Buenas tardes, queridos
seguidores de mis ilusiones. Hoy solo quiero traeros de nuevo unas imágenes y
unas letras de lo que se puede encontrar en nuestro primer álbum ilustrado, de
sobra conocido por todos vosotros, que publicamos, Tania (reservados los
derechos de autor. http://www.tristania.es/
http://artenuntris.blogspot.com.es/
https://www.facebook.com/tristaniarico ) y yo, con nuestra Editorial Kolima que
tan bien se ha portado siempre con nosotros y de la que nos enorgullecemos (y
no es peloteo). Y lo quiero hacer precisamente hoy porque esta historia está
llena de amistad, de compañerismo y, sobre todo, de música. Y qué mejor que
traerla este día en el que celebramos la Patrona de todos los músicos, Sta.
Cecilia. A todos ellos, principalmente a todos los pequeños que se están
iniciando en la música y a todos sus profesores que trabajan duramente con
ellos, va dedicada esta entrada y nuestra historia.
Un abrazo fuerte, muy fuerte, a
todos vosotros y recordad que debéis seguir soñando y siendo felices.
José Ramón.
Sax, un jovencísimo Saxofón
Alto, intentaba poder llegar a formar parte de la banda del pueblo a la que
pertenecían todos sus compañeros instrumentos, pero le resultaba muy difícil
llegar a completar la escala musical que debía sonar, dulce y cálida, saliendo
por su dorada campana.
Sus amigos trataban de
ayudarle, aunque no les resultaba nada fácil.
Esta historia nos habla de
música, de la base del conocimiento musical en los inicios del aprendizaje,
siempre duro, de un instrumento musical.
En esta historia se transmite,
a través de lo contado, lo importante que es, en la comunicación con los demás,
el buscar las mismas referencias y puntos de encuentro para que ésta sea fluida
y provechosa.
En definitiva, se trata de una
entrañable historia en la que a través de la enseñanza musical nos asomamos,
también, al mundo de las relaciones personales y del compañerismo y la
colaboración, la amistad, y la labor de equipo, en el seno de un grupo como el
que tenían Sax y sus amigos.
Ésta es la historia de Sax, un
Saxofón Alto que todavía, como era muy pequeño, no había encontrado la manera
de tocar todas las notas de su registro; es decir, todas las notas que un
instrumento como él debería saber tocar.
¿Por qué no se lo enseñaban
sus padres? os preguntaréis. Pues os contaré que su padre, un Saxofón Tenor, y
su madre, uno Alto como Sax, eran dos prestigiosos instrumentos que viajaban
dando conciertos por todo el mundo con su banda. Un fatal accidente de avión
durante uno de esos viajes hizo que Sax se quedase solo. Desde entonces vivía
con sus amigos instrumentos entre los que, por desgracia, no había ningún otro
saxofón como él.
Los días para Sax transcurrían
intentando ser capaz de tocar la nota “Sol” –era la única nota que le faltaba
por aprender a tocar– para poder, como instrumento solista que era, interpretar
cualquier canción que le gustase y, sobre todo, para formar parte con sus
amigos de la magnífica banda que tenían. Él sabía cuáles de sus llaves deberían
permanecer abiertas y cuáles cerradas para poder hacer sonar la nota que le
faltaba: Sol. El problema era que no sonaba como debería y no encontraba quién
pudiese enseñarle a hacerlo.
–Ven, Sax, que te voy a
enseñar cómo tocar Sol –era Paiano, un joven piano que siempre que podía hacía
lo imposible por ayudarle.
Paiano tocó “su” Sol –sonaba
muy claro y muy fuerte– mientras Sax acercaba su campana para oírlo mejor.
Sax adoptó su posición para
tocar Sol y… el sonido era distinto y apagado.
–Lo he oído bien, pero soy
incapaz de reproducirlo –dijo Sax desconsolado.
–¡Espera, espera! –dijo
Clarín, un clarinete muy delgado y nervioso–. Déjame intentarlo a mí.
Con su habitual
hiperactividad, que chocaba con la tranquilidad del bueno de Sax, se metió
físicamente en la campana de aquél y tocó tan fuerte su Sol que a Sax
estuvieron a punto de saltarle por los aires las zapatillas de sus llaves.
Todavía alterado y sin haberse repuesto del sonido de Clarín, intentó
reproducirlo, de nuevo sin éxito…
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–¡A ver, a ver, un momento de
atención! –acababa de llegar Guitar, una guitarra española muy alegre y
dicharachera.
–Ven aquí, Sax, súbete en mi
cadera y escucha…
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