Hola
a todos los que esperáis, detrás de vuestras pantallas que os cuente algo.
Estamos lejos unos de otros pero mi impresión es que si aparto mi pantalla del
portátil me voy a encontrar con todos vosotros mirándome…me da un poco de corte
jajajaja. Bueno, sé que no me podéis ver y que, en cambio, estáis ahí. Estoy
escuchando música de hace muchos años que me trae muchos recuerdos pero, es
curioso, ninguno que se haya podido extrapolar a mi mundo de ahora…¡cómo
cambiamos con el tiempo! Cómo el tiempo nos va moldeando y hace que vayamos por
caminos paralelos o divergentes, incluso, de los que traíamos hasta ahora. En
aquella época, quién me iba a decir que me iba a meter de lleno en la escritura…¿en
la infantil? ¿Cómo fue ese cambio? —ahora suena
Whitney Houston…una pena que terminase como terminó. ¡Una belleza de mujer y
una voz prodigiosamente sensual!—.Pues no voy a
analizar cómo fue el cambio pues creo que a veces, en este blog y en mi página
de facebook, he hablado de ello. Lo que sí quiero contaros es que me puse a
ello porque la vida así me lo presentó y yo lo acepté y me impliqué de lleno en
tratar de transmitir sentimientos, no solo a los más pequeños sino también a
los mayores que, con el tiempo, han llegado a ser aquí y en facebook mis amigos
y queridos seguidores. Me apasiona ser capaz de transmitiros sensaciones y ser
capaz de que paséis un rato especial en mi compañía, en nuestra compañía,
porque este espacio lo hacemos todos: yo con lo que voy compartiendo y vosotros
con vuestra presencia que siento y veo en el incremento de las visitas (¡ya
vamos por casi 22800!).
Sí,
me puse a escribir sin saber a dónde me conduciría esta nueva propuesta de la
vida. ¿Sabéis?, tengo un montón de hobbies y la escritura ha conseguido que desde
el momento que me dediqué a ella les prestase muy poco tiempo —suena “I Look To You”…me encanta—. La escritura
está muy ligada a vosotros, a mi público, y el respeto que todos y cada uno me
merecéis y el saber que esperáis mis frases y mis renglones cargados de
sensaciones hace que la escritura haya escalado hacia la primera posición en
mis prioridades de empleo de mi tiempo libre que, por cierto, es muy poco…esa
es otra que alguna vez podemos comentar.
Llegó
el momento de ver cómo era capaz de llenar un papel con algo que pudiese interesar
a alguien y me puse a ello y así hasta ahora… En aquél momento no pensé que
nadie pudiese interesarse por lo que empezaba a escribir. ¿A quién le puede
interesar estas bobadas simples y poco sofisticadas que nada tienen en común
con la manera en la que lo hacen mis escritores (no seré yo quien diga “mis
escritores y escritoras”…intento no ser un hortera del lenguaje) preferidos?,
pensé. Esta reflexión intentaba frenarme. Sigo sintiendo que no sé cómo puede
interesar a nadie lo que escribo…jajajaja. Os confieso que he leído sobre cómo
se sienten los escritores y algo así les pasa también…eso me tranquiliza en
estos primerísimos momentos de mi senda por la escritura en la que me queda
tanto por aprender.
Una
de las cosas que ha significado, “La nota que faltaba”, para mí es lo mismo que
significa un aporte de vitaminas en vena para el que no puede con su alma. Me
ha impulsado como lo hace la goma de un tirachinas a esa piedra de malos
sentimientos (¿no lo habéis pensado nunca? Sí, la piedra de un tirachinas nunca
tiene buenos pensamientos…no está “armada” para hacer el bien…¡nunca!). Un día
cogí mi papel cuadriculado y empecé a escribirlo sin pensar en más. Quería
escribir sobre mi instrumento, el saxo, y lo hice.
Hoy
quiero compartir con vosotros algo que para mí tiene un valor incalculable. Es
la muestra de cómo la vida me colocó frente a un papel y, cuando llego la hora
de “La nota…”, hablé de ella para que ahora, todos vosotros, que sois por y
para los que escribo, tengáis la oportunidad de disfrutarla.
Buenas
noches, queridos amigos de mis ilusiones. Soñad y sed felices —he puesto de nuevo “I Look To You”.
José
Ramón.
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