Hola,
amigos, buenas noches, que en esta época tienen mucha luz. Sí, es ya tiempo de
Navidad, tiempo de Luz, tiempo de cariño, tiempo de querer estar con nuestros
seres queridos, aunque se nos haga un poco cuesta arriba al principio, pues
hace tiempo que no les vemos y hemos perdido esa química especial que nos tenía
unidos a ellos. Sí, va a venir a cenar
el pesado de mi cuñado, o la insoportable de mi suegra, o…qué mas da: es
nuestra gente y es únicamente a los que tenemos y que nunca nos fallarán…es
nuestro entorno querido y, al final de las fiestas, veremos que no ha estado
tan mal como pensábamos. Disfrutad de este tiempo de Navidad, de esta época de
sonrisas francas, de gestos cariñosos poco interesados. Disfrutad de este
tiempo en el que nos esforzamos en dulcificar nuestro carácter; en agradar a
todos. Y disfrutad de este tiempo de mensajes de aprecio, de regalos sentidos, buscados y seleccionados hasta la saciedad. Todo esfuerzo es pequeño si conseguimos esos segundos de felicidad e ilusión del que los abre, la mayoría de las veces con cierto nerviosismo. Este tiempo es para disfrutar del calor de familia, del de amigos; del calor de
Navidad. Me apetece contaros más cosas sobre lo que para mí significa este
tiempo pero…¿sabéis?...antes de ponerme a escribiros me dije: “voy a ver qué escribí en Navidades pasadas…” y
¿sabéis qué?, pues que me ha encantado lo que os conté en su momento y me gustaría
que fueseis a las entradas del 24 de diciembre de 2014 ( https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com.es/2014/12/luces-de-navidad.html ) y del 17 de
diciembre de 2015 ( https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com.es/2015/12/luces-de-navidad.html ), pues las dos, diferentes pero con mucho sentimiento, permanecen muy actuales en mi interior y me gustaría dedicaros hoy también, de nuevo, lo que os
traía entonces. Espero que os guste.
Y
como estamos ya en Navidad pues os traigo de nuevo mi cuento “Luces de Navidad”.
¿Y por qué os lo traigo de nuevo? Pues porque nos habla de lo bonito que es
este tiempo de sueños, de creer en todo lo que queremos creer y de disfrutar de
nuestras vivencias de otros años que, con la ayuda de esta bonita historia,
consiguiremos revivirlas en nuestro rincón que es esta ventana. Y también porque
os quiero presentar a la nueva ilustradora (Laura Pastor, la que empezó a
ilustrarlo, no se pudo comprometer a terminarlo en el caso de que una editorial
se interesase por él, pues motivos laborales se lo impidieron) que le está
dando vida de una manera que, a mí, personalmente, me encanta. Ella es Beatriz Barbero-Gil, ilustradora salmantina
afincada en Zaragoza (http://mipezrojo.blogspot.com.es/ https://www.facebook.com/profile.php?id=100005529825194&fref=ts todos los derechos reservados) y a la que
quiero darle la bienvenida a nuestro blog y decirle que estamos encantados de
poder disfrutar de su arte. Espero que os guste tanto como a mí. Yo tuve la
oportunidad de conocerla personalmente (no puedo hacer eso con todos los
ilustradores con los que trabajo pues están repartidos por todo el mundo y casi
toda España) y os puedo decir que, durante el rato que pasé en su librería dedicada a
la literatura infantil, me pareció un encanto de persona. Si os apetece saber
más de ella, aquí os pongo un enlace de una entrevista que le hicieron en marzo
del año pasado. Espero que os guste también. http://madeinzaragoza.es/blog/entrevista-a-beatriz-barbero-gil-ilustracion-infantil-juvenil/
Pues
ya no me queda nada más que desearos una muy feliz Navidad y que el 2018, que
ya lo tenemos llamando a la puerta, os permita soñad mucho y ser muy, muy
felices.
Un
gran abrazo para todos vosotros, mis queridos seguidores.
José
Ramón.
Si hay una época adecuada para que
nuestros deseos se cumplan, esa es, sin duda alguna, el tiempo de Navidad.
Esta historia es un canto a la
Navidad que llevábamos dentro cuando éramos niños; a la Navidad que llevamos
dentro ahora que no lo somos tanto. A esa Navidad en la que Los Reyes Magos,
Papá Noel y el Árbol de Navidad, con su adornada majestuosa presencia, tienen
un significado verdadero.
En este cuento de Navidad, Lucas,
busca desesperadamente quien le pueda…………………………………………………………………………
“Luces de Navidad”, cuento de gran
ternura, ilusión, sencillez y sobre todo de Navidad, nos la acerca a aquellos a
los que la Luz de la Navidad nunca se atenúa en nuestro interior.
Ya
llegaba la Navidad a aquellos parajes de ensueño −por lo menos es lo que nos
parecería a cualquiera de nosotros−, y la nieve empezaba a blanquear las
altivas y elegantes montañas que contribuían a crear ese ambiente sereno que
envolvía al valle en un abrazo singular, en esa mañana en la que Lucas estaba
un poco disgustado con su padre.
―Papá,
por favor, deja que sean éstas las últimas Navidades que pasemos aquí―suplicaba
Lucas desesperadamente.
―Ya
te he dicho que está previsto que este año nieve más de lo normal y que, si
permanecemos aquí, seguramente quedaremos aislados todo el invierno. Ya sabes
que no queda nadie en el valle. Todos se han ido trasladando a la ciudad pues
ya no queda trabajo por estos lugares… ―intentaba razonar con el pequeño
Lucas que, a pesar de su corta edad, ocho años, comprendía perfectamente lo que
su padre le decía, aunque se resistía a aceptarlo.
Todos
los años tenían la misma conversación, pero con final distinto. Éste parecía el
definitivo pues las previsiones meteorológicas se presentaban decisivas a la
hora de que su padre no retrasase más la partida.
En
la ciudad no podría adornar su querido abeto de tres años que, en el jardín de
la casa, ya se erguía majestuoso, creciendo y creciendo, día tras día, con
vocación de llegar a ser el más alto y elegante de todos los que allí se
alzaban recios y desafiantes a los vientos, las lluvias y las ya próximas frías
y blancas nieves. Con este pensamiento, Lucas, se entristecía. La Navidad sin
su abeto…….. no sería la misma.
……………………………………………………………….
―Venga,
Lucas, ayuda a mamá y a tu hermana a meter las cosas en el coche, que se nos
hace tarde ―urgió su padre con impaciencia.
No
sé cómo lo voy a hacer, pero ……………………….. se prometió Lucas mientras corría al
trastero en busca de la caja que contenía ………………………….
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