¡Feliz año 2021, amigos! Espero, de verdad, que
sea un año feliz. Es difícil, tras todo este tiempo que llevamos de
mortificación, ver el final del túnel pleno de oscuridad en el que nos sentimos
atrapados. 2020 ha sido, realmente, un año muy difícil en el que hemos
aprendido e interiorizado procedimientos y rutinas que nos han mantenido, a
casi todos, lejos del virus. Utilicemos todo esto que ya dominamos para caminar
por el deseado 2021. Si lo hacemos así, os aseguro que será un gran año para
todos nosotros. Yo os deseo lo mejor, como individuales y como grupo. Más que
nunca, necesitamos identificarnos como grupo,
salir juntos y a una de esta situación de opresión en la que el virus nos ha
situado… con la inestimable ayuda de unos cuantos, bien seguro. Este año nos guiará,
bien seguro también, por el camino que nos conducirá a la salida del túnel. En
diciembre, el 31, estoy seguro que diremos que conseguimos vencer al virus en
el 2021 y afrontaremos el 2022 como año de la normalidad (y no entrecomillo la
palabra porque no tiene nada que ver con la ridiculez “interesada” de la frase
“la nueva normalidad”… ¿dónde está esa nueva normalidad que sirvió para
engañarnos a todos? …bueno, a mí no, os lo aseguro). Sí, la normalidad de hacer
lo que normalmente hacíamos, sin aspavientos porque nos parecía que era algo
que no se nos iba a arrebatar nunca. Esa normalidad que nos permitirá vivir sin
darnos cuenta de lo importante, que es lo que vivimos con normalidad. Menos mal
que, gracias al virus, ahora apreciaremos todo lo que considerábamos normal en
nuestras vidas y ahora es como un artículo de lujo: besos sentidos, abrazos
reparadores, cruce de manos buscadas porque somos gente de buscar el roce…todo
lo que era normal y antes pasaba casi desapercibido y ahora ya no pasa. Llegará
el momento, os lo aseguro, de volver a esa expresión de sentimientos tan
nuestra y a recuperar esos hábitos y, ¿sabéis qué?, que los disfrutaremos más
que antes de la pandemia…eso hemos ganado con todo esto que tanto daño nos está
causando.
¿Y hoy de qué os quiero hablar, aparte de
felicitaros este 2021? Pues de una historia que la gran mayoría de los que
amablemente me seguís no conocéis. Es un cuento de fantasía, de lo que nos
gustaría que la vida nos regalase.
La
segunda oportunidad está dedicado a personas sin edad definida. Os
decía, en otra de mis entradas, que quizá no fuese un cuento dirigido
directamente a los más pequeños y os enfatizaba que, desde luego, sí que lo es
dirigido, indirectamente, a ellos. Es un cuento que da la posibilidad a los padres,
tíos, abuelos, de hacer ver a sus pequeños lo importante que es el que nuestras vidas estén rebosantes de honradez
y que la constancia en nuestro quehacer diario sea una de las virtudes que
ellos, los más pequeños, deberán cultivar. Con estos dos ingredientes la vida,
a veces, muchas veces, nos premia. La vida, además, a veces, muchas veces, da
una segunda oportunidad a quien la necesita. Bien es verdad que debemos estar
atentos a las señales que nos indicarán que lo que se nos presenta ante
nuestros ojos, en modo de nueva amistad, de una nueva posible ocupación, un
giro en nuestras vidas inesperado, no es ni más ni menos que una segunda
oportunidad que la vida nos ofrece. En esos momentos debemos de estar
preparados y cogerla con seguridad y sin temor a equivocarnos. La vida es de
los valientes y las oportunidades que regala son para los que no tienen temor a
hacerse con ellas. Quizá todo esto, Alipio, el protagonista de esta entrañable
historia, lo sabía y en este cuento ilustrado se relata lo que le aconteció
para sacar adelante a su familia.
Pero antes de pasar a dejaros algunos párrafos
de esta historia os quiero hablar de, Marta Noguera-Homs, mi compañera en este
proyecto. Sabéis que para sacar adelante todos mis proyectos me intento rodear
de grandes artistas pero, sobre todo, de extraordinarios profesionales. En,
Marta, convergen los dos requerimientos y se le añade un tercero: escribe muy
bien. Con estos ingredientes y mi aportación hemos conseguido estar en el
camino de crear un proyecto de una calidad muy alta y queremos que el 2021 sea
el año de nuestro La segunda oportunidad.
Marta, muchas gracias por haber querido unirte a
mí en este proyecto. Muchas gracias por tu estilo exquisito y por tu manera de
trabajar, precisa, rigurosa, detallista y empática. Es un gran honor formar
equipo contigo para dar forma a lo que hace unos años escribí.
No os podéis imaginar, amigos, el trabajo que
hemos llevado a cabo, Marta y yo. Hemos discutido hasta la última coma del
texto, hemos dado forma al personaje principal, estamos trabajando las escenas,
para que complementen unas veces y cuenten cosas otras, de manera muy precisa.
En esta entrada os presente algunos bocetos porque todavía no tenemos ninguna
definitiva. Nos hemos juntado en este proyecto dos perfeccionistas hasta la
saciedad. Los dos queremos sacar a la luz un gran proyecto. He tenido suerte de
encontrarme con una profesional y una artista de la talla de Marta. Vosotros
juzgaréis el resultado final y espero que sea muy pronto.
Aquí os dejo los enlaces de las páginas de Marta
Noguera-Homs para que disfrutéis de su arte. No dejéis de hacerlo pues merece
la pena:
https://www.instagram.com/mn.h/
https://www.facebook.com/MN.HSTUDI
https://mnoguerahoms.com/
Y nada más, amigos. Solo quiero desearos que
este 2021 sea un gran año para todos vosotros y que sigáis haciendo feliz a
vuestros pequeños con la literatura infantil. Por mi parte, seguiré trabajando
para facilitar que nuestras historias, las que comparto con mis compañeros
ilustradores, puedan estar disponibles lo antes posible para que podáis
disfrutar de ellas. De momento, os dejo con La
segunda oportunidad.
Buenas noches, un gran abrazo para todos y mi
deseo de que no dejéis nunca de soñar y de ser felices.
José Ramón.
¡Venga, inténtalo de nuevo esta vez…!, no
es frecuente que nos diga esto la vida.
Las segundas oportunidades no siempre
pasan de nuevo ante nuestra mirada…Esto quizá lo supiese Alipio, el
protagonista de esta historia; o quizá no…; pero de lo que no cabía duda es de
que trabajaba y trabajaba para que la vida reparase de nuevo en él.
“La segunda oportunidad” es un entrañable
relato en el que se resalta la importancia de valores como la amistad, la
generosidad, la honestidad y la fe en que la constancia en el esfuerzo diario
da siempre sus frutos.
“La segunda oportunidad” es la
constatación de que la vida nunca regala nada que no se haya buscado con
denuedo.
Aquella noche,
como todas las demás, Alipio, entró saludando al hombre que estaba sentado
junto a la puerta de entrada a los talleres por la que accedían los
trabajadores encargados de limpiar, reparar y poner a punto los vagones del
metro para el día siguiente. Ambos se intercambiaron las amables palabras de
costumbre: “¿Qué tal estás?, ¿Cómo has pasado el día?”. Uno acudía al trabajo
junto a sus compañeros, a medianoche; el otro, se acomodaba en su rincón a
pedir limosna para poder sacar adelante a su familia numerosa.
Aunque el
dinero le hacía tanta falta como al bueno de Andrés, Alipio, era una de esas
personas que todas las noches dejaba algunas monedillas en sus manos. Solía
pensar que “por lo menos yo tengo trabajo…” y así compartía con él lo poco que
podía ofrecerle.
Alipio era un
hombre de mediana edad, con mujer y tres hijos que alimentar. Era honrado,
trabajador, pero fundamentalmente era un hombre bueno.
…………………………………………………
Su mujer,
pedía en el mercado vagando entre los puestos de verduras cuando no conseguía
ser empleada en una casa para limpiar. Era una mala época y el trabajo
escaseaba. Por su parte, Alipio, conseguía llevar a casa su pequeño jornal. Además,
por las mañanas, se pasaba por los vagones, del metro de la “Línea 7”, tocando su
vieja flauta. Solía tocarla con tal sentimiento que los vigilantes de esa Línea
–conocedores de sus necesidades económicas y de que llevaban juntos
compartiendo varios años en la misma empresa– hacían la vista gorda y se lo
permitían. Por su parte, los viajeros, disfrutaban tanto de su música que
solían premiarle con un dinero que le servía para incrementar su salario
nocturno y, de esa manera, conseguir que su familia pudiese llegar a final de
mes.
Una noche, mientras
echaba agua y pasaba el cepillo de duras púas por debajo de uno de los
asientos, en el interior del cuarto vagón del tren que hacía la Línea 7, encontró…………..
“¿A quién se le habrán caído?”, pensó. No había ninguna cartera, ni tarjeta, ni
cosa alguna que identificase al dueño de aquel……………………………………
Fue directo al
asiento señalado de aquel cuarto vagón; se agachó a su altura… “¡Cielos!, ………….”.
En su lugar encontró una bolsita de tela. Con cuidado y muy nervioso comenzó a
abrirla. Su corazón palpitaba tan intensamente que pensó que se le iba a salir
por la boca. Vació el contenido de la bolsita en su grasienta mano.
……………………………………………………………………
Al día
siguiente, pasando de vagón en vagón, entró en el que hacía el número cuatro. Sacó
su flauta de su vieja chaqueta y empezó a tocar. Fijó la mirada, de lejos, bajo
el asiento en cuestión. No se veía ninguna cosa extraña. “Perfecto, he llegado
a tiempo. Todavía nadie ha……………………
De pronto,
entró y se dirigió hacia el asiento, que Alipio estaba vigilando, un hombre
robusto, con apariencia de tener una situación acomodada. Tenía unos grandes
bigotes blancos y unas gafas que le daban un aire de indudable altivez. Lucía
un llamativo reloj y, entre su chaqueta abierta, adornada con un elegante
pañuelo, se dejaba ver un cinturón a juego. Se sentó y sus pantalones
descubrieron, con todo su brillo, unos zapatos muy elegantes.
“Ese es mi
hombre. ¡Atención!”. Se preparó Alipio. Se dispuso a tocar su flauta para acercarse a su objetivo cuando
éste, el adinerado caballero -a juzgar por su presencia-, se levantó de repente
y…………………………..