Hola
amigos, buenas tardes a todos vosotros en un día en el que “la calma tras la
tormenta” se hace realidad por estas tierras. Sí, ayer tuvimos un día de
tormenta permanente que cambió la apariencia de nuestro cielo: ese cielo, a veces
de un bello azul mediterráneo, a veces albergando un implacable Sol que nos hace temer la deshidratación…esto
no nos ocurre, ni a los mediterráneos, ni a los que nos criamos en tierras
cálidas de África, pero el temor nos hace siempre estar vigilantes. Pues eso, que el día de calma que hemos vivido hoy y que ya toca a su fin, pues ya veo
que la luz del día juega al escondite entre los autistas edificios que rodean
mi ventana, me hace recuperar y traer a vuestra memoria un cuento que disfrutó de nuestra compañía en aquél, ya lejano, 1 de abril de 2012. ¿Y por qué ahora? Pues porque, Jezabel Reigada
(Todos los derechos reservados), otra magnífica ilustradora asturiana, ya ha
dado vida a “Pan con Miel” y a su protagonista Irma. En breve os mostraré
alguna de las preciosas y emotivas ilustraciones con un color y belleza
inigualables. A Jezabel, mi querida Jeza, ya os la presenté porque el 25 de
mayo de 2013 nos permitió celebrar, con su simpática manera de colorear el
mundo, nuestras primeras cuatro mil visitas. Jeza, gracias de nuevo por ello y
desde aquí te enviamos un abrazo muy especial.
Y aquí os presento, de nuevo, la sinopsis de “Pan con Miel” y
un extracto de este entrañable cuento lleno de magia e ilusiones…¿Qué cosas se hacen
realidad?...¡Preguntádselo a Irma!
Feliz fin de semana, queridos en mis ilusiones.
José Ramón.
Sí, dicen que los sueños se
cumplen si lo son de verdad y se sueñan con intensidad. Esto debió de pasar por
la cabecita de Irma cuando viendo lo desgraciada que era la vida de su familia,
quiso poner en práctica lo que una Leyenda, transmitiéndose de generación en
generación, llegó hasta ella. Quería ayudarles colocando en el exterior de su
ventana unas bolitas de pan con miel…así lo decía la tradición.
Es
una historia que irradia sensibilidad, inocencia y, sobre todo, fantasía. En
ella se pone de manifiesto el amor que, una pequeña como Irma, siente por su
familia a pesar de los problemas y las dificultades para salir adelante.
Cuenta la Leyenda, que en las
montañas mora un hombre de edad desconocida y del que se sabe únicamente que...
Cuenta también la Leyenda, que una urraca recogerá al amanecer, todas y cada
una de las bolitas de pan con miel que hayamos depositado, la noche anterior,
en el exterior de las ventanas de casa; con la esperanza de que...
Irma, la protagonista de esta historia, conocía esta
Leyenda, pero nunca pensó hasta qué punto podría ser cierta.
Ella era la pequeña de una familia realmente
desgraciada. Habitaban en una casa en mitad de la nada; aislada por dos grandes
autopistas que discurrían, de norte a sur, atiborradas de vehículos circulando
a grandes velocidades y haciendo un ruido realmente molesto; sobre todo por las
noches.
Su padre estaba en cama aquejado de una extraña
enfermedad...
Su madre era el verdadero sostén de la familia. Se
levantaba de noche antes de que el Sol rompiese por el horizonte, para recorrer
a pie por caminos, de fango en invierno y de polvo en verano, los casi quince
kilómetros que les separaban de la ciudad. Allí, limpiaba en casas, atendía
enfermos y mendigaba unas monedas para poder mantener con vida, día a día, a su
familia.
Un buen día, recordó la Leyenda del hombre de las
montañas y se dijo que seguro que si colocaba las bolitas de pan con miel en la
ventana, la urraca las llevaría y las depositaría en la vasija...
Dicho y hecho. Se puso manos a la obra con cierta
desconfianza, pues no creía demasiado que, a su vieja casa perdida, viniese
ningún pájaro por muy urraca que fuese, a recoger ninguna bolita, por muy dulce
que supiese. Se prometió que por ella no iba a quedar y que lo intentaría con
todas sus fuerzas.
Cogió un poco de pan duro; lo mojó e hizo unas tres
bolitas, que no fueron todo lo grandes que hubiese querido, ya que sus manos no
lo eran tampoco. Bueno, tendré que hacer más...
Un día, cuando Irma ya iba a rendirse y
conformarse con su vida, triste y sin esperanzas; al levantarse y abrir su
ventana vio asombrada que...
...
Se le cerraban los ojitos en la espera.
De pronto, cuando el día
empezaba a clarear...
(nº de registro de la propiedad
intelectual09/2010/2757)
http://people.safecreative.org/jose-ramon-de-cea-velasco/ 1108139858499
http://people.safecreative.org/jose-ramon-de-cea-velasco/ 1108139858499
2 comentarios:
Te pones a leer, y no te das cuenta, que llegarán los puntos suspensivos, pero como siempre te queda esa curiosidad de ¿que pasará?. Engancha, y para quienes por distintos motivos, tenemos más o menos tiempo libre, seguro que nos sabe a poco.Un saludo
Sí, es una pena que no pueda ofreceros la historia completa...De todas formas, creo que se puede disfrutar algo con lo que puedo presentar a través de este medio y, cuando llegue el momento de mostraros algunas de las ilustraciones, la historia ganará mucho: son verdaderamente preciosas. Un abrazo y gracias de nuevo por el comentario. José Ramón.
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