sábado, 14 de septiembre de 2013

VIENTO DEL SUR



Hola, amigos. Siempre que llega el momento de “Viento del Sur” me dejo envolver por una atmósfera especial en torno a mi pantalla, en torno a mi ventana a vuestro mundo, y me dispongo a disfrutar el momento con toda su intensidad. Quiero invitaros a que, conmigo, lo podáis también disfrutar. El verano ya se nos ha marchado, aunque el calor, por según que partes del mundo, todavía lo estamos sufriendo unos y disfrutando otros; pero todos, con diferentes sentimientos, lo estamos despidiendo y, con los brazos abiertos, por lo menos en mi caso, dando la bienvenida al otoño. Época de nostalgias, romanticismo y calores…pero de los que proporcionan nuestros amigos, compañeros o nuestra familia. Precisamente, “Viento del Sur”, nos habla no sólo de tiempo de calor, de Sol implacable, sino también de noches acogedoras, de mantos de luces, de sonidos lejanos de animales que vagan en busca de comida, del calor de la familia; también de preocupaciones, pues la vida de los nómadas, protagonistas de esta historia, está repleta de ellas: nunca se sabe qué traerá el día que se avecina…el desierto es así de implacable, de acogedor y también de frío…el desierto es muchas veces como la vida, con sus calideces y sus frialdades. El desierto nos enseña a vivir, a disfrutar de lo importante, a descartar lo superfluo, a quitarnos el peso de lo inútil, de lo ridículo. Esto lo sabía Ahmed y así parecía trasmitírselo a su pequeña Haira. (La historia la habéis podido ir conociendo en las entradas de 3 de marzo, 23 de agosto, 1 de diciembre y 8 de diciembre de 2012 y la última el 5 de abril de este año). Marta Rivera Ferner (reservados los derechos de autor) (http://www.ediciona.com/marta_rivera_ferner-dirf-3027.htm http://paistodojunto.ultra-book.com/), es la artistaza que da vida a mi historia; da vida a nuestra historia, suya y mía, porque así lo considero cuando hago equipo con los magníficos profesionales con los que trabajo: comparten sus ilustraciones y les entrego mis ilusiones, es todo relativo al espíritu de equipo en el que tanto creo. Gracias una vez más, Marta, por haber querido compartir conmigo este proyecto que tanto deseamos que pueda ver la luz…personalmente creo que las ilustraciones son de una calidad difícil de igualar.
Pues nada más por hoy. Que la mirada ilusionada de Ahmed os contagie y os permita, al menos en los momentos en los que disfrutamos del calor de nuestra compañía, volar a su mundo en el que disfrutar de lo necesario, que realmente es menos de lo que creemos y vale más de lo que le concedemos, es la base de la felicidad…quizá debamos intentar seguir su ejemplo…lo dejo aquí…mi tiempo se ha acabado por hoy J
Buenas noches a todos y recibid un cariñoso saludo desde tierras lejanas.

José Ramón.


“También, en esas noches, Zaila y Ahmed aprovechaban para transmitir a sus hijos las normas de respeto a los mayores, muy unidas a los principios y costumbres por los que se rigen las gentes del desierto. Y, por supuesto, las normas básicas para sobrevivir en tan inhóspito, peligroso y, a la vez, cautivador entorno; con sus arenas formando las altivas dunas;   su viento que castiga la piel de los seres vivos que lo recorren, como si de perdigones se tratase; y, sobre todo, su bóveda estrellada que tantas miradas de esperanza, sueños y proyectos, captura.”


6 comentarios:

ethan dijo...

Una historia muy atractiva para los que crecimos por allí. Espero que estés bien en lugares tan revueltos últimamente. Un abrazo y cuidate!!

José Ramón de Cea dijo...

¡¡Muchas gracias por tu comentario!! Sí todo va bien. Esta historia es muy especial como bien dices y la pena es que no haya alguien que se interese por ella...realmente, y no lo digo yo sólo, que soy parte interesada, es una bonita historia con unas imágenes fuera de lo común...sé que cuando la crisis se aleje lo suficiente, aparecerá el privilegiado que quiera contar con ella entre su oferta editorial. Amén. :-) Bueno, pues ya te digo que estoy bien y que todo va muy bien...con ganas de volver. Un abrazo y gracias de nuevo por tu comentario.

Anónimo dijo...

Una vez más entro en este blog y como ya es habitual hago mi pequeño comentario...en tu saludo a todos los que entramos aquí, nos describes muy bien (resumida claro está) "VIENTO DEL SUR" yo personalmente me cogería las calideces del desierto... bonita y el colorido tan acertado como siempre...Un saludo

Anónimo dijo...

una historia llena de ternura, y sentimientos.Muchas gracias por compartirlo.
Yolanda

José Ramón de Cea dijo...

¡¡Gracias, ORB!! La calidez real de este espacio la dais los que entráis y con vuestros comentarios tejéis esta relación a través del teclado y vuestras pantallas. Esta es nuestra versión del querer compartir nuestros momentos con los demás en la bóveda que nos proporciona este escenario: es nuestra versión de lo que vivía la familia Tuareg. Un cariñoso saludo y gracias de nuevo por compartir tus pensamientos y tus opiniones con nosotros.

José Ramón de Cea dijo...

Gracias a ti, Yolanda, por este primer comentario en el blog que ya sabes que es tuyo también...Un cariñoso beso.