domingo, 22 de diciembre de 2019

Dos firmas para “Cosme…” y “La nota…”





Buenas tardes amigos. Ya he iniciado el trayecto de firmas para dar a conocer mi nuevo trabajo: Cosme y la trucha. Ya lo conocéis y me conocéis: ¡no puedo quedarme quieto teniendo un nuevo trabajo en las librerías! Estuve pensando si hacer las firmas solo para Cosme…, pero al final me decidí que hacen buena pareja los dos y que sería también una buena oportunidad para seguir dando a conocer a La nota…


Después de las dos firmas que os voy a comentar hubo unos segundos que me arrepentí de haberlo hecho así. Fue como enfrentar a mis dos “hijos” para ver quién de los dos me arrancaba más firmas. Y esa sensación no me gustó demasiado. 





Al final, como lo que se pretendía no era rivalizar, sino dar a conocer, pues olvidé el pensamiento de culpabilidad y disfruté de la sensación de dedicar unas letras a los que amablemente quisieron que algunos de mis dos cuentos ilustrados, en algunos casos, o los dos, en otros, formasen parte de sus vidas o las de sus pequeños.




El primer evento fue el 18 de este mes, en la librería San Pablo de Albacete. Antes de nada quiero mandar un fuerte y cariñoso abrazo a sus dos libreras, Mari Ángeles y Llanos, por la extremada amabilidad con la que me han tratado desde el momento que me acerqué a ellas proponiéndoles esta actividad. 


Bueno, la verdad es que no fui yo el que me acerqué inicialmente sino una amiga que lo propuso. Gracias, Mercedes, y gracias también a Javier que tuvo muchos motivos para sentirse orgulloso de como se desarrolló todo por la tarde. Un gran abrazo para los dos.
No fue una tarde de firmas como otras que disfruté con La nota que faltaba. Fue distinta, porque la preparamos de manera diferente. Veréis, no quise hacer una actividad para niños. No, no quise hacerlo así. Quise tener un encuentro con las personas que, de alguna manera, tienen que ver o están interesados en la educación de sus pequeños, ya sean hijos, sobrinos o nietos. Hubo de todo. 


Quise y busqué tener un rato íntimo con mis futuros lectores o con los lectores que transmitirán mis sentimientos a los pequeños mientras tanto ellos no sean capaces de hacerlo por sí mismos. Buscaba tener un momento como el que tenemos cuando nos acercarnos a esta ventana. Quería hablar, a los que iban a asistir, sobre el escritor que tengo dentro, sobre cómo planteo las historias y, principalmente, que es por lo que vendrían, sobre mis dos primeros cuentos ilustrados.


Lo mejor de la tarde, a parte de la cantidad de libros que se llevaron, fue que, respondiendo a las preguntas que me hicieron, que fueron muchas, me permitió hablar de cosas que nunca me había planteado. Me preguntaron que por qué escribía para niños. Que qué buscaba en ello. Que si mi profesión no estaba relacionada con el arte ni con la escritura infantil cómo podía explicar que me pudiese dedicar a ello. No supe contestar claramente a las dos preguntas. Me remonté a cómo empecé a escribir. Alguna vez creo habéroslo contado. Un buen día, allá por 2010, me regalaron un álbum ilustrado dedicado. Sí, los álbumes y los cuentos ilustrados no son exclusivos para regalarlos a los pequeños. Esa es la grandeza de la literatura infantil que llega al corazón de grandes y pequeños, de igual manera y con igual fuerza. Pues bien, cuando lo leí me dije “¡…si esto lo puedo escribir yo…!”. Y empecé y hasta ahora…


También les conté que el ser escritor para niños me imaginaba que dependía de la sensibilidad que tengamos, el que se quiere dedicar a ello, dentro de sí y no relacionado con su desempeño profesional. Yo me siento cómodo en este campo y me produce muchas satisfacciones…sobre todo cuando acabas de dedicar uno de tus cuentos a unos pequeños. Sus miradas son inolvidables para mí. 



Gracias, Lucía e Irene y, sobre todo, a sus simpatiquísimos padres. Ellos estuvieron en la segunda de mis firmas de esta semana. Me refiero a la que hicimos en la librería Atenea, de Valencia. A sus propietarias, Isabel y Mercedes, les agradezco también su eterna sonrisa y su amabilidad. Además os quiero comentar que son propietarias de la editorial Samaruc y que esperamos pronto el que otro de mis libros, muy conocido por vosotros, sea editado por ellas. Eso me anticiparon. Permitidme que guarde el secreto del título del libro.



La actividad en Atenea, el viernes 20 pasado, fue distinta a la de San Pablo. Allí se pretendía el “abordar”, en el buen sentido de la palabra, a los que iban entrando en la librería buscando otros asuntos.


 Es muy difícil conseguir que los que no vienen con la idea de adquirir un cuento ilustrado lo hagan…pero alguno sí se sintió atraído por mis dos productos. Eso es, si cabe, mucho más gratificante.


En fin, amigos, que la literatura infantil me da muchas satisfacciones y eso lo pude disfrutar en estas dos tardes intensas y llenas de sensibilidad e ilusiones, y hoy os lo quería contar y compartirlo con vosotros. Me gusta hacerlo.


Por mi parte, quiero aprovechar para desearos una muy Feliz Navidad y un extraordinario Año 2020, que estoy seguro será mucho mejor que este que ya estamos cerrando y que, al menos para mí, ha sido un gran año. 
También, como siempre, os deseo que sigáis siendo felices y que si no os ha tocado la lotería hoy, aquí en España, que no dejéis de soñar para que el año que viene sí lo haga y, sobre todo, no dejéis de soñar con vuestras ilusiones. Al final se cumplen, si se sueñan fuerte. Las mías se están cumpliendo.
Buenas noches.
José Ramón.



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