Hola,
buenas tardes, mis queridos seguidores. El pasado 17 de febrero, traje por
primera vez a esta página este divertido cuento en el que no faltan humor,
expresiones de amistad y demostraciones de valentía en los momentos importantes que vivieron los protagonistas de este relato: Lucio y Ciriaco. Aquí os los quiero presentar: Ciriaco con su
" apestosa bola de desperdicios" y Lucio, con su casa a cuesta, como
todos los de su especie (y si no es así...mal asunto), conversando con
él.
El ilustrador Daslav
Miirko Vladilo Goicovic (reservados los derechos de autor) (http://damivago.cl/),
afincado en Chile y con el que formo equipo, desde hace unos meses, para dar
vida a este proyecto; ha representado, con una sencillez muy expresiva que hará las delicias de todos los futuros lectores, ya sean
mayores o niños -sobre todo estos últimos-; lo que escribí y quise narrar.
Queridos amigos, estos tiempos no son buenos para la
edición de nuevos trabajos y las editoriales son reacias a apostar por nuevos
escritores, como es mi caso. "Mis" ilustradores y yo estamos
preparando y dejando a punto nuestras propuestas de álbumes ilustrados
para cuando llegue el final de la crisis -que deseamos sea pronto- y haya
alguna editorial que se aventure a ello. Ya más de una nos ha mostrado su interés por alguno de nuestros trabajos, pero me ha manifestado lo que os
cuento. En fin, sólo nos queda esperar y estar preparados para cuando sea
nuestro momento.
Mientras eso llega, quiero que vosotros, al menos, sí
podáis disfrutar de lo que, prudentemente (ya hice referencia hace tiempo a lo
peligroso del plagio al que puedo estar expuesto), puedo traer a nuestro
espacio.
Aquí os dejo con esta parte de esta historia, que
discurre en un solar con muchos arbustos y ramajes que cortar...
Un saludo muy cordial para todos vosotros y que esta entrada os ayude a terminar de pasar bien el fin de semana.
José Ramón.
Esa
tarde, Lucio se desplazaba por el centro del solar, tratando de encontrar
alguna tierna hoja de césped o arbusto, como aquellas de las que daba cuenta en
épocas lluviosas. Necesitaba apagar su sed y calmar su apetito. Aunque la
empresa era difícil, no cejaba en su intento. Sabía que siempre había algo que
llevarse a la boca, aunque no fuese todo lo jugoso que deseaba.
–Buenas
tardes, Lucio. ¿Cómo estás? –dijo
Ciriaco, mientras hacía un alto en su ajetreado trabajo llevando una pelota de
desperdicios, que no siempre olían todo lo bien que sus amigos deseaban; de un
lado para otro.
–Bien,
muy bien –contestó Lucio, mientras miraba con cara de desagrado semejante bola,
que estaba siendo empujada con maestría por su amigo, el escarabajo pelotero.
Ciriaco,
que en poco tiempo era capaz de recorrer el solar, solía informar a Lucio de lo
que acontecía aquí y allá
Estuvieron
charlando durante un rato.
...........................................................
(nº de registro de la propiedad
intelectual09/2010/2757)
http://people.safecreative.org/jose-ramon-de-cea-velasco/u1108080449272
http://people.safecreative.org/jose-ramon-de-cea-velasco/u1108080449272
2 comentarios:
Este cuento, es sin duda de los que te saca una sonrisa, luego te quedas mirando el dibujo y vaya si te sonríes, ya lo creo...como siempre mucha suerte. Saludos
Muchas gracias, ORB. Sí es divertido y mi compañero, Daslav, con su manera simpática de ilustrar lo hace aún más gracioso. Me alegro que te lo parezca. Un afectuoso saludo.
Publicar un comentario