sábado, 6 de marzo de 2021

Mis cuentos a TROZOS. CIRIACO Y EL CARACOL

 


Hola, amigos, buenas tardes. De nuevo con vosotros lo que es un placer, no solo por poder dirigirme a vosotros sino por todo lo que lleva consigo el escribir en esta ventana: he encontrado un rato para estar tranquilo en mi cuarto, con buena música, suave, jazz, Diana Krall, y poder escribir algo; en estos tiempos no lo hago demasiado y ya en otras entradas os he contado sobre ello.

Pues eso, que hoy quiero traer otro “trozo” de mis cuentos. Hoy le toca el turno a uno de los primeros que fue ilustrado pero que todavía está en el duro trabajo de encontrar “su” editorial. Se trata de “Ciriaco y el caracol”,  ilustrado magníficamente por mi querido y simpático compañero, Daslav Mirko Vladilo Goicovic (reservados los derechos de autor) (http://damivago.cl/).

En este relato se habla, fundamentalmente, de lo importante que es la amistad; de saber que en los momentos difíciles, a la que la vida nos somete, siempre aparece el amigo. Muchas, no el amigo que creíamos. Aparece el verdadero amigo; quizá el amigo en el que nunca reparamos; ese que nos apreciaba en silencio. Ese tipo de amigos que, por desgracia, no abundan son los que aparecen cuando las cosas nos vienen mal dadas. Los otros, los “amigos por interés”, desaparecen cuando más necesitamos de ellos. En esta historia hago mención, y quiero mostrar, al verdadero amigo, al que está a tu lado cuando pasas por un mal momento. Ese que no necesitas que diga nada. Solo ansías verle, tenerle a tu lado…sentir su calor. Ese amigo que sería capaz de, incluso, jugarse la vida por ti. Quizá en este cuento veáis algo de esto a lo que me refiero…pero no hay figuras humanas…bueno, una sí, pero hubiese sido mejor que no estuviese, sobre todo desde el punto de vista de sus protagonistas, el escarabajo pelotero, Ciriaco, y su amigo Lucio, el caracol. Ambos pasan por bastantes penalidades que he querido contar de manera divertida, pero sin quitarle el suspense y cierto dramatismo…

También, en esta historia, se dejan ver valores secundarios: el trabajo en equipo, la labor conjunta entre compañeros y el sacrificio propio en beneficio de un compañero más débil.

Y no cuento más. Si queréis, podéis leer más sobre el cuento en este enlace que os adjunto:

https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/2016/07/en-aquel-solarciriaco-y-el-caracol.html

 Espero que os guste.

 Solo quiero ya acompañar con parte de su texto a la ilustración que os traigo a continuación:


 Paró bruscamente y le preguntó a Lucio si se encontraba bien. Éste, como pudo, le dijo que no demasiado; que por causa del giro acababa de vomitar y que se encontraba muy mareado…..

…………..la valla se encontraba a escasos dos metros. Tenía que inventar algo. No podía permitir que su amigo fuese…………

Empezó a amasar rápidamente: hojas secas, palos, trozos de hierba y todo lo que iba encontrando por los alrededores; mientras ordenaba a Lucio que siguiese su camino hacia la ansiada valla. Él, detrás del caracol, iba haciendo pelotas, como sabía……………

 


Amigos, no dejéis de soñar y de ser felices y, sobre todo, cuidaros mucho que tenemos que seguir viéndonos por aquí.


martes, 2 de marzo de 2021

LAS NOTAS DEL VALLE

 


Hola, amigos. Mucho tiempo ha pasado sin aparecer por esta ventana. Bueno, no sin acercarme a ella, como podéis imaginar, pero sí sin interaccionar con vosotros, sin contaros cosas. Quizá este tiempo de pandemia nos tienen a todos un poco alejados. A mí, desde luego, sí. Pero no es por miedo a la enfermedad, aunque reconozco que un poco, mucho, de respeto sí le tengo. Creo que nuestro estado de ánimo, al menos el mío, nos tiene retraídos. Yo me siento un poco así. No tengo ánimo para hacer determinadas cosas. Estoy en modo “necesario”: hago solo lo que es estrictamente necesario: trabajo, hablo con compañeros, compro lo que necesito…nada de cosas superfluas…algo de deporte, sin excesos en el tiempo y ya. A casa. Comida/cena y a leer un poco, muy poco, y caer engullido por la almohada y disfrutar de unas pocas horas de sueño reparador de esta vida de “bajo consumo”…me hace gracias esta expresión...a alguien se la he dicho alguna vez: “gente de bajo consumo”, que hacen lo mínimo para vivir y conducirse por la vida, sin estridencias. Disfrutan de las cosas sencillas y simples de la vida; las que realmente te hacen disfrutar. Me dan envidia pues es gente inteligente con un don especial: detectan lo simple e importante de la vida y en ello gastan sus energías. Gente interesante. Reconozco que mis energías las gasto en lo que me gusta y me atrae, pero dudo que sea todo lo simple que se requiere para ser de “bajo consumo”. No, yo, desafortunadamente, no soy de bajo consumo. Una pena.

¿Y qué os voy a contar ahora? Pues algo que para mí tiene gran importancia y hace que momentos como este sean momentos importantes en el blog, en nuestro blog. Os quiero presentar un cuento nuevo que da origen a un gran proyecto, muy ilusionante, del que os quiero hablar y que quiero compartir con vosotros.

Para mí, la creación de un nuevo cuento ilustrado es una labor apasionante. Todo empieza con una idea que, de pronto, un día surge. No me preguntéis cómo surge porque soy incapaz de responderos. Lo cierto es que brota en un momento en el que hablamos de algo, o pasa por mi vida alguien o contemplo una escena rutinaria de la vida o…yo que sé. Pero la realidad es que surge y empieza a crecer y a dar tumbos por el cerebro de un lado a otro. Al final no hay más remedio que sentarse frente a la página, cuadriculada siempre, de un cuaderno y tratar de volcar todo lo que en la mente ya no hay como sujetarlo. Es una de las partes más gratificantes de todo el proceso: ¡Has dado a luz! Ahora toca pasar por unos momentos complicados. Estás vacío. Sí, de verdad, es la sensación que se me queda cuando he conseguido dar presencia, en forma de historia, a esas ideas sobre una misma ficción, con el miedo a que se me escapen y las pueda llegar a perder para siempre.

Ya está en el papel. Ya no hay miedo de que pueda esfumarse. Ahora viene el trabajo duro de tratar de que lo escrito enganche. Que el que lo lea no pueda parar hasta terminarlo. Ahora llega el momento de cómo atrapar al lector. Llega el momento de la escritura, de la gramática, de las figuras de nuestra hermosa lengua. Ahora llega el momento de dar forma, de la manera más bella que sea capaz, a una idea que un día surgió. Ahora es cuando el escritor se muestra. Ahora es el momento más crítico, es el momento de la creación; ahora es el momento de “esto es aceptable” o del “es mejor guardarlo en un cajón”.

Una vez que doy por aceptablemente bueno el texto, al menos para mí –después vendrán los críticos editoriales con las rebajas-, es cuando me dispongo a buscar el mejor ilustrador para mi historia. Una vez encontrado se convertirá en nuestra historia. A partir de ese momento ya es una gozada. Se trata de dar vida a un proyecto que está destinado a crear emociones. Os aseguro que esta parte final de proceso es apasionante y muy estimulante y agradecida. En ella se trabaja en equipo. El ilustrador y el escritor trabajan duramente en dar forma al cuento ilustrado. No os negaré que  a veces surgen chispas. ¡Hay que sacar un producto que engatuse a una editorial para que se decida a apostar por él y sacarlo al mercado para que pueda ser disfrutado por todos! Esto, como os digo, pasa por un tiempo de duro trabajo de revisar y revisar.

Con la oferta de una editorial se llega al final del sueño y del proceso. Se cumple una ilusión.

Hoy os voy a contar cómo es nuestro nuevo proyecto. Estamos convencidos de que alguna editorial nos llamará ofreciéndonos el formar parte de su oferta editorial. Sin ninguna duda se trata de un cuento especial.

Quiel Ramos, www.quielramos.com/ https://www.facebook.com/ezequiel.ramossanchez /

https://www.instagram.com/ramosquiel/ (todos los derechos reservados), es mi compañero en este proyecto. Entrad en sus enlaces y podréis comprobar de qué tipo de ilustrador estoy hablando: ¡espectacular! Gracias, Quiel, por haberte ilusionado con este proyecto tanto como lo estoy yo. Va a ser un gran cuento ilustrado, sin duda.

Amigos, “Las notas del valle”, es un cuento que está enfocado, de una manera divertida, a la enseñanza musical; al conocimiento de las figuras musicales. ¿Cuál es el escenario de la historia? Pues un pueblo en el que sus habitantes son, todos, figuras musicales. ¿Su alcaldesa? Pues la Clave de Sol, por supuesto.

Espero que os guste este avance y lo disfrutéis en esta tarde de este incipiente mes de marzo.

Un abrazo muy fuerte y no dejéis de cuidaros, de soñar y de ser felices.

José Ramón.





En un pueblo, en el corazón de un bonito valle, es donde se desarrolla la acción que se describe en “Las notas del valle”. Un pueblo lleno de música. Sus habitantes, figuras musicales. Su alcaldesa, Sol, una Clave de Sol con mucha personalidad capaz de dirigir a todos sus vecinos para conseguir un objetivo común.

El conocimiento de las figuras musicales es uno de los aspectos iniciales de la enseñanza musical.  En, “Las notas del valle”, a través de la historia contada, se llega al aprendizaje de estos aspectos musicales de una manera divertida y resaltando valores como el compañerismo y el trabajo equipo, ambos necesarios para todo tipo de empresas que se desee acometer.




Acababa de amanecer y el Sol asomándose por el extremo del valle lo iba recorriendo en su saludo matinal a los que allí habitaban. Comenzaba un nuevo día repleto de sorpresas. De sorpresas y algún que otro lío…

Pero vamos a acercarnos al pueblo más bonito de todos los que se repartían por aquel valle. Me estoy refiriendo a “Melodía del valle”, aunque todos lo conocían, simplemente, como “Melodía”. No era un pueblo ni grande ni pequeño; tampoco era ni muy ancho ni muy estrecho: tenía todo lo que tienen los pueblos: ni mucho ni poco. Pero bonito sí que lo era.

La vida, por allí, como en todos los pueblos, tenía sus historias de alegrías y de enfados; sus rencillas que se transmitían de padres a hijos. Sí, como todos los pueblos. En el momento de esta historia era así como lo estoy contando...


Aquel día, a aquellas horas tempranas de la mañana, alguien muy importante en la vida del pueblo se dirigía con paso firme y ciertamente enfurruñada en dirección al ayuntamiento. Se trataba de la Alcaldesa. Los vecinos la saludaban a su paso y ella a nadie contestaba. Iba con la mente puesta en lo que iba a ordenar unos minutos después y no reparaba en nadie a su paso. Esto lo tengo que solucionar de una vez por todas. Se decía mientras subía las escaleras del austero y antiguo ayuntamiento.

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¡Sí, lo habéis adivinado! Esta historia que os estoy contando es una historia relacionada con la música porque, en Melodía, vivían figuras y símbolos musicales.

—Calderón, convoca pleno para el jueves, a primera hora —le ordenó a su secretario, con la energía y aplomo que le caracterizaba. Calderón era un secretario muy disciplinado y leal con la alcaldesa.

……………………………..

La alcaldesa quería solucionar, de una vez por todas, la relación entre sus convecinos pues no era todo lo buena que ella quería para Melodía. Y en ello estaba.

 También, en el pleno de ese jueves, Sol, contó su conversación con Blanca —la figura blanca que, al igual que Clemente, era, por decisión de las blancas de Melodía, la representante de todas ellas.

Me dirigí, tras hablar con Clemente, al establo situado en la parte norte del pueblo. Contaba, Sol, a la corporación municipal. Allí, como todas las mañanas, temprano, Blanca estaba recogiendo la leche que daban sus vacas y preparando sus ollas de plástico para meterlas en el vehículo y comenzar el reparto diario. Seguía contando.

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Las fiestas del pueblo empezaban en quince días. El año pasado la convivencia en Melodía había sido muy difícil y la música, tan importante en el pueblo, había brillado por su ausencia. Sol se prometió que haría todo lo posible para que la música volviese a sonar en todo el valle. Las fiestas patronales serían un buen momento para conseguirlo. Y lo iba a conseguir, costase lo que costase.

El lunes, sin falta, de buena mañana, se aprobó la propuesta de la clave de sol, la alcaldesa, y eso le permitió emitir un bando que fue dado a conocer por medio de los altavoces que para esta función estaban repartidos por todos los rincones de Melodía.

Decía así:

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domingo, 3 de enero de 2021

¡Feliz 2021! y...LA SEGUNDA OPORTUNIDAD

 




¡Feliz año 2021, amigos! Espero, de verdad, que sea un año feliz. Es difícil, tras todo este tiempo que llevamos de mortificación, ver el final del túnel pleno de oscuridad en el que nos sentimos atrapados. 2020 ha sido, realmente, un año muy difícil en el que hemos aprendido e interiorizado procedimientos y rutinas que nos han mantenido, a casi todos, lejos del virus. Utilicemos todo esto que ya dominamos para caminar por el deseado 2021. Si lo hacemos así, os aseguro que será un gran año para todos nosotros. Yo os deseo lo mejor, como individuales y como grupo. Más que nunca, necesitamos identificarnos como grupo, salir juntos y a una de esta situación de opresión en la que el virus nos ha situado… con la inestimable ayuda de unos cuantos, bien seguro. Este año nos guiará, bien seguro también, por el camino que nos conducirá a la salida del túnel. En diciembre, el 31, estoy seguro que diremos que conseguimos vencer al virus en el 2021 y afrontaremos el 2022 como año de la normalidad (y no entrecomillo la palabra porque no tiene nada que ver con la ridiculez “interesada” de la frase “la nueva normalidad”… ¿dónde está esa nueva normalidad que sirvió para engañarnos a todos? …bueno, a mí no, os lo aseguro). Sí, la normalidad de hacer lo que normalmente hacíamos, sin aspavientos porque nos parecía que era algo que no se nos iba a arrebatar nunca. Esa normalidad que nos permitirá vivir sin darnos cuenta de lo importante, que es lo que vivimos con normalidad. Menos mal que, gracias al virus, ahora apreciaremos todo lo que considerábamos normal en nuestras vidas y ahora es como un artículo de lujo: besos sentidos, abrazos reparadores, cruce de manos buscadas porque somos gente de buscar el roce…todo lo que era normal y antes pasaba casi desapercibido y ahora ya no pasa. Llegará el momento, os lo aseguro, de volver a esa expresión de sentimientos tan nuestra y a recuperar esos hábitos y, ¿sabéis qué?, que los disfrutaremos más que antes de la pandemia…eso hemos ganado con todo esto que tanto daño nos está causando.

¿Y hoy de qué os quiero hablar, aparte de felicitaros este 2021? Pues de una historia que la gran mayoría de los que amablemente me seguís no conocéis. Es un cuento de fantasía, de lo que nos gustaría que la vida nos regalase.

La segunda oportunidad está dedicado a personas sin edad definida. Os decía, en otra de mis entradas, que quizá no fuese un cuento dirigido directamente a los más pequeños y os enfatizaba que, desde luego, sí que lo es dirigido, indirectamente, a ellos. Es un cuento que da la posibilidad a los padres, tíos, abuelos, de hacer ver a sus pequeños lo importante que  es el que nuestras vidas estén rebosantes de honradez y que la constancia en nuestro quehacer diario sea una de las virtudes que ellos, los más pequeños, deberán cultivar. Con estos dos ingredientes la vida, a veces, muchas veces, nos premia. La vida, además, a veces, muchas veces, da una segunda oportunidad a quien la necesita. Bien es verdad que debemos estar atentos a las señales que nos indicarán que lo que se nos presenta ante nuestros ojos, en modo de nueva amistad, de una nueva posible ocupación, un giro en nuestras vidas inesperado, no es ni más ni menos que una segunda oportunidad que la vida nos ofrece. En esos momentos debemos de estar preparados y cogerla con seguridad y sin temor a equivocarnos. La vida es de los valientes y las oportunidades que regala son para los que no tienen temor a hacerse con ellas. Quizá todo esto, Alipio, el protagonista de esta entrañable historia, lo sabía y en este cuento ilustrado se relata lo que le aconteció para sacar adelante a su familia.

Pero antes de pasar a dejaros algunos párrafos de esta historia os quiero hablar de, Marta Noguera-Homs, mi compañera en este proyecto. Sabéis que para sacar adelante todos mis proyectos me intento rodear de grandes artistas pero, sobre todo, de extraordinarios profesionales. En, Marta, convergen los dos requerimientos y se le añade un tercero: escribe muy bien. Con estos ingredientes y mi aportación hemos conseguido estar en el camino de crear un proyecto de una calidad muy alta y queremos que el 2021 sea el año de nuestro La segunda oportunidad.

Marta, muchas gracias por haber querido unirte a mí en este proyecto. Muchas gracias por tu estilo exquisito y por tu manera de trabajar, precisa, rigurosa, detallista y empática. Es un gran honor formar equipo contigo para dar forma a lo que hace unos años escribí.



No os podéis imaginar, amigos, el trabajo que hemos llevado a cabo, Marta y yo. Hemos discutido hasta la última coma del texto, hemos dado forma al personaje principal, estamos trabajando las escenas, para que complementen unas veces y cuenten cosas otras, de manera muy precisa. En esta entrada os presente algunos bocetos porque todavía no tenemos ninguna definitiva. Nos hemos juntado en este proyecto dos perfeccionistas hasta la saciedad. Los dos queremos sacar a la luz un gran proyecto. He tenido suerte de encontrarme con una profesional y una artista de la talla de Marta. Vosotros juzgaréis el resultado final y espero que sea muy pronto.

Aquí os dejo los enlaces de las páginas de Marta Noguera-Homs para que disfrutéis de su arte. No dejéis de hacerlo pues merece la pena:

https://www.instagram.com/mn.h/ https://www.facebook.com/MN.HSTUDI https://mnoguerahoms.com/

Y nada más, amigos. Solo quiero desearos que este 2021 sea un gran año para todos vosotros y que sigáis haciendo feliz a vuestros pequeños con la literatura infantil. Por mi parte, seguiré trabajando para facilitar que nuestras historias, las que comparto con mis compañeros ilustradores, puedan estar disponibles lo antes posible para que podáis disfrutar de ellas. De momento, os dejo con La segunda oportunidad.

Buenas noches, un gran abrazo para todos y mi deseo de que no dejéis nunca de soñar y de ser felices.

José Ramón.

 


¡Venga, inténtalo de nuevo esta vez…!, no es frecuente que nos diga esto la vida.

Las segundas oportunidades no siempre pasan de nuevo ante nuestra mirada…Esto quizá lo supiese Alipio, el protagonista de esta historia; o quizá no…; pero de lo que no cabía duda es de que trabajaba y trabajaba para que la vida reparase de nuevo en él.

“La segunda oportunidad” es un entrañable relato en el que se resalta la importancia de valores como la amistad, la generosidad, la honestidad y la fe en que la constancia en el esfuerzo diario da siempre sus frutos.

“La segunda oportunidad” es la constatación de que la vida nunca regala nada que no se haya buscado con denuedo.

  


Aquella noche, como todas las demás, Alipio, entró saludando al hombre que estaba sentado junto a la puerta de entrada a los talleres por la que accedían los trabajadores encargados de limpiar, reparar y poner a punto los vagones del metro para el día siguiente. Ambos se intercambiaron las amables palabras de costumbre: “¿Qué tal estás?, ¿Cómo has pasado el día?”. Uno acudía al trabajo junto a sus compañeros, a medianoche; el otro, se acomodaba en su rincón a pedir limosna para poder sacar adelante a su familia numerosa.

Aunque el dinero le hacía tanta falta como al bueno de Andrés, Alipio, era una de esas personas que todas las noches dejaba algunas monedillas en sus manos. Solía pensar que “por lo menos yo tengo trabajo…” y así compartía con él lo poco que podía ofrecerle.

Alipio era un hombre de mediana edad, con mujer y tres hijos que alimentar. Era honrado, trabajador, pero fundamentalmente era un hombre bueno.

…………………………………………………

Su mujer, pedía en el mercado vagando entre los puestos de verduras cuando no conseguía ser empleada en una casa para limpiar. Era una mala época y el trabajo escaseaba. Por su parte, Alipio, conseguía llevar a casa su pequeño jornal. Además, por las mañanas, se pasaba por los vagones, del metro de la “Línea 7”, tocando su vieja flauta. Solía tocarla con tal sentimiento que los vigilantes de esa Línea –conocedores de sus necesidades económicas y de que llevaban juntos compartiendo varios años en la misma empresa– hacían la vista gorda y se lo permitían. Por su parte, los viajeros, disfrutaban tanto de su música que solían premiarle con un dinero que le servía para incrementar su salario nocturno y, de esa manera, conseguir que su familia pudiese llegar a final de mes.

Una noche, mientras echaba agua y pasaba el cepillo de duras púas por debajo de uno de los asientos, en el interior del cuarto vagón del tren que hacía la Línea 7, encontró………….. “¿A quién se le habrán caído?”, pensó. No había ninguna cartera, ni tarjeta, ni cosa alguna que identificase al dueño de aquel……………………………………

Fue directo al asiento señalado de aquel cuarto vagón; se agachó a su altura… “¡Cielos!, ………….”. En su lugar encontró una bolsita de tela. Con cuidado y muy nervioso comenzó a abrirla. Su corazón palpitaba tan intensamente que pensó que se le iba a salir por la boca. Vació el contenido de la bolsita en su grasienta mano.

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Al día siguiente, pasando de vagón en vagón, entró en el que hacía el número cuatro. Sacó su flauta de su vieja chaqueta y empezó a tocar. Fijó la mirada, de lejos, bajo el asiento en cuestión. No se veía ninguna cosa extraña. “Perfecto, he llegado a tiempo. Todavía nadie ha……………………



De pronto, entró y se dirigió hacia el asiento, que Alipio estaba vigilando, un hombre robusto, con apariencia de tener una situación acomodada. Tenía unos grandes bigotes blancos y unas gafas que le daban un aire de indudable altivez. Lucía un llamativo reloj y, entre su chaqueta abierta, adornada con un elegante pañuelo, se dejaba ver un cinturón a juego. Se sentó y sus pantalones descubrieron, con todo su brillo, unos zapatos muy elegantes.

“Ese es mi hombre. ¡Atención!”. Se preparó Alipio. Se dispuso a tocar su  flauta para acercarse a su objetivo cuando éste, el adinerado caballero -a juzgar por su presencia-, se levantó de repente y…………………………..



martes, 29 de diciembre de 2020

Para la noche de Reyes "La nota..." firmado por mí.

 


Buenas noches, amigos. En esta época de regalos e ilusiones, os quiero informar que se puede adquirir "La nota que faltaba", firmada por mí, de mi puño y letra, en la web de El Corte Inglés: https://www.elcorteingles.es/libros/A38216533-la-nota-que-faltaba-tapa-dura-edicion-limitada-firmada/. No hay excusa para poder haceros con él y con mi dedicatoria en su interior. Un bonito cuento cargado de amistad y música y catalogado por El País, en su blog dedicado a la literatura infantil, como uno de os diez mejores cuentos que tratan la amistad y la creatividad en los pequeños. No perdáis esta oportunidad de haceros con él dedicado. Es una edición limitada a unos pocos ejemplares. Espero que lo consigáis. Yo hoy os dejo con la promesa que a principios del año que viene, en un par de días, os contaré más cosas sobre un nuevo proyecto. Un abrazo a todos, cuidaros mucho en estos tiempos y no dejéis de soñar y de ser felices aunque el entorno nos lo ponga, ahora, más difícil.

José Ramón.


lunes, 12 de octubre de 2020

MIS CUENTOS DEDICADOS

 




Hola, amigos, buenas tardes. Os informo que durante los meses de octubre y noviembre de 2020 se pueden adquirir, mis dos cuentos ilustrados, dedicados en Librería San Pablo, en Albacete, España.

Por cierto, hoy es nuestro día de la Fiesta Nacional. ¡Feliz día a todos los españoles!

Un abrazo grande para todos vosotros y recordad no dejar de soñar y de ser felices..

José Ramón


domingo, 11 de octubre de 2020

Mis cuentos a trozos. EL GLOBO DE LA VIDA

 


Hola amigos, buenos días a todos. Ya tenía ganas de volver a contaros cosas de estas que me fluyen y que no quiero filtrar demasiado…filtrar algo, sí, porque en esta época de ansiedades los ánimos no están para muchos problemas y cualquier cosa nos hace saltar y si no filtro se puede armar la gorda. Tenemos, al menos yo sí intento hacerlo, que aguantarnos las ganas de tirar por la calle de en medio, como decimos por aquí, por España. Me da la impresión de que se nos agolpan los conflictos: en la faceta profesional, en la faceta familiar, en la afectiva, en la de ocio y los hobbies…A mí, aunque no lo creáis, los he tenido y algunos siguen estado presentes, en todas esas áreas y alguna más. Quizá no sea una realidad pero mi estado de ánimo, en esta época, me hace vivir situaciones no demasiado agradables en las que me encuentro con gente que realmente no son capaces, en tiempos de pandemia, de resolver las complicaciones que esta realidad provoca y arremeten contra todo lo que se les cruza por delante. Sí, en estos meses no acabo de encontrar la tranquilidad que siempre he buscado y que casi siempre he conseguido. No es una época fácil para nadie.

Lo que sí me gustaría es poder tener la capacidad de desplazarme en el tiempo atrás y poder reorganizar mis cosas mejor. La vida siempre es complicada. Es complicado tomar decisiones cuando no se sabe con certeza cuál va a ser el resultado de las mismas. Una vez que se vive el resultado y que no es como suponíamos…sería bueno poder volver atrás y modificar en algún sentido el camino que se emprendió. Y os preguntaréis si podría ser un poco más explícito pues parece que me refiero a experiencias personales…No creo que sea necesario serlo...recordad que os he dicho que algo debo filtrar... Solo pretendo llevaros a imaginar la posibilidad de que pudiésemos viajar en el tiempo y preguntarnos…¿a dónde iríamos? ¿En qué punto de nuestra historia pararíamos este transporte que nos pudiera conducir a través del tiempo?

Os propongo un juego. Coged un papel, o el blog en el que escribís vuestras cosas. Coged vuestro diario, el que tenga la suerte de poder tenerlo (cuando tienes la sensación de que alguien puede llegar a leerlo es muy difícil aventurarse a iniciarlo), y escribid sobre eso. Plantead la fecha, el momento específico, el lugar en cuestión al que os gustaría viajar para, al menos, reconsiderar las decisiones que tomasteis o, si no lo hicisteis, decidir cuál hubiese sido la mejor postura que hubieseis debido tomar. Hacedlo y os sorprenderéis. Y contad lo que podáis contar (filtrado, jajajaja) en los comentarios de esta entrada.

Pues de esto va esta entrada. Ya sé que la mayoría lo sabíais pues ya conocíais esta historia de fantasía en la que trato de hablar, fundamentalmente, de lo importante que es la familia en nuestras vidas. Pero seguro que, aun conociéndola, habéis encontrado algún matiz nuevo que hace que esta historia pueda estar muy de actualidad.

Procuré, cuando la escribí, que fuese una historia enfocada para niños en el rango superior de las edades para las que me gusta escribir, de 5 a 10 años. Y también pretendí que pudiese transmitir sensaciones a los mayores, a ellos que seguro compartirían en algún momento la lectura con sus pequeños. El texto está elegido para estimular la lectura de los pequeños lectores y he tratado de utilizar palabras que les sirvan para incrementar su vocabulario. Si a eso que os cuento le añadimos sus ilustraciones, El globo de la vida representa un proyecto muy atractivo que está buscando editorial y que esperemos pueda encontrarla más pronto que tarde.

Os hablo ahora de su ilustradora, la que me acompaña en este proyecto. Ya lo conocéis muchos de vosotros. Se trata de, Ana Forradellas (reservado todos los derechos). Aquí os traigo su web en la que podréis admirar como da vida a todo lo que le pasa por su mente de maravillosa artista: https://www.anaforradellas.com/. Especialmente os llevo de la mano a: https://www.anaforradellas.com/blanco-y-negro. Estoy seguro de que os va a enamorar como a mí me pasó.

En este enlace podéis leer de qué va esta historia y el proceso seguido por Ana Forradellas. Espero que os guste también: https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/2017/09/el-globo-de-la-vida.html.

Pues ya no me queda más que, tras dejaros un trozo de esta historia y su sinopsis, enviaros un gran abrazo y desearos, una vez más, que no dejéis de soñar y de ser felices…con las pequeñas cosas que es donde se encuentra la felicidad.

José Ramón.

 

El “Globo de la Vida” es una historia de fantasía en la que podremos soñar, de la mano de Justino, con viajar al pasado y tener la oportunidad de cambiar algo de lo que sucedió entonces y de lo que no estamos demasiado contentos. El medio de viaje: un globo.

En este relato se ensalza, fundamentalmente, lo importante que es la familia en la vida de una persona y el cariño que debe existir entre sus miembros.

 


Esta historia que paso a contar, me la contó en su día el protagonista de la misma, aunque yo no me la he llegado a creer nunca. Algo tan maravilloso no ha podido llegar a suceder. De todas formas, como me la contó, hoy yo la relato aquí.

Justino era un hombre que ya pasaba de los treinta. Vivía en una pequeña casa de campo que en su día formó parte de lo que estaba llamado a ser una granja muy productiva, de las mayores de la comarca, si no llega a ser por la desgracia que sufrió en su niñez. Dedicaba todo su tiempo y sus esfuerzos a cuidar de su abuela, ya anciana y desde hace años impedida.



Cuando podía, y el cuidado de ella se lo permitía, con su vieja furgoneta realizaba encargos y transportes  que le reportaban un dinerillo, con el que iban sobreviviendo los dos, más mal que bien.

Pertenecían, en su tiempo, a una familia adinerada; pero debido a la desgracia que cayó sobre ellos, cuando Justino tan sólo contaba con nueve años, les hizo tener que ir vendiendo las tierras que rodeaban la casa, hasta donde la vista alcanzaba; y las reses cuya magnífica carne vendían a buen precio en los mercados de la zona.

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Él me seguía contando…

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Un buen día acababa de llegar de hacer unos transportes cuando, de repente al bajarse de su furgoneta, vio uno de esos grandes globos de colores que, en los días de buen tiempo, se divisan surcando los parajes  como aquél en el que vivían Justino y su abuela.

Ante su asombro, el inmenso globo de bonitos colores, tomó tierra muy cerca de donde él se encontraba. Lo venía conduciendo un hombre de edad difícil de calcular, pero con una sonrisa y mirada especiales. Con un gesto de la mano le invitó a subir a su nave. Él, Justino, no supo el porqué accedió a la invitación, sin conocerle de nada y, sobre todo, porque debía atender a su abuela que llevaba toda la mañana sola. No lo supo, pero lo hizo.



Subió a la cesta del globo con la ayuda, sin mediar palabra alguna, de aquel cautivador hombre. A continuación, el quemador soltó un chorro de fuego y el globo comenzó a elevarse. Empezaron a meterse entre las nubes blancas que esa mañana cubrían parte del cielo, mientras Justino veía alejarse su casa, desapareciendo de su vista, con cierta preocupación.

Pasaron entre ellas un tiempo que Justino fue incapaz de calcular. Estaba un poco asustado, pues se decía cómo había sido tan imprudente de subirse a ese artefacto: sin saber a dónde iba; ni quién era ese hombre que con maestría lo guiaba; ni, sobre todo, cuándo iba a regresar.

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¡Por fin, salimos de las nubes!, dijo aliviado al ver de nuevo su casa  y que estaban descendiendo.

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Ellos estaban sorprendidos de que alguien hubiese venido en globo a visitarles. Le dieron una calurosa acogida mientras empezaban las presentaciones.

–Me llamo Damián y este es mi hijo mayor Alberto –dijo el señor.

Justino no salía de su asombro. Estaba totalmente aturdido, pero respondió al saludo.

–Encantado, me llamo Justino…

–¡Igual que yo, papá, se llama igual que yo! –Se apresuró a decir el pequeño.

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No había terminado de reaccionar, Justino, cuando llegó uno de los trabajadores de la finca, de su finca, y le dijo a su padre que en la parte norte de la alambrada había descubierto un agujero, posiblemente abierto por algún cazador furtivo. Sin más, su padre invitó al recién llegado a subir en la parte delantera de la carreta, junto a él, para que les acompañase y así tendría la oportunidad de enseñarle la finca. Detrás se subieron los dos chavales.

Justino tuvo unos momentos de reflexión durante el inicio del recorrido………………….

 


jueves, 13 de agosto de 2020

PAN CON MIEL, en octubre en las librerías

 


Hola, amigos, buenas tardes. De nuevo con vosotros en esta tarde que, al menos por Valencia, es muy, muy calurosa. La humedad provoca que la sensación térmica sea altísima y tengamos que estar permanentemente con el aire acondicionado encendido.

Hoy quiero compartir con vosotros nuestra alegría porque un nuevo cuento ilustrado verá la luz, de nuevo de la mano de Sar Alejandría. De ello os hablé en la entrada https://jrdecea-cuentamelos.blogspot.com/2019/07/pan-con-miel-mi-segundo-proyecto-que.html y os recomiendo que volváis sobre ella porque os contaba cosas interesantes sobre el cambio que sufrió “Pan con miel” que es el cuento del que os quiero hablar hoy. Sí, estamos contentos porque verá la luz el próximo octubre. Mi compañera en este trabajo, Mari Carmen Mordom  https://www.mcarmen-mordom.com/  https://www.facebook.com/mcmordom/ (todos los derechos reservados), está terminando de dar color y refinando los bocetos en los que, junto al texto, hemos estado trabajando duramente.



Creo que el resultado es espectacular.



Estamos encantados con lo que hemos sido capaces de crear, lo que será un magnífico cuento ilustrado que va a enganchar a todo el que se acerque a sus páginas. “Pan con miel” está lleno de fantasía. Yo quise escribir un cuento para niños cargado de fantasía. Un cuento distinto al resto que he escrito. Muchos buscan transmitir valores (la verdad es que todos creo que lo consiguen) como único fin; otros quieren contar, además, una historia de aventuras; pero “Pan con miel” es pura fantasía. Con él se deja volar la imaginación apoyados en una antigua leyenda. De la mano de, Irma, la protagonista, nos metemos en su mundo de ilusión y compartimos con ella ese anhelo y deseo de querer que se cumpla lo que necesitaba y quería que se cumpliese. Nos hace, por un momento, pensar en nuestras ilusiones e imaginar qué pasaría si se cumpliesen. Leyendo “Pan con miel” querríamos tener la oportunidad de poder llegar a actuar como Irma lo hizo para que sus sueños se cumpliesen. “Pan con miel es una historia cargada de fantasía e ilusión.

Hasta tanto tengáis la oportunidad de poder pasar sus páginas y disfrutar del olor a cuento nuevo os traigo estas  imágenes y estos párrafos del texto. Espero que, hasta entonces, lo disfrutéis.

Buenas noches y, hoy más que nunca, no dejéis de soñar y de ser felices.

José Ramón.

 

Sí, dicen que los sueños se cumplen si lo son de verdad y se sueñan con intensidad. Irma quiso poner en práctica lo que escrito en una leyenda, transmitiéndose de generación en generación, llegó hasta ella. Unas bolitas de pan con miel…el exterior de una ventana…la noche…una urraca…el hombre de las montañas…

“Pan con miel” es una historia que irradia sensibilidad e inocencia.

Un cuento cargado de valores: La responsabilidad, la capacidad de esfuerzo y sacrificio…

“Pan con miel” es, sobre todo, fantasía e ilusión.

 


Cuenta la leyenda que en las montañas mora un hombre de edad desconocida y del que se sabe únicamente que posee una vasija de cristal por cada uno de nosotros. El tamaño de nuestra vasija tiene que ver mucho con el número de personas que llevamos en nuestro corazón. Cuenta también, que una urraca recogerá al amanecer todas y cada una de las bolitas de pan con miel que hayamos depositado, la noche anterior, en el exterior de las ventanas de casa; con la esperanza…………..

Irma, la protagonista de esta historia, conocía muy bien esta leyenda pero nunca pensó hasta qué punto podría ser cierta.

Era la pequeña de una familia con ciertos problemas y con muy pocos recursos, a los que, sin embargo, les sobraba humildad y bondad. Habitaban en una casa en mitad del bosque que se parecía más a una casa de labranza que a una de campo y cuyos antiguos moradores poseían antaño unos terrenos. No era el caso actual de Irma y su familia. Más bien se trataba de una casa ciertamente destartalada. Su padre estaba en cama a causa de una extraña enfermedad. La falta de dinero no le permitía acudir a un centro médico especializado.

Su madre era el verdadero sostén de la familia. Se levantaba de noche, antes de que el sol rompiese por el horizonte, para ir a la ciudad recorriendo caminos, de fango en invierno y de polvo en verano, a lo largo de casi quince kilómetros. Allí, limpiaba en casas, atendía enfermos y mendigaba unas monedas para poder mantener con vida, día a día, a su familia. Para ella sólo existía el presente y, como mucho, el mañana. Regresaba a casa cuando el sol ya se había despedido.

Su hermano, al ser mayor que ella, pasaba su tiempo cuidando de su padre y llevando adelante, como podía, sus estudios. Era la esperanza de su familia. Por su parte, Irma, empezó aquel curso, con el permiso de su madre, a recorrer sola los tres o cuatro kilómetros que separaban su casa de la escuela comarcal. Hasta que creció lo suficiente, estudiaba en casa ayudada por su hermano.



No tenían luz ni agua corriente. Era muy triste ver a la pequeña trabajando tras una vieja carretilla, en busca de madera en los montes cercanos. Peleándose con las piedras del camino que abultaban casi más que ella, y le dificultaban el andar, iba a una fuente cercana de la que, a duras penas, brotaba el agua que necesitaban en casa.………………………………………………………..

En su camino a la escuela siempre tenía que saltar una cerca y atravesar una finca que pertenecía a un hombre con un carácter que, a Irma, le daba mucho miedo. Por ello, en cuanto ponía sus piececitos al otro lado de la valla corría a toda velocidad, con sus libros bajo el brazo, hacia el lado opuesto de la hacienda para salir de ella lo antes posible y poder continuar su camino hacia la escuela, sola por el bosque. Ese atajo le permitía ahorrar una media hora. Cuando estaba a mitad de camino, siempre oía al hombre del carácter agrio maldecir, desde la ventana de la casa, y amenazar con darle una buena azotaina el día que consiguiese atraparla. “Se te van a quitar las ganas de volver a entrar en mi finca sin permiso”, gritaba desaforado y realmente enojado.

“¡Cualquiera le pide permiso!”, pensaba Irma

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Un buen día, Irma, recordó la leyenda del hombre de las montañas y se fue rápidamente a la cocina, cogió un poco de pan duro, lo mojó e hizo tres pequeñas bolitas. Sus manos también lo eran. “Bueno, tendré que hacer más para……………”, pensó. “Seguro que si coloco las bolitas de pan con miel en la ventana la urraca las llevará y…………………………….

Una vez formadas las bolas las untó en miel con mucho cuidado, como el que hace un pastel para el más exquisito de los paladares. Ya preparadas y antes de que llegase su madre, pues no estaba muy segura que aprobase lo que estaba haciendo, abrió el ventanuco de madera vieja y agrietada de su cuarto y las depositó en el saliente, pegadas a los laterales, para evitar que el viento las tirase. Después se chupó los dedos: los tenía muy pringosos, producto de su esmerado trabajo.



Estaba excitada y le costó conciliar el sueño esa noche. Deseaba que llegase el día siguiente para ver si la urraca se las había llevado…………………………..



Con los primeros rayos del sol penetrando por su ventana, se despertó y…………………………….