viernes, 10 de abril de 2020

Mis cuentos a TROZOS. CARGO BLUE






Hola, amigos, buenas tardes. Espero que sigáis bien este confinamiento y todas vuestras familias se encuentren bien. Esta situación nos está siendo dura para todos aunque hay muchos que realmente la están sufriendo más por la pérdida de seres queridos. A ellos, hoy os quiero enviar mi cariño y un fuerte abrazo de apoyo. Espero que pronto podamos todos volver a nuestra “bendita rutina” que no nos hacía darnos cuenta de la riqueza que teníamos. Esta crisis nos va a hacer más fuertes a todos, os lo aseguro, y, una vez superada, habremos cambiado y seremos capaces de, durante un largo tiempo, disfrutar de las pequeñas cosas: de un paseo simple por la playa o por el monte, de un café con amigos o familia en una terraza, de un leer un libro en un parque, de respirar la fragancia de los pinos, de tocar el agua del mar con los pies desnudos, de notar el aire en la cara, la brisa cargada de sal, el Sol cegador que se levanta y el cálido que se acuesta…lo simple y bonito de la vida…A ver si llega pronto esa oportunidad de poder volverlo a saborear…pero esta vez dándonos cuenta de ello.
Bueno, hoy como ya habéis leído arriba, quiero seguir con los "trozos" de mis proyectos. Hoy os quiero traer uno de mis favoritos y primer cuento que escribí. Me refiero a "Cargo blue". Una historia que, cuando te acercas a ella, engancha. En este proyecto me acompaña una gran ilustradora, María José Plata ( https://www.facebook.com/mariajose.platasantos?fref=ts
http://mjplatailustracion.blogspot.com.es/…/12/pintando.html. Todos los derechos reservados) que ha sabido plasmar de manera magistral lo que yo escribí.

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Pero, ¿sabes qué es lo que menos me gusta?; que no se lo puedo contar a nadie, porque estoy solo. Bueno, tampoco es muy cierto esto que digo, ya que hay veces, una por semana más o menos, en las que por las noches entran sin avisar algunas personas con unas viejas máquinas que hacen mucho ruido y desprenden un humo que me hacen toser; me abren la panza y empiezan a meter muchas cajas y mercancías en mi interior. Eso me indica que, a las pocas horas, normalmente de madrugada, debo de iniciar mi viaje con mucho sueño por el despertar temprano. Ahora soy joven y no me importa demasiado, pero lo mismo hacían con mi papá y el pobre ya era muy mayor para eso.
El viaje, como te cuento, lo inicio cuando el Sol todavía no ha salido; hace frío y muchas veces hay una niebla que, encima, me dificulta la visión. Me gustaría tener una bufanda para no pasar tanto frío, pero es que no existen bufandas tan grandes para aviones…

Espero que haya servido para acompañaros y haceros pasar un rato agradable en este encierro prudente. Deseo que os haya gustado.
Por favor, recibid todos un cariñoso abrazo y no dejéis nunca de soñar y de ser felices.
José Ramón.



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