Hola, amigos de C&D, buenas noches. De nuevo
con vosotros. ¿Qué os puedo contar? Pues de momento que en mayo hemos tenido la
mayor afluencia de visitas recibidas en un mes desde que se creó este blog.
Hemos llegado a las cuatro mil (bueno nos han faltado unas treinta para
alcanzar ese número) y eso no hace más que confirmar que nuestro blog es muy
leído y no solo en España. Como os dije cuando celebrábamos las 50.000 visitas,
todos estos datos no hacen más que servirme de estímulo para seguir contándoos
cosas. Y aquí estoy de nuevo, sintiendo vuestro calor, no en directo, esa es la
pena, pero con la certeza de que una vez que publique lo que os voy a contar
nos encontraremos muchos de vosotros, en tiempo, es este rincón. Nuestro rincón
que no por mucho repetirlo va a dejar de tener sentido. Cada uno lo vemos
decorado de una manera especial. En él nos gustaría tener cosas distintas:
encima de la mesa, por las paredes, junto a nosotros…lo decoraríamos de mil
formas —me gustaría saber cómo lo haríais cada uno—, todas variadas pero todas
buscando lo mismo: que sea el lugar más acogedor de la tierra porque es nuestro
lugar de desconexión. El mío también. Cuando algo me ha salido mal en el día o
he tenido una decepción busco vuestro refugio y el de mi escritura. Hoy de
nuevo estoy con vosotros para hablar de otro paquete de cuentos, en esta vez
agrupados en torno a La Fantasía.
Todo cuento que se precie tiene que tener una dosis
importante de fantasía. Los cuentos relatan situaciones fantásticas para
vivirlas a través de sus letras y, en el caso de los álbumes ilustrados, a
través, también, de sus imágenes. Los cuentos te ayudan a viajar a lugares
maravillosos que solo existen en tu mente cuando te has paseado por sus páginas
y te has dejado atrapar por sus propuestas. La fantasía es algo que busco en
todos mis cuentos. Hoy os traigo la fantasía de tres de mis cuentos y quiero
empezar viajando.
Quiero que nos subamos a un tren de ilusiones cuya máquina,
Martina, busca la suya que se encuentra camino
del oeste. Sí, ese es el nombre del primero de los cuentos que os traigo. Es
una historia de ilusiones, como todas las mías y también de fantasía, de mucha
fantasía. Martina, una de aquellas máquinas románticas que lanzaban su humo y
olor a carbonilla a encontrarse con las nubes, sí, y también con los pasajeros
que se acomodaban en sus compartimentos abarrotados de gentes y equipajes. Eran
tiempos de compartir y de sentir el calor de los que les tocó compartir
espacios y tiempos. Eran otros tiempos que me alegro haber podido vivir,
disfrutar y, sobre todo, saborear. Ese olor a carbonilla en los viajes es uno
de mis olores de infancia que me evoca miles de sensaciones vividas. Ese fue el
motivo por el que nació Camino del oeste.
En este espacio he escrito varias entradas sobre este cuento. Os recomiendo de
corazón que volváis sobre ellas porque en sus entresijos conoceréis aspectos
profundos de mí, de los que me siento muy orgulloso. Ya sabéis cómo hacerlo: en
la parte derecha de esta ventana, bajo la que nos indica las visitas que
llevamos aparece una ventanita que dice: “buscar en este blog” y ahí podéis
poner el nombre del cuento y os aparecerá todo lo escrito sobre él. Ya me diréis.
Bueno, pues este primer cuento de esta entrada
está extraordinariamente ilustrado por Ana María Nale, ilustradora argentina de
gran sensibilidad y ganadora del Premio Internacional del Publico 2018, en la
VI Exposición Internacional Naif que ha tenido lugar en Barcelona, en el BCM ART
GALLERY, durante el mes de mayo del año pasado. La conocí en el 2016 y su
estilo naif me cautivó desde el primer momento que vi sus ilustraciones. Martina, estaba predestinada a recorrer
esos paisajes de fantasía que representaba mi compañera, Ana María. Le gustó mi
historia y le dio colorido de esa manera cautivadora que domina. Su web, en la que podréis disfrutar de
su arte, es: http://www.anamnale.com.ar/publicaciones.html
(todos
los derechos reservados). Gracias, Ana María, sabes que siempre me he sentido
muy honrado de poder compartir este proyecto contigo sobre el que los dos estamos
seguros que más tarde o temprano saldrá a la luz para delicia de todo el que se
quiera dar un paseo camino del oeste.
Esta es la sinopsis de esta historia:
Camino
del oeste es un relato lleno de ternura que hace referencia, con
añoranza, a tiempos pasados. A través de su lectura se puede disfrutar del
embriagador olor a carbón quemado que
produce Martina, la máquina protagonista de la historia, y que nos permitirá
viajar con ella a ese mundo que anhelaba.
Martina no está a gusto con el trabajo que le
ha tocado realizar y su sano inconformismo y valentía -valores que se ponen de
manifiesto en el relato-, propician que pueda llegar el cambio y la mejora.
El siguiente cuento que os traigo es uno de los primeros
que escribí y uno de mis mejores cuentos. Me refiero a Pan con miel. Muchas han sido las entradas que os he traído en el
blog sobre este cuento que estaba ilustrado por una buena ilustradora con la
que, por circunstancias, debí cancelar el acuerdo que teníamos. Ahora tiene una
nueva artista, Mari Carmen Mordom, en cuyas páginas podéis corroborar que
realmente es una gran ilustradora y, por ello, debo decir que he tenido una
gran suerte de que haya querido compartir proyecto conmigo. Lo que siento es no
poder mostraros ninguna ilustración ya que todavía no ha podido ponerse manos a
la obra por los múltiples compromisos que, a una ilustradora como ella, le llegan.
Hemos quedado que en este junio podría ser el momento de empezar. Ya os contaré. De
momento os la presento a través de sus espacios que seguro os van a enganchar:
Por mi parte, os cuento que, al terminar el
acuerdo con la anterior ilustradora, aproveché para revisar algunos párrafos
del cuento con los que no estaba demasiado satisfecho y le pude dar una dimensión
que ahora aporta una fuerza mayor a la historia. Esto lo contaba en la entrada
cuyo enlace os pongo a continuación y que os invito a que releáis:
Os dejo con la sinopsis de Pan con miel:
Sí, dicen que los sueños se cumplen si lo son
de verdad y se sueñan con intensidad. Esto debió de pasar por la cabecita de
Irma cuando viendo lo desgraciada que era la vida de su familia, quiso poner en
práctica lo que escrito en una Leyenda, transmitiéndose de generación en
generación, llegó hasta ella. Quería ayudarles colocando en el exterior de su
ventana unas bolitas de pan con miel…así lo decía la tradición.
Es una historia que irradia sensibilidad,
inocencia y, sobre todo, fantasía. En ella se pone de manifiesto el amor que,
una pequeña como Irma, siente por su familia a pesar de los problemas y las
dificultades para salir adelante.
Y llego a la última historia que hoy os traigo: Seguro que sabes quién soy… Sí, lo sabéis.
Siento una debilidad especial por este relato. No es un cuento al uso. Es una
sucesión de palabras combinadas formando frases que te hacen entrar en un clima
que te es difícil definir. No sería capaz de definir lo que significa para mí
mi primera historia. Necesitaba, en aquel lejano 2010, escribir algo, transmitir
algo, dejar salir algo de mis entrañas…no lo sé exactamente ni el porqué. Esta
maravillosa historia nació y dio paso a mi producción. Tras ella fueron
sucediéndose todos mis cuentos sin pedir permiso. “Seguro que…” fue como la puerta entreabierta por la
que me colé y salí a la luz. A partir de esta historia que tiene un cierto
sabor romántico, aunque no fue lo que perseguí cuando la escribí, apareció mi
vena comprometida con la literatura infantil. También este relato tuvo una
primera ilustradora con la que fracasó el proyecto. Me alegro de ello porque, si no, no habría encontrado a Alita. Extraordinaria ilustradora argentina y creo, por
lo que me ha transmitido desde el primer momento que nos conocimos, que también una
excelente persona, comprometida con sus amigos y compañeros. Siempre “remando”
con ellos. ¿Verdad, Alita? Ha sido un regalo para mí el haberte encontrado en
este océano de buenos profesionales. Gracias por compartir tus ilusiones con
las mías. A vosotros, mis seguidores, os adelanto que, a lo mejor, hay
sorpresas respecto a esta historia en breve…ya os contaré si eso ocurre.
Bueno, pues Alejandra Giordano, Alita, tiene estos enlaces para que podáis
disfrutar de su arte y su manera de transmitir sensaciones (todos los derechos reservados):
Y antes de pasar a la sinopsis de esta cita con
la sensibilidad os quiero recomendar, muy intensamente, que releáis la entrada sobre
este relato que puse en julio del año pasado, casi ya hace un año. Realmente
merece la pena recordarla y creo que os gustará. Yo he vuelto sobre ella y me
ha enganchado…y eso que la escribí yo ¡jajajajajaja! Aquí está el enlace:
Pues la sinopsis:
Seguro
que sabes quién soy… es un relato basado en un juego de pistas
encaminadas a la resolución de la adivinanza que se presenta de manera íntima
en el protagonista, anónimo, de la historia.
Es un
relato corto, muy corto, pero con una alta carga de sensibilidad y, aun no
queriendo inicialmente, de romanticismo.
Bueno, amigos, me despido ya por esta noche.
Desearos que seáis felices y no dejéis de soñar nunca…que hay muchas cosas por
las que soñar…
Un cariñoso abrazo para todos.
José Ramón.
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