Buenas noches, queridos todos que os acercáis
por estos lugares para buscar un momento de tranquilidad en mis relatos. Cada
vez sois más y de muchos destinos muy alejados: hoy, por ejemplo, hemos
recibido la visita de amigos de Rusia, no sé si españoles residentes allí o de
propios rusos a los que han llegado mis ilusiones en su idioma. Esta es la
magia de internet: que podemos pasar un rato juntos, cada uno desde su lugar,
sin importarnos y sin que sea un obstáculo la distancia. Y de esto habla el
relato que os traigo de nuevo a este recoveco en nuestras rutinas que es
nuestro blog. “Cargo Blue” es más que un cuento: ya os decía en una de las
entradas anteriores, en las que os hablaba de él (las entradas son las del 19
de mayo y 6 de octubre de 2012 y la del 29 de diciembre de 2012. Os recomiendo que os deis una vuelta por ellas.), que ha
significado mucho para mí. “Cargo Blue” fue mi primer cuento y con él empecé a
escribir y a meterme en mis historias y disfrutar con mis fantasías que
buscaban esa libertad que a veces ansiamos y no siempre alcanzamos: libertad
para hacer lo que me apetecía y, en este caso, para, sin cortapisas y sobreponiéndome
a estereotipos que me impedían ser yo, escribir para contar; contar para sentir;
sentir para transmitir; transmitir para compartir, compartir con vosotros, con
los que quieran disfrutar de mis historias y de mis simplezas; compartir lo que
siento y lo que quiero transmitir a los que quieran aceptar que este espacio
también es de ellos; libertad para disfrutar de una válvula de escape por la
que me cuelo en un mundo propio y compartido en este rincón de citas con las
ilusiones y la literatura infantil, para niños y mayores. Me gusta saber que
estamos juntos y disfrutando de las mismas fantasías que nos transportan, a
unos, a su niñez; a otros, a las de nuestros hijos, sobrinos, nietos, etc; a los
más, a lo que nos hubiese gustado hacer, pensar, soñar en una época determinada
con un sentido especial para nosotros.
Esto es “Cargo Blue”: mi historia primera, mi
fantasía más sencilla y entrañable. “Cargo Blue” es mi puerta a este mundo
apasionante del contador de relatos. Con “Cargo Blue” mi pluma se hizo realidad
y permitió que nuevas historias viesen la luz.
“Cargo Blue” sigue a la espera de un ilustrador diferente
y peculiar. Sigo sin ofrecerlo porque no he encontrado a la persona que pueda
darle vida. “Cargo Blue” necesita “su” ilustrador y no me vale cualquiera. “Cargo
Blue” es una historia singular que llega a niños y mayores por igual. “Cargo
Blue” emociona, y os puedo decir que he visto gente sensible permitirse ceder una
que otra lágrima mientras se dejaba abrazar por su historia. Es, realmente, una
historia especial y todo lo especial requiere su tiempo, en este caso, para ver
la luz.
Este relato de vida nos habla de distancias
que nuestro personaje recorre. Nos habla de lugares que, a pesar de lo alejados que están, logran conectar sus realidades a través de él, de nuestro pequeño avión
de carga.
Amigos, es para mí, de nuevo, un verdadero
placer volveros a traer mi primera ilusión, y la más preciada, de mis un poco más
de veinte cuentos. Espero que la disfrutéis y que ello os compense del largo
mes que, por motivos de trabajo, me ha tenido apartado de vosotros.
Un abrazo cariñoso viaja ya, a través de Internet, hacia los lugares en los que me estáis leyendo.
Feliz noche de otoño.
José Ramón.
“Cargo
Blue” es la historia de un joven, feliz y responsable avión de carga.
Abrazado
a él –porque en el discurrir de la historia se desea abrazarlo…- nos guía por
su vida y nos presenta a sus amigas, las nubes. Sí, Cargo Blue no tiene más
amigas que las algodonosas nubes blancas que le arrullan y le dan el calor que
no tiene en tierra firme.
Ésta
es una tierna historia en la que se nos sugiere que la belleza y riqueza de las
personas no es siempre lo que se nos muestra de ellas exteriormente, sino lo
que guardan en su interior.
“Cargo
Blue”, desde el momento que fue escrito, no ha dejado de ser una referencia y
guía de estilo de vida, no siempre fácil de seguir.
Me
llamo Cargo Blue y mi vida no podemos decir que sea atractiva. Si hay una
palabra que la puede definir, esta es Soledad u Olvido. Cualquiera de las dos
están muy unidas al día a día por el que discurre mi vida desde que, hace pocos
años, pues todavía soy muy joven; relevé a mi padre, un viejo avión de carga,
al que, por su edad, no se le permitió volar
más.............................................................................
Pero,
¿sabes qué es lo que menos me gusta?; que no se lo puedo contar a nadie, porque
estoy solo. Bueno, tampoco es muy cierto esto que digo, ya que hay veces, una
por semana más o menos, en las que por las noches entran sin avisar algunas
personas con unas viejas máquinas que hacen mucho ruido y desprenden un humo
que me hacen toser; me abren la panza y empiezan a meter muchas cajas y
mercancías en mi interior. Eso me indica que, a las pocas horas, normalmente de
madrugada, debo de iniciar mi viaje con mucho sueño por el despertar temprano.
Ahora soy joven y no me importa demasiado, pero lo mismo hacían con mi papá y el
pobre ya era muy mayor para eso.
El
viaje, como te cuento, lo inicio cuando el Sol todavía no ha salido; hace frío
y muchas veces hay una niebla que, encima, me dificulta la visión. Me gustaría
tener una bufanda para no pasar tanto frío, pero es que no existen bufandas tan
grandes para aviones.................................................................................................
Lo que daría, aunque sólo sea eso, por estar
aparcado junto a ellos, cuando están recibiendo a familias con niños. Me gustan
mucho los niños pues, aunque son un poco revoltosos, , hablan mucho y se ríen,
y cuando corren por los pasillos del avión, hacen.............................
Un día
cambió mi vida. Por la noche llegaron los hombres de siempre, con la máquina
del humo negro, y me llenaron la panza de más cajas de lo normal. Estaba
asustado porque no estaba acostumbrado a tanto peso.
Al
llegar la hora de salir, abrieron las puertas oxidadas de mi
hangar.................................
Como
digo, aterricé entre polvo y piedras y me hice un poco de daño en una rueda,
aunque el susto y el dolor se me pasaron rápidamente. ..................................................
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