Hola, amigos, buenas tardes. Espero que todos os encontréis bien en este camino en el que ya, casi toda España, estaremos en un día en Fase 2 de este período que nos tiene que llevar hacia nuestra vida normal que tanto echamos de menos.
Siguiendo
en este camino de presentaros trozos de mis proyectos, hoy os traigo uno muy,
muy, especial. Es un relato cargado de anhelos, de riqueza interior, de
superación personal; es una historia con vocación de ayuda en nuestra vida
personal, de ayuda a la formación de nuestros pequeños en cuanto a lo
importante que es la superación personal ante las dificultades que la vida nos
va presentando: algunas simples y, a veces, ridículas, aunque las
magnifiquemos; y otras realmente duras y que nos va a exigir esfuerzo. Es
bueno, creo yo, que los pequeños, a su nivel, los vayamos entrenando a superar
esas dificultades. “Chano”, mi amigo,
pretende, entre muchas otras cosas, eso.
Es una
historia que está buscando editorial y que esperamos la encuentre pronto pues
creo que merece la pena. En ella encontraréis una moraleja final: “no siempre lo de los demás es
mejor que lo nuestro”. La mayoría de las veces malgastamos la mitad de nuestras
vidas anhelando lo que tienen otros sin valorar lo nuestro y lo que llena
nuestro mundo. En su momento quise ambientarla en un conocido pueblo del sur de
España pues, la ilustradora que en aquel momento estaba trabajando conmigo, lo conocía
muy bien y eso haría que su arte tuviese un cierto realismo que haría el cuento
ilustrado mucho más atractivo. Al final, por causas particulares de ella que no
vienen al caso, por respeto a su privacidad, tuvimos que cancelar el acuerdo verbal
que teníamos. La historia la seguí manteniendo en ese escenario pero ya sin
mencionarlo. Entonces fue cuando tuve la inmensa suerte de toparme con su
actual ilustrador, Javier Monsalvett Gandía (todos los derechos reservados),
http://monsalvett.blogspot.com.es/. Ello ha hecho que, “Chano”, mi amigo, sea uno de mis más bellos proyectos gracias, en gran
parte, a la manera tan maravillosa que tiene, Javier, de ilustrar.
Espero
que os guste el trozo que os traigo de él:
En su pueblo también hay una zona donde el terreno se corta y cae amenazador sobre unas bonitas calas. Allí es dónde Chano mira con su alma, disfrutando del último calor del Sol antes de enrojecer ante las cientos de miradas que le suelen contemplar: con toda su grandeza, al Sol, no le falta un “algo” de timidez.
José Ramón.
2 comentarios:
¡Pinta muy bien y repleto de valores : Posees gracia pedagógica!
En efecto, esperemos que el adelanto al siguiente estrato sea para bien a pesar de el descabalamiento de ciertos casos aislados de la población!
Por mi parte, sigo encantado con tu bitácora.
¡Un Saludo Sincero!
M a e s e J u a n P é r e z
Gracias, Maese Pérez, por tu comentario y por tu halago. Ya sabes que este tipo de mensajes son el alimento del escritor al que refuerzan a seguir, en mi caso, alimentando nuestro blog. Un abrazo agradecido.
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