luz me confirmaréis que eso es así. Cada vez que lo releo me invade una sensación de tranquilidad parecida a la que se percibe cuando se está tumbado en la cubierta de un barco dejándonos mecer por el vaivén de las olas…con este cuento la sensación es doble porque aparte de tener muchas referencias al mar seremos capaces de sentir la brisa cargada de sabor salino.
Esta historia está sin ilustrador, de momento, pues no he encontrado el estilo que busco para ella. Como siempre, debo encontrar al ilustrador cuyo estilo se ajuste a lo que requieren mis letras. Siempre lo digo y lo repito ahora: no me interesa que mis cuentos tengan un ilustrador; me interesa que tengan el que se ajuste perfectamente, como si fuese una media naranja, al texto. No me importa esperar.
Aquí, amigos, os traigo su sinopsis:
  Dejándonos mecer por las cálidas corrientes de aire que acariciaban aquel bonito y discreto puerto pesquero, nos adentramos en el mar disfrutando de la blanca, salada y divertida espuma…¿Nuestros guías? Pues dos  bellas gaviotas patiamarillas: Galvia y Violeta que, a través de esta historia, nos cuentan algo de su forma de vivir y de sus ilusiones…sí ellas también las tienen; y nos enseñan a compartir con ellas espacios que en principio los tenemos reservados a nosotros.
Esta entrañable historia nos habla de respeto y cariño por los animales mientras sentimos el suave roce de la brisa marina. 


Por último, os quiero abrazar con una de mis mejores historias. Me refiero a Viento del sur. Muchos ya la conocéis. Siempre lo digo: no soy capaz de entender cómo este cuento no está ya en las librerías. Está claro que no ha encontrado su momento todavía. También lo está que no es un cuento como muchos otros. Más que un cuento es una lección de vida. En esta historia en la que se mezclan las tradiciones, las leyendas, la aventura y la preocupación de una familia nómada, entrañable y sencilla, que se vio sorprendida por el viento que venía del sur, nos dejamos envolver, como lectores, por el cálido desierto y por el cariño que existía entre sus miembros.
Es, fundamentalmente, un relato en el que se ensalzan los valores de la familia y lo importante que son las tradiciones transmitidas de padres a hijos.
Decidme, queridos seguidores, ¿cuántos cuentos habéis visto que traten alguno de estos temas?; ¿con cuántas historias ilustradas os habéis topado en las que se hable de la familia, tan importante en la vida de todos nosotros? Hoy en día, seamos sinceros, no es un tema demasiado demandado. Pero esto cambiará, seguro, en el momento que la sociedad vuelva a valorar lo que realmente es importante y nos dejemos de modernidades absurdas. Lo importante en la vida no entiende de épocas ni de modas y Viento del sur nos lo recuerda. Siempre os lo digo: yo me crie en un ambiente en el que tenía bastante contacto con las gentes del desierto y supe de sus tradiciones envidiables y de muchas virtudes que practican: la hospitalidad, la amistad, el honor, la generosidad, el respeto por los mayores y, sobre todo, por los padres. Son gente orgullosa de su historia. A mí me cautivaron y ese fue el germen para que, en estos años, escriba sobre ellos, sobre lo que representaban para mí y me transmitieron. Eso es Viento del sur: un canto a la familia y a las tradiciones y lo quise adornar con una bonita leyenda que hará, en su momento, que pueda llegar a ser un extraordinario cuento ilustrado. Y, ¿sabéis una cosa? Pues que lo hace tan especial el que haya sido capaz de encontrar para él una ilustradora como Marta Sedano, mi compañera en el proyecto (http://www.martasedano.com/,
todos los derechos reservados), que ha sido capaz de representar de manera magistral lo que yo tenía en mi cabeza y quise expresar mediante su escritura. No perdemos, tanto Marta como yo, la esperanza de poderlo ver publicado.
Por el momento, os traigo, una vez más, su sinopsis:


 Viento del sur nos permite acercarnos al seno de una familia nómada y vivir y sentir, a través de la historia contada, la acogedora calidez de sus gentes y la sencillez y fragilidad de sus vidas en manos, siempre, de un desierto protector unas veces, y otras cruel, inhóspito e implacable.
En este relato, se ensalzan los valores de la familia y las tradiciones que, de abuelos a nietos, se traspasan como un tesoro de valor incalculable pues representan los verdaderos cimientos de toda una vida nómada entre arena, cabras y dromedarios; castigada, a veces, por el viento que venía del sur.

Nada más por hoy, en esta noche de principios del penúltimo mes del año.
Buenas noches y, como siempre os digo, no dejéis de soñar y de ser felices.
Un cariñoso abrazo a todos.
José Ramón.