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Intentar ver a través de los ojos de los demás,
tratando de saber cómo interpretan lo que la vida les pone delante es
ciertamente difícil; diría que casi imposible. Somos seres complicados y
nuestras percepciones de las cosas que suceden a nuestro alrededor varían tanto
y son tan diversas como personas habitamos nuestro mundo. A veces creemos saber
lo que el otro, nuestro amigo, nuestra pareja, nuestro confidente…cree, y nos
equivocamos de cabo a rabo. Es muy difícil ser capaz de meternos en la cabeza
de otra persona para intentar adivinar lo que piensa de esto o aquello, o el
porqué de sus acciones y de sus omisiones, de sus palabras y, sobre todo, de
sus silencios. Es muy difícil pasarse por persona ajena.
Hoy os quiero contar algo sobre esto: sobre
cómo “ve” mi amigo, Chano.
Buenas noches, queridos amigos, y bienvenidos
al encuentro, que nunca consigo hacerlo realidad antes de cuando lo hago, con
lo que escribo y os quiero contar.
Sí, las comillas que os acabo de poner en el
texto, en la tercera persona del verbo ver, son más que acertadas. Estoy seguro
que muchos de vosotros sabéis el motivo porque ya conocéis la historia sobre
“Chano, mi amigo”: os la traje por primera vez el 15 de noviembre del año
pasado y aprovecho para recomendaros que la releáis pues estuvo, creo, bastante
entretenida.
Ese 15 de noviembre os decía que este cuento
todavía no tenía ilustrador y hoy os puedo anunciar que ya lo tiene: se trata
de un muy buen ilustrador que ha querido formar equipo conmigo para dar vida a
Chano. Javier Monsalvett (todos los derechos reservados), http://monsalvett.blogspot.com.es/.
Espero que os guste lo que veáis en su página.
Bueno, os cuento cosas. Una de las primeras que
se hace cuando nos enfrentamos a un nuevo proyecto de álbum ilustrado es elegir
y diseñar los personajes…lógicamente, diréis. Sí, es un período de intercambio
de mensajes apasionantes con el ilustrador en el que vas viendo cómo va
naciendo ese personaje que solo ha tenido vida en tu cabeza. Es un período que
disfruto muchísimo, aunque me ha traído más de un disgusto pues ha habido algún
ilustrador (sin especificar género) que no ha entendido esto como un trabajo en
equipo y sí como una crítica a su manera de ilustrar…con él/ella se acabó rápido
la relación de “compañero-laboral”…no entendió nada. Ahora estoy en esa maravillosa
fase, como la defino, con cuatro ilustradores en mis cuentos: “Cargo Blue”, “Tejas
, espuma y sal”, “Viento del sur” y éste mismo; y acabo de terminar esa fase en
dos más: “Tela de araña” (magnífico trabajo con Helena. Es un encanto de
persona y una maravillosa profesional), “Camino del oeste” (preciosas
ilustraciones, Ana María) y “Van Popel” (con un trabajo todavía no concluso de
mi compañero Daniel Pineda que conozco personalmente y con el que formamos un
buen equipo, ¿verdad, Daniel?).
Esta fase es como cuando una mujer está a punto
de dar a luz y está deseando ver cómo es y qué cara tiene ese recién nacido que
tanto tiempo ha llevado consigo en su interior. Yo escribo y describo a mis
personajes, pero no soy el que definitivamente los traerá al mundo. Es el
ilustrador el que tiene la última palabra. Él es el que interpreta el cuento y
el que se tiene que sentir a gusto con los protagonistas de la historia. Ellos
me enseñan sus diseños y bocetos (nunca lo exijo; es más, les animo a que
interpreten lo que lean y saquen el personaje) y me preguntan: “¿puede ser así
este personaje, lo reconoces?”; “¿qué te parece si lo represento así o asá?”…Es
una maravilla trabajar de ese modo, os lo aseguro.
En otras entradas de este blog os he hablado a
veces del trabajo que llevo a cabo con “mis” ilustradores. Os decía que busco
en internet a través de las páginas de ilustración el tipo de ilustraciones que
le van a cada uno de mis cuentos y me pongo en contacto con el ilustrador. Le
ofrezco formar equipo conmigo y, lo tengo que decir, la mayoría acepta mis
condiciones como razonables y nos ponemos en marcha con este proceso que hoy
aprovecho para contaros. Me gusta compartir con todos vosotros, mis fieles seguidores
de mis ilusiones, mi recorrido autodidacta en este mundo maravilloso de la
literatura infantil.
En esta fase estamos con “Mi amigo, Chano”. Ya
os conté como nació esta historia, en la entrada de diciembre del año pasado
que os mencioné hace un momento, y que ahora la ha retomado mi nuevo compañero,
sevillano de nacimiento, Javier. Busqué alguien de esa zona andaluza para poder
llegar a ilustrar esta bonita historia. (Si queréis saber algo más de él, aquí
lo podéis encontrar: http://ultrarradio.com/artista/javier-monsalvett/).
Primero os quiero mostrar la sinopsis del
cuento para que entréis en la historia:
Esta corta historia nos acerca un poco a la
vida de las personas invidentes y por extensión a todos los que tienen algún tipo
de limitación. “Chano, mi amigo” es una tierna historia con una moraleja final:
“no siempre lo de los demás es mejor que lo nuestro” Malgastamos la mitad de
nuestras vidas anhelando lo que tienen otros sin valorar lo nuestro y lo que
llena nuestro mundo. Esta historia se desarrolla en un conocido y bellísimo
pueblo de Cádiz y trata sobre la vista de un ciego; sobre todo aquello que
imaginamos puede llegar a ver un invidente…con los ojos del alma. Recorreremos,
guiados por el bastón de Chano, los lugares más llenos de la esencia de…mejor
no desvelo el nombre del pueblo por el que Chano se pasea y es muy querido. En
definitiva se trata de una historia llena de anhelos y de riqueza interior y,
por ello, de una historia que nos puede ayudar en nuestra vida personal…a mí,
por lo menos, lo ha hecho.
Aquí tenéis la descripción que hago del personaje
a través de cómo se va contando lo que “ve”:
Esta historia que voy a contaros es la de
mi amigo Sebastián, “Chano” para todos los que le conocemos y le queremos.
Chano vive en un blanco, muy blanco, pueblo
cuyo nombre lo dejo para que lo adivinéis; sólo os diré que es un bonito pueblo
que mira sereno al Atlántico por donde tantos ataques recibió en el pasado; y
por donde tantos amigos de tantos lejanos países, hoy, traen consigo sus
costumbres, ilusiones y tiempo para compartirlo con sus habitantes, entre blancas
paredes que canalizan las serpenteantes y estrechas callejuelas. En él viven
gentes forjadas por el salitre, los vientos y la bravura, el respeto, la
honradez y la nobleza de la almadraba.
Sebastián “Chano” lo conoce bien y, aunque
nunca lo ha podido ver y admirar con sus ojos, no deja de imaginarse en su
mente cómo serán todas aquellas casas y cosas que lo rodean. Sebastián “Chano”
es ciego.
Suele levantarse muy temprano, cuando el
Sol acaba de desperezarse y con sus rayos empieza a tantear los muros de los
habitantes todavía por despertar. No perdona el paseo paralelo al río. Sí, en
su pueblo muere alegre el río, con sal en su nombre, para confundirse con el
océano. Siempre se detiene en el mismo lugar, sobre el puente, y allí da media
vuelta y fija su mirada –que aunque no lo creáis los ciegos también la tienen–
en donde supone se encuentra su tranquilo pueblo a aquellas horas.
–¡Cómo me gustaría poder disfrutar de esta
armonía de colores, luces y blancas paredes! –suele desear tanto verlos…
Muy frecuentemente sus amigos, que nunca le
faltan, bajan con él a pasar el día a esa playa
–parte importante del marco paisajístico de la zona– que muy cerca está
de poder bañar con sus aguas las sedientas calles en verano. Allí, Chano, se
suele quedar extasiado con el ruido de las olas rompiendo en la cálida arena
donde él las espera con sus pies descalzos. Ese frío saludo de espuma y sal
sobre sus pies siempre lo llena de vida y, tras una profunda inspiración, se
suele quedar absorto escuchando las angustiosas voces de las gaviotas que, a su
manera, también lo saludan: “Au-Kyee-Kau-Kau-Kau”.
–Cómo me gustaría ver esta
espuma,…………..……………………………………………
En el pueblo de Sebastián “Chano”, si algo
es digno de verse eso es el pueblo al atardecer: sus luces tempranas, los rayos
de Sol que se resisten a irse a descansar, la Guzmán con su majestuosidad
iluminada que nos transporta a otros tiempos de guerreros y luchas…y todo ello
reflejado en la tibieza del océano y en los charcos que comparten espacio con
el arenal: en el pueblo de mi amigo Chano se pueden ver estampas que se
asemejan al arcoíris. De ello, él, es muy consciente.
–Lo que daría por saber cómo se confunden
esas tonalidades del atardecer. Huelo el caer de la tarde mezclándose con la
humedad del ambiente; oigo…………………………………………………………………………
Pero lo que más le gusta a Sebastián
“Chano” es pasar bajo el coqueto y transitado, desde tiempos lejanos, Arco de
la Villa. Bajo él, el eco de sus pisadas le da los buenos días o las buenas
tardes y él, con un movimiento de cabeza, como si prestase extrema atención, le
devuelve el saludo. Siempre camina con paso decidido cerca de las paredes, que
parecen reverberar la cálida presencia del Sol, hasta alcanzar “su banco”.
Allí,……………………………………………………………………………
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José Ramón.
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9 comentarios:
Precioso lo que transmites con tus cuentos, historias llenas de sentimientos y siempre con un fin que deja al lector hacer pensar, y en edte caso, recapacitar y valorar lo que tenemos.Y es que la mayoría de las veces los que tienen menos aprecian más. Y los que tienen todo, no saben que gran parte de la felicidad se esconde en lo más sencillo. No me extraña, que a los ilustradores les cueste menos imaginar cómo son los personajes, ¡nacen solos con tan magnífico texto!Por cierto, bonitas ilustraciones, reflejan la tranquilidad de Chamo disfrutando de la naturaleza, parece que la respira y siente.Un abrazo, y de nuevo gracias por tus halagos 😊
Perdona por los errores del texto y más por el nombre del personaje que al escribir por móvil. Aprovecharé para dar también las buenas noches a Chano y lo veremos prontito por aquí, eso seguro 😊 Prontito. 😊Y es que a tus personajes de todos los cuentos son tan entrañables...que se les toma cariño.
Muchas gracias por tus comentarios, Helena. No he vertido halagos hacia ti porque sí, sino porque realmente pienso lo que digo. Creo que nuestro cuento, "Tela de araña", va a ser precioso gracias a tu arte y tu estás haciendo sus personajes tan entrañables como lo está siendo ya Chano. Muchas gracias y un cariñoso abrazo.
Por cierto, no me has dado tu opinión sobre cuál es tu candidato de los bocetos.
¡¡¡Difícil elección!!!!
Todos transmiten algo que atrapa.
Me encanta el Chamo del dibujo 2, en la parte superior izquierda. Esos mofletes sonrosados, hacen ver una persona (x suerte la vemos), que sentado, espera y escucha, estudiando lo que le rodea.
Cualquier imagen podría ser la de Chamo.
Felicidades por esos pequeños pasitos en este largo camino.
Vaya con el corrector... sin querer he cambiado el nombre a tu protagonista ��
Gracia, Rosa Elena, por tu comentario. Estoy de acuerdo contigo que cualquiera podría ser Chano. Todos tienen algo de Chano y esa es la labor más difícil en estos momentos: dar con el verdadero Chano. En ello estamos trabajando, Javier y yo, y por ahora nos inclinamos por otro que no es el sugerido por ti...aunque, si te soy sincero, el que propones es mi segunda opción. Nosotros jugamos con un poco de ventaja...o mucha, pues conocemos la historia al completo y en ella hay aspectos que nos definen mejor a nuestro personaje. De todas formas, el lector, vosotros, mis amigos en esta página, decidiréis cuando tengáis la oportunidad de leer la historia completa si hemos acertado o no. Esto es lo bonito del trabajo de creación en el que estamos inmersos. Muchas gracias por tu participación en esta entrada pue la revaloriza un montón. Gracias, de nuevo. Un cariñoso abrazo. José Ramón
Buenos días José Ramón! No te lo creerás, acabo de ver tu respuesta y eso que hace unos días escribí sobre tu última publicación. Valoro cada procedimiento del ilustrador, todos los bocetos son importantes, ya que conllevarán al Chano seleccionado. Todos tienen algo, incluso una mezcla de todos podrían ser el personaje definitivo. Pero ya que me lo pides intentaré decirte cuales me han llamado más la atención.Me atraen los bocetos en los que juega con los fondos de perspectivas forzadas, al dar la sensación de disfrutar el personaje del entorno. Y aunque sea ciego disfruta más y ve más allá que otros que tienen la capacidad de ver. Me atrae el personaje que está caminando sobre la acera de losas redondeadas del número 3 ( principalmente, por el fondo) y me gusta que la acera y el mar se unan en un mismo punto en el infinito. También me gusta el boceto que no tiene número, donde el personaje camina y tiene de fondo las casitas, con su camiseta y bufanda y especialmente, la forma de andar que adopta el personaje, más que el primero que nombré.Y me agrada el último por colocar al personaje en la playa, respirando el mar y la sensación que transmite de soledad y de paz.Es muy complicado decirte con cual personaje me quedaría, quizás si selecciono uno, me inclinaría con Chamo del fondo de las casitas.Por verlo caminar con paso firme, decidido y valiente, a pesar de su discapacidad visual y me agrada el enfoque de perspectiva en el personaje y el fondo.
Yo también voy pensando y hablando a la vez Jajajajaja. Entonces ¿he acertado con el de las casitas? Felicidades al ilustrador, deseando leer la historia, si la tuviese delante seguro que sabría cual es el que se adapta mejor al cuento. Un abrazo.
¡¡¡Eres terrible, Helena!!! Maravillosa la explicación técnica de tus impresiones sobre los bocetos. creo que todos hemos aprendido hoy a mirar de otra manera un boceto. Muchas gracias por tu lección pues ha enriquecido de manera notable esta entrada.
¡¡Ya lo creo que has acertado!! Esa e nuestra opción y tiene mucho que ver las razones que tu presentas: es un Chano vivo, vital, ilusionado e ilusionante...sí, ese es nuestro preferido y estoy seguro que Javier lo depurará teniendo en cuenta, como bien dices, aspectos interesantes del resto de los bocetos. Iremos viendo aquí cómo va evolucionando esta bonita y entrañable historia. Un abrazo cariñoso, Helena. ¡¡Ah, por cierto, una sopresa!: tengo previsto organizar un día de firma en la casa de Melilla de Zaragoza. Su presidente es amigo mío y familiares suyos son conocidos por ti...Me lo ofreció el otro día y acepté muy gustoso. El día todavía no lo tenemos claro pero lo haremos. ¿Vendrás? Ya sé que es difícil pero estarás en mi mente. ¡¡Otro abrazo!! José Ramón.
Jajajajaja ¡José Ramón!lo tenía clarísimo con cual personaje me quedaba, pero quise ser objetiva, prudente...no influir en vuestra decisión y valorar lo positivo de cada boceto. El ilustrador siempre toma cariño a cada parte del proceso aunque sepa con claridad, cual es el personaje seleccionado y favorito. Cómo me alegro haber acertado y hayáis coincidido conmigo. El seleccionado habla por sí sólo, el más expresivo, como bien dices ,vivo, con más movimiento, positivo, ilusionado... Pero sigo manteniendo que los demás bocetos, también serán importantes, aunque sea para elegir un fondo. Me encanta también disfrutar de las imágenes de los demás ilustradores con los que estás trabajando.Es todo un lujo.
No me digas que ¿vas asistir en la casa de Melilla de Zaragoza? ¡qué casualidad! ¡y a firmar mucho!te doy la enhorabuena, tienes que estar súper feliz. ¡Qué va! ¡Qué lejos que está Zaragoza!es casi imposible. Si desde el verano no cruzo este gran charco Jajajajaja Lo que tienen que hacer es invitarte a firmar en Melilla! Bueno, tú sabes que estás invitado, y con cualquiera de tus libros se organizaría una entrevista, firmas, y lo que haga falta. A ver si con el nuestro te animas.
Yo también tengo ilusión de mostrar mi trabajo, y he leído que no ves la ocasión de compartir. Si quieres, ya que he finalizado la segunda a color, le hago unas buenas fotos o las escaneo, te las mando por correo y compartes en tu blog. Yo nunca he mostrado el trabajo antes de publicar, solo pequeños detalles, e insinuando parte del proceso. Pero si nos ponemos de acuerdo, lo compartimos encantados😊
Vaya charlatanes que estamos hechos. Y a ver crecer tu blog más y más 😂😂😂 Un gran abrazo también para tí.
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