miércoles, 3 de julio de 2019

III. LA VIDA PREMIA






Buenas noches, amigos. Hoy os traigo la tercera entrega de esta serie en la que agrupo todos mis cuentos para que los que no los conozcan todos puedan disfrutar de lo que aquí puedo traer. En esta ocasión os traigo cuatro cuentos que nos hablan de que la vida siempre nos devuelve cosas buenas si, por nuestra parte, también hemos intentado serlo. La vida al final premia siempre a las buenas personas…¿y al resto? 
Decía alguien muy querido por mí que nadie se va de esta tierra “de rositas”. Es decir, que antes de irnos de aquí pagamos lo que hayamos hecho. La vida es dura, y eso lo sabemos los que ya llevamos unos cuantos años pisando estos caminos. ¡Y gracias a Dios por haberlo podido hacer! La vida no regala nada y esto lo repito en más de una charla que, por mi profesión, debo dar de vez en cuando. La vida no regala nada. Todo cuesta mucho. Todo lo tenemos que trabajar mucho para conseguir nuestros objetivos, ilusiones y anhelos. Con un poco que la suerte se tome un momento para fijarse en nosotros, conseguiremos muchas cosas de las que perseguimos. pero nosotros tenemos que poner mucho de nuestra parte y, sobre todo, nuestro esfuerzo y tesón. Bien es verdad que no siempre lo conseguimos con el grado que habíamos soñado, y también no es menos verdad que, casi siempre, nos quedamos satisfechos del resultado obtenido porque somos conscientes de que todo cuesta mucho. Esto es así y el que diga que exagero es que no lleva suficiente tiempo vagando por estos lares.
A pesar de haber dicho esto, también es verdad que la vida nos vigila por un agujerito, por una esquina, por una grieta de una de las paredes que flanquean esta calle larga —para algunos demasiado corta, por desgracia—, que es ella misma y que debemos recorre. Y, en algún momento, la vida nos ayuda a mejorar y a variar nuestro sentido de marcha unos grados. Pero nos tenemos que dar cuenta que ese tren que nos permite variar nuestro rumbo está pasando…y eso, a veces, no es fácil. La vida a veces nos quiere premiar y no nos dejamos. De esto van las historias que os traigo hoy. Estas cuatro historias nos hablan de unas segundas oportunidades y de verle a la vida una manera distinta de apreciarla y disfrutarla. Espero que os gusten.






El primero de estos cuentos nos permitirá subir a los cielos. Apartarnos de la tierra mundana y meternos en las nueves. Cuando salgamos de ellas ya, las cosas, habrán cambiado. Os traigo de nuevo a este blog  El globo de la vida. La sinopsis nos resume todo lo que os acabo de contar:








El globo de la vida es una historia de fantasía en la que podremos soñar, de la mano de Justino, con viajar al pasado y tener la oportunidad de cambiar algo de lo que sucedió entonces y de lo que no estamos demasiado contentos. El medio de viaje: un globo.
En este relato se ensalza, fundamentalmente, lo importante que es la familia en la vida de una persona y el cariño que debe existir entre sus miembros.



Como en el resto de mis cuentos, he querido trabajar con una gran ilustradora. En este caso, los asiduos del blog, ya la conocéis. Ella, mi compañera en este proyecto —y en otro en el que estamos trabajando y ya os adelanto que tendrá mucha música y que espero pronto presentarlo aquí— se llama Ana Forradellas (reservado todos los derechos), y aquí podéis admirar como da vida a todo lo que le pasa por su mente de maravillosa artista: https://www.anaforradellas.com/. Aprovecho una vez más, Ana, para agradecerte tu compromiso con nuestro proyecto que esperemos pronto encuentre editorial.



El segundo de los cuentos que os traigo hoy es La segunda oportunidad. El título lo dice todo. Este cuento, quizá no como el resto, está dedicado a personas sin edad definida. Quizá no sea un cuento dirigido directamente a los más pequeños pero desde luego sí que lo es dirigido, indirectamente, a ellos. Es un cuento que da la posibilidad a los mayores de hacer ver a sus pequeños lo importante de la honradez y de la constancia en nuestro quehacer diario. Con estos dos ingredientes la vida, a veces, nos premia. La vida, a veces, nos da una segunda oportunidad. Alipio, el protagonista de esta entrañable historia nos habla de ello y de sus esfuerzos para sacar adelante a su familia.
Esta historia no tiene ilustrador y espero pronto encontrarlo. Estoy seguro que alguno de los muchos que se pasan por este blog quiera animarse a compartir trabajo conmigo. De momento, soy yo el que tengo esta responsabilidad de encontrar las imágenes que vayan a los personajes de esta historia cargada de sentimientos. Esta es la sinopsis:

¡Venga, inténtalo de nuevo esta vez…!, no es frecuente que nos diga esto la vida.
Las segundas oportunidades no siempre pasan de nuevo ante nuestra mirada…Esto quizá lo supiese Alipio, el protagonista de esta historia; o quizá no…; pero de lo que no cabía duda es de que trabajaba y trabajaba para que la vida reparase de nuevo en él.
La segunda oportunidad es un entrañable relato en el que se resalta la importancia de valores como la amistad, la generosidad, la honestidad y la fe en que la constancia en el esfuerzo diario da siempre sus frutos.

La segunda oportunidad es la constatación de que la vida nunca regala nada que no se haya buscado con denuedo.

La tercera de las historias que os quiero traer hoy, de nuevo, es la típica historia en la que, a través de una fantasía que a veces se nos antoja imposible y que finalmente se hace realidad, la vida de unas personas cambia drásticamente. Esa vida simple y gris que se consume al mismo ritmo que lo hace una vela: lenta e irremediablemente. Esto lo comprobaron, Gervasio y Sara, dos amables abuelos. 


Sí, esta historia, también enfocada a un público de edad no definida nos permite todo lo que comentaba en La segunda oportunidad: poder transmitir a los más pequeños, a través de la lectura de esta historia, un mensaje, en este caso, sobre lo importante que es la generosidad y la solidaridad en las relaciones humanas.
Este cuento está ilustrado por mi compañero Daniel Pineda, colombiano de nacimiento y que reside en España desde hace unos años (todos los derechos reservados). En su página: https://www.facebook.com/danielpinedailustracion/…podéis comprobar lo que os digo. Daniel, gracias por haber querido compartir conmigo este proyecto cargado de generosidad y de fantasía.


Aquí os traigo su sinopsis:

van Popel, es una sentimental historia, con un final inesperado, en la que se cuenta cómo la vida gira y gira dando oportunidades a todos, ya estén vivos o nos hayan dejado hace tiempo…
 Gervasio y Sara, dos entrañables viejecitos, eran así y su vida, que transcurría entre cuadros y el penetrante y embriagador olor del óleo de colores, les dio también su oportunidad.

En van Popel encontramos un mensaje de solidaridad y generosidad en su más alto exponente, que nos lleva a confirmar que los que menos tienen, al final, son los que más comparten.


Y para terminar esta entrada, que nos ha llevado por mis cuentos agrupados bajo el título La vida premia, os quiero traer la vida de “Chano”, mi amigo


Chano es ciego, pero me atrevo a decir que la vida le ha premiado haciéndolo el hombre más feliz que se puede encontrar en su pueblo, en el que las paredes nos ciegan. Él es capaz de apreciar lo que ninguno más de los mortales, con los ojos sanos, es capaz de hacerlo. “Chano”, mi amigo es un canto a la superación personal y, sobre todo, a la riqueza interior. Un cuento dedicado a un público, sin edad parcelada, que atesora en sus páginas, todavía esperando pasar por la ansiada imprenta, una fortuna sobre todo lo que a una persona le hace especial: la bondad y el valorar lo que poseemos en nuestro interior y que siempre pensamos que es peor que lo de los demás. No es así. Cada persona tenemos una joya, en un lugar que está muy próximo a nuestro corazón y que no sé indicaros exactamente dónde se localiza…pero sé que está ahí…os lo aseguro. Está. Tenemos una joya en bruto que con los años, si no la descuidamos, va brillando y se va cargando de valor. Valor que compartimos, generosamente, con los que nos rodean y queremos. Para ello es preciso que la valoremos. Lo que no se valora no se cuida. Chano, estoy seguro de que esto lo sabía y lo ponía en práctica.
Esta historia maravillosa, cargada de belleza y sensibilidad en estado puro ha sido ilustrada por mi compañero, Javier Monsalvett Gandía (todos los derechos reservados), y en el siguiente enlace podéis admirar su arte; os aseguro que os va a encantar: http://monsalvett.blogspot.com.es/
Gracias, Javier, por el privilegio que supone para mí el unir mis letras a tus imágenes. Ya sé que no entendemos, ninguno de los dos, cómo este proyecto no ha salido ya a la luz…quizás esté esperando su editorial. Recibe un fuerte abrazo.


Bueno, pues ya para terminar, amigos, aquí tenéis la sinopsis de “Chano”, mi amigo:

Esta corta historia nos acerca un poco a la vida de las personas invidentes y por extensión a todos los que tienen algún tipo de limitación. “Chano”, mi amigo es una tierna historia con una moraleja final: “no siempre lo de los demás es mejor que lo nuestro” Malgastamos la mitad de nuestras vidas anhelando lo que tienen otros sin valorar lo nuestro y lo que llena nuestro mundo. Esta historia se desarrolla en un bellísimo pueblo del sur de España y trata sobre la vista de un ciego; sobre todo aquello que imaginamos puede llegar a ver un invidente…con los ojos del alma. Recorreremos, guiados por el bastón de Chano, los lugares más bellos de su entorno que bien conoce. Se trata de una historia llena de anhelos, de riqueza interior, de superación personal y, por ello, de una historia que nos puede ayudar en nuestra vida personal…a mí, por lo menos, lo ha hecho.



Buenas noches, a todos los que habéis querido pasar un rato en mi compañía. Seguid soñando con todas vuestras fuerzas y no dejéis de ser felices.
José Ramón.



3 comentarios:

Santos Prieto dijo...

Jose Ramon:

No puedo estar más de acuerdo con tu preámbulo de esta presentación. Además, hablo con el conocimiento del que ya tiene una edad que le permite haber contrastado lo que bien dices, y todavía me queda vida (la que Dios quiera) para ver cómo me recompensan y premian mi esfuerzo continuado las conclusiones de otros asuntos pendientes.
Siéntate en tu casa y verás el cadaver de tu enemigo pasar... proverbio chino que tiene más años que tú y yo juntos y que creo concreta lo que dices, pero siempre que uno sea el bueno, si no, no funciona.

Felicidades por tus cuentos y por ser como eres.
Un abrazo.

Santos Prieto dijo...

En mi comentario anterior sobre tu preámbulo me ido a mi “parte vengativa” que, aunque legítima, me ha hecho obviar la más importante, la del premio por el trabajo bien hecho, por el esfuerzo, por ser buena gente. Coincido en que la vida te devuelve más que lo que das, siempre que no lo hagas pensando en recibir y te conformes con lo que llega. En resumen, ser generoso sin mirar con quien y porqué serlo. Para los que se aprovechan de esta forma de ser y vivir, que apliquen lo dicho en mi primer comentario.
Saludos,

José Ramón de Cea dijo...

Gracias, Santos, amigo.Viniendo estos comentarios de alguien que sabe mucho de la vida y de los trenes que pasan y no vuelven y de las segundas oportunidades, para mí tienen un grandísimo valor. Tus comentarios hacen más profunda la entrada que os traje. ¡¡Muchas gracias y recibe un fuerte abrazo!!